Las noticias que este fin de semana han sacudido los medios informativos referidas a las tremendas cornadas acaecidas, han teñido de alarma y desasosiego el mundo de los toros, y nos han hecho pasar, también a los profesionales médicos de las plazas de toros, momentos de gran inquietud.

Y durante esas terribles horas que se han vivido en Hospitales y Enfermerías he tenido, como no podía ser menos, muy presentes en mis ruegos a los toreros heridos; pero a la vez me he acordado y mucho de mis compañeros de los Equipos Médicos en las Plazas de Madrid y Zaragoza -encabezados por los doctores García Padrós y Val Carreres Guinda – que han salvado la vida a dos hombres …

Para los toreros caídos y la sangre derramada todo mi respeto y toda mi aflicción; y para las manos de los cirujanos y la pericia de sus compañeros -anestesistas, intensivistas y enfermeros- que les han atendido y que permanecen atentos a sus procesos de recuperación, todo mi afecto y toda mi admiración.

Por Enrique Crespo