Nada que objetar respecto a las actuación de los tres diestros que, ayer en Bilbao, con una dignidad desmesurada mataron la infumable corrida de Victorino Martín, el mismo ganadero que unos días antes había lidiado sus toros en Vitigudino y les cortaron hasta los rabos; cierto que, nada que ver unos toros con los otros pero, a fin de cuentas, ambas corridas tenían el mismo sello, Victorino Martin. Paradojas del destino, pero así sucedió. Mientras en Vitigudino los diestros triunfaron por la grande ante una corrida con clase, repetidora, encastada, pero de gran nobleza, ayer en Bilbao tuvimos que ver el reverso de la moneda.

No fue buena la corrida y el que diga lo contrario se engañará a sí mismo; si acaso, los menos malos les correspondieron a El Cid y a Emilio de Justo que, ambos, con esa raza que les caracteriza hasta cortaron una oreja de gran peso porque, repito, los toros tenían de bravos yo que yo de obispo.

Pese a la lluvia, desoladora la entrada que, sin duda, es un dato alarmante. Y no es que cuando torean las figuras se acaba el papel salvo en determinados lugares pero, repito, la corrida, a priori y como tal, tenía argumentos más que de sobra para que la entrada hubiera sido aceptable y, en realidad, ocurrió todo lo contrario.

Me indignó que, desde los comentaristas de la TV se “culpara” a Curro Díaz de haber elegido esta corrida para venir a Bilbao. Decían por allí que, un artista de su talla no puede o no debe ir a la “guerra”. Tampoco hace falta ser doctorado en la universidad de Salamanca para comprender que, los tres diestros de cartel acudieron a Bilbao, de haber elegido, sin duda se hubieran decantado por los Jandilla, Juan Pedro, Garcigrande……ganaderías en las que existen posibilidades para que un artista como Curro Díaz se pronuncie al respecto de su arte. Esa sería la lógica, pero no olvidemos que Curro Díaz ha matado muchos toros de Victorino que, como el mundo sabe, ha triunfado en repetidas ocasiones con los toros de Galapagar. Cierto y verdad que, cuando el toro no quiere, el esfuerzo del diestro siempre será baladí, caso de Curro Díaz ayer en Bilbao que, apenas pudo mostrar, con cuenta gotas, la categoría de su arte inmaculado.

Claro que, dicho lo cual, ¿qué preferimos que los diestros maten la corrida de Victorino Martín o que maten “toros” como la foto que mostramos en un toro estoqueado por El Juli? Con la mano en el corazón, vista la foto que publicamos prefiero la autenticidad del toro en su grandeza, aunque no embista, que la ridiculez e infamia que debería sentir una figura del toreo al enfrentarse a un “toro” como el que publicamos la foto. Antes de que Curro Díaz, o cualquier diestro tocado con la varita mágica del arte, prefiero verle el sacrificio de jugarse la vida antes que ponerse delante de un animalito sin cuernos. Miren la foto con detenimiento.

Es más noble que Curro Díaz nos invite a una clase práctica para embelesarnos con su toreo, antes de que se enfrente a un toro asqueroso y repugnante como el de la célebre foto que publicamos. Por todo ello, antes de que nos sometan al fraude que suele ocurrir a diario cuando actúan las figuras del toreo, preferimos la verdad de la fiesta, aunque ésta, en ocasiones, como ayer le sucediera a Curro Díaz en Bilbao, hasta le tildaran de no saber elegir las ganaderías que lidia. Recordemos que una palabra mal dicha o a destiempo puede tener efectos nocivos para un artista de la talla del linarense que, se le podrá acusar de “todo”, menos de cobarde y esa actitud, ante un artista, es un valor incuestionable.