Las fuerzas vivas huercalenses en lo que a los toros se refiere, en este caso su Peña Taurina, están recabando firmas como iniciativa para que Huércal-Overa recupere su plaza de toros que, en los últimos diez años ha estado abandonada por completo. Una pena que, en los años que vivimos, todavía queden gentes tan insensibles como para comprobar que un monumento de la localidad se derrumbe y que nadie haga nada por evitarlo.

Dos lustros es mucho tiempo para que los políticos de la localidad hayan hecho oídos sordos al respecto de su plaza de toros, lo cual viene a demostrar que ni PP ni el Partido Socialista han hecho nada por recuperar uno de sus monumentos más emblemáticos. Lo decimos porque ahora rige el consistorio la señora Francisco Lourdes Fernández del PSOE y, en la legislatura anterior, la que mandó el PP, nadie hizo nada por salvar su plaza.

Hay que ser muy irresponsables para que entre todos dejen caer su plaza de toros que, como se sabe, data del año 1901, es decir, ciento dieciocho años de historia deberían de ser tenidos en cuenta a la hora de la valoración de dicho monumento.

Es curioso que, en la página Web del citado ayuntamiento huercalense, aparecen todos los monumentos de la localidad pero, no hemos visto por ningún lado su plaza de toros que, en realidad, como hemos podido ver en la red, muestra un estado lamentable y ruinoso. Mal presagio para un ayuntamiento que mira hacia otro lado cuando en realidad debería de cuidar todos sus monumentos.

Poco se puede esperar de un consistorio que deja caer uno de sus monumentos más emblemáticos. Claro que, en política se puede esperar todo, pruebas las tenemos por doquier. Al respecto de sus políticos, en Huércal-Overa ya podemos decir aquello que, entre todos la mataron y ella sola se murió.

Confiemos que la iniciativa tomado por los aficionados a los toros, al final logre concienciar al ayuntamiento para que restauren su plaza de toros, un escenario en el que han pasado todas las figuras del toreo en los últimos ciento dieciocho años de historia.

En la foto que mostramos, la plaza de toros, poco más que un solar desmantelado.