La ganadería que pasta en tierras leonesas se enfrenta posiblemente a la temporada más importante de sus últimos años, presentando por primera vez una corrida completa para Madrid. El objetivo está claro, dejar huella en San Isidro.

En tiempos donde la bravura y la casta en esto de los toros es una quimera bastante difícil de ver y conseguir, siempre como en todos los ámbitos de la vida, hay excepciones, no todo es blanco o negro siempre hay cosas que “sacan los pies del tiesto” y se diferencian del resto simplemente por ser diferentes.

Podríamos decir que, dentro de la tauromaquia, la ganadería de Valdellán hace honores a eso que se diferencia del resto por salirse de lo típico, de lo normal, de lo repetitivo y optar por otro camino diferente que, en estos tiempos de hastío, se ve muy poco. La bravura, la selección, el encaste, el lidiar poco y con calidad y no mucho y con pocos resultados es la fórmula de una ganadería con una camada corta, pero de gran calidad.

Ganadería muy conocida por el sur de Francia donde hasta el año pasado lidiaba prácticamente la totalidad de su corta camada y desconocida en España por no querer tragar con el toro moderno de la tauromaquia 2.0, porque esto de la dureza y la casta, por estos parajes no se lleva, de eso, saben más nuestros vecinos franceses que nos han pasado por la derecha y por la izquierda.

Mucha culpa de su triunfo en España en el año 2018, donde sorprendió a muchos desconocidos de este encaste, Santa Coloma mezclado con la línea de Graciliano Pérez Tabernero, lo tiene ese desafío ganadero del mes de septiembre que compartió con la ganadería de Saltillo. Dos toros para la retina del buen aficionado, que por desgracia somos pocos, ya que ese día la plaza registraba un aforo bastante pobre. Los que se jactan del figureo y el torerismo, aquellos que dan la espalda al único protagonista de esta historia que es el toro, y cuando aparece, se pierden por otros lares, lejos del coso Venteño, se perdieron un espectáculo digno de ver.

Y es que Montañes nº 17 y Navarro nº 15, dieron un ejemplo de por qué esta afición es tan bella, de por qué el toro es el gran y único protagonista de esta historia llamada tauromaquia, pura casta, pura bravura, quizás al primer protagonista le taparon más sus virtudes, pero fue mucho más bravo que su hermano citado aquí en segundo lugar. El mensaje de esta ganadería y de estas dos pinturas de toros fueron claros, sin casta ni bravura, la tauromaquia pierde todo el sentido.

El buen aficionado tiene memoria y espera con ansia, esperanza y nervios que llegue el día 11 de junio para ver lo que es una de las esperanzas de esta feria y del elenco ganadero en España, el SI a la casta. Valdellán, oasis de bravura en un desierto perdido de descaste y mansedumbre total.

Por Borja García

«Navarro», ganador del mejor toro de la temporada de Las Ventas

«Montañes», lidiado en los desafíos ganaderos en Las Ventas. Gran toro, muy parecido a uno reseñado para San Isidro