-Dejó escritos cuatro tomos históricos: “Grandezas y miserias del toreo”, “El cautiverio vasco” y dos con sus “Memorias taurinas y políticas”. 

-En su sección de “El Ruedo”, titulada “Desde mi rincón”, remató sus últimas líneas en fundados, ocurrentes y sugerentes comentarios…con ironía y didáctica ilustrada.

Teniendo en cuenta que “Clarito” escribió crónicas taurinas en la primera década del S. XX, temporadas de Joselito y Belmonte, Edad de Oro del Toreo,  y los años 20, 30, 40…hasta mediados los 60, sus libros son historia pura y, como sus comentarios y análisis, destilan literatura fundamentada, amplia cultura y agudeza intelectual estimulantes. Don César fue un escritor costumbrista,  trataba el toreo y sus “cosas”, considerado uno de los principales escritores taurinos de todos los tiempos.

A Joselito lo valoró como el primero y último rey de la edad moderna del toreo y con Belmonte nació lo de antes y después de Belmonte. Vivió  la época de Sánchez Mejías, Lalanda, Domingo Ortega, Manolete, Pepe Luis, Luis Miguel, Antonio Bienvenida, Julio Aparicio, Litri, Pedrés, Antonio Ordóñez…las figuras de los años sesenta: Puerta, Camino, El Viti…El Cordobés que no era de su “aire”  ni agrado pero le reconoció buenos momentos con la izquierda y su “refresco” y ráfaga esperanzadora reviviendo la fiesta.

Su primer libro fue “Grandezas y miserias del toreo”.1933. La portada, a color, y numerosas ilustraciones a plumilla son del gran dibujante y pintor Roberto Domingo y  completan el texto. Fueron amigos y colaboradores. Dos “figuras” del toreo. Roberto, pintor, dibujante, cartelista e ilustrador taurino nació en París en 1883 y a principios del S. XX llegó a Madrid. Ganó “mil” premios, concursos, exposiciones…y llenó el mundo de dibujos taurinos. Es el referente obligado en la materia y del tema taurino, pintura y dibujo, en el S. XX. Fue lo que más le solicitaron y bordó el movimiento, el ambiente y la luz en los cosos, en el campo…

Su obra está en “La Lidia”, “Corinto y Oro”, “Torerías”, “El Liberal”, “El Ruedo”, “La Libertad”, diario republicano independiente, obrerista y popular, “ABC”, “Informaciones”…

El libro es una completa información torera de ante de José y Juan, una crítica torera y ganadera avanzada y que algunos de posteriores décadas copiaron y les sirvió para destacar ¡Ya lo había escrito Clarito!

En 1939 le editaron  a don César “El cautiverio Vasco”. Cuenta los once meses de penalidades desde el calabozo municipal de Fuenterrabía, invadida por las gentes del Frente Popular de Irún,  donde lo llevaron en agosto del 36, la cárcel de Ondarreta, un barco prisión y la reclusión en la “cárcel” de El Carmelo en Bilbao hasta la toma de la zona por los sublevados. Fue liberado el 11 de junio de 1937. Zona “roja” entonces. Un hombre que defendió la democracia republicana encarcelado por el movimiento opositor a la sublevación militar de 1936 que trató de cortar a sangre y fuego, entre otras cosas, la secularización de la enseñanza.  Su familia se refugió en la rama materna de la bonita población riojana de Nalda. Luego alternaron Logroño y San Sebastián, donde  amparó a don César el empresario Pagés, hasta final del verano  del 39.

En algún  lugar le hacen autor, no he tenido oportunidad de leerlo ni conseguirlo, de “La Revolución de Octubre de 1934 al “straperlo”. Intimidades de un drama histórico”. Madrid. Diario “Pueblo”. 1964.

En 1972 pudimos leer las “Memorias de Clarito”. Un lujo imprescindible para todo el que pretenda conocer el toreo de su tiempo y todo lo que le rodeaba en el mundillo fuera del ruedo. Datos, anécdotas, deducciones…con excelente estilo y amplia documentación histórica.

Al poco tiempo salieron a la luz las “Memorias políticas” de Clarito. periodista, ministro, presidiario… un apoyo histórico de los disparates sin argumento que se apuntaron los “liberales”  de izquierdas. En fechas de difícil y revuelta situación. Veraneaba en Guipúzcoa y en la sublevación militar del 36, a pesar de su servicio a la democracia, los republicanos vascos lo encarcelaron hasta la caída de Bilbao.

“Los toros en España”, de Orellana, son mil páginas en 3 tomos que pueden considerarse lo más importante, diverso  y completo que se conoce en Tauromaquia. Una joya  con las ilustraciones a todo color más señeras y hermosas editadas.

En estos volúmenes, “Clarito” comparte firma con Domingo Ortega, Álvaro y Juan Pedro Domecq, Conde de Colombí, Popelín, Corrochano, Lalanda, Antonio Bienvenida, Ortega y Gasset, Camón Aznar, Laín Entralgo, Gregorio Marañón, Pérez de Ayala, Edgar Neville, Gerardo Diego…y algunos más de similar cartel.

No olvidar “¡Toro!”, primera tauromaquia en color. Fue supervisor con Álvaro Domecq. Casi 500 páginas de tamaño folio a todo lujo en cuanto a “decoración”.

Estos tesoros son de finales de los años sesenta, más o menos, y supongo que algo más podría añadir pero la muestra es notable y definitoria.

ALGUNOS RASGOS Y EXPRESIONES PERSONALES

“Durante años no tomaba notas en la plaza. Pensaba, con orgullo, que lo que se me olvidaba de una corrida se me debía olvidar. Después he necesitado anotar cosas de las corridas. A veces no hay tema y manoseo las notas como se exprime un limón sin jugo. La condición del toro es lo más frecuente en mis anotaciones. Si es o no superior al torero o si este está por encima o por debajo de las bondades o inconvenientes. Si han calado en el público ciertos pases, si se ha dejado engañar por el toreo de ventaja, o la monserga del bien lidiar al poner un toro en suerte…que hacían los subalternos de antaño y algunos de los pocos que quedan en esta sazón.

Me acuerdo de una nota. El matador pone al mono en suerte y uno del tendido grita: ¡Lidiadorazo!. Mirando al becerro y al espectador apunté: ¡¡Idiota!! Hay que decir esto en la crónica. Luego lo traspapelé”.

Del extra de “DÍGAME” 1961 guardé unas líneas que firmaba “Clarito” en este artículo: “Del “antes” y del “ahora” en los toros”. “La eterna teoría diferencial aplicada al toro, a la lidia y a los toreros. “¡Aquellos sí que eran toros!”. Sin piensos, altos, descarados, adultos…pero no todos eran “jaquetones” y a Guerrita la chillaban los utreros de Saltillo y también había escándalos por chicos y flojos. Nada engorda a los toros, y a los hombres, como el pasado: “El toro de antes”.

“Aficionados de nota y cronistas eméritos han virado y cantan “el toro de ahora”: Bravo, fino, toma los pases sin tasa, muere lejos de tablas…Pero sale como toda la vida: Viejos, jóvenes, grandes, chicos, nobles, avisados…con esta única variante: Si los toreros en boga pueden poco  sale el toro de años y arrobas que se reducen si el toreo es pilotado por capitanes de altura. La nueva era del toro y su lidia se marcó en 1926 con la implantación del peto y la puya de triple arista. Ahí se marca lo de antes y ahora. Antes, la inmensa mayoría salían del primer tercio casi indemnes. Hoy, con la muralla acorazada y el lancero salen rotos, casi moribundos…Joselito y Belmonte torearon como hoy al toro picado como ayer. Y al después del peto habría que añadirle el toreo después del despunte”.

El artículo es un lujo, muy largo y muy razonado. Quiero añadir que el histórico y muy traído “Jaquetón”, de Javier Solís y lidiado en 1887, fue terciado, sacudido de carnes y de cortas y brochas defensas. Derribó en 9 varas y mató 7 caballos. Fue apuntillado al no poderse lidiar ya que se le reventó un pulmón.

En “Momentos estelares de La Tauromaquia” Antonio Castañares, crítico taurino extremeño, escribe sobre Nicanor Villalta: “Alto hasta la exageración y desgarbado, antítesis de una figura reunida, de carencias estéticas…toreaba  sobre los brazos, muñecas rotas, dueño del terreno que pisaba…gran matador…”. Añade la crónica de Clarito en El Liberal, año  1924. “Un texto de gran belleza literaria que destaca la esencia del toreo de Villalta”.

Y así escribía don César: ¡“Salve Villalta, el de la oreja de oro y la muñeca…de platino ¡ Y el corazón de rubíes y la voluntad de acero. Y el de las piernas de bronce…Unos espectadores invadieron el ruedo y alzaron en hombros al héroe, al enorme muletero que con su mágica muñeca acababa de e charle siete vueltas a la llave del toreo de la emoción, del toreo ejecutado desde cerca, ni más ni menos que se echaron siete llaves al sepulcro de El Cid. Lo sacaban por la puerta de Madrid, lo aclamaban…”.

En un “Desde mi rincón” de “El Ruedo”, mediados los 60, “Clarito” titulaba “El número y el caso”. Toda una lección e información del momento. Se refería a “El Cordobés” y al lustro entre el 15 y 20 de Joselito y Belmonte.  “El número uno y su clan administrativo pusieron su hito esta temporada, a título de singular laurel, en superar la cifra record de corridas toreados por  otros número uno, y diferentes, en la segunda década del siglo. Objetivo logrado. Aquellas corridas entre el 15 y el 20, con sus tercios enteros, sus enterizos toros-antes del peto y demás “humanizamientos”- no admiten paridad en riesgo, esfuerzo físico ni tensión moral…frente al casi único último tercio y generalmente con novillos apagados. No siempre es mejor  el diestro que más corta ni superior la faena premiada a la desierta. Y unas orejas- ahora como antes- distan mucho de importar lo que otras. Las dos de una tarde de Belmonte entrañaban un distinto tributo al arte que las de varias tardes de Joselito. No ha necesitado para el triunfo reglas clásicas ni se han preocupado de ellas los públicos que silban a los demás lo que a él le aclaman”.

En “El Ruedo” de 1962 rotula: “El porqué de los toros gordos pero “reverentes” y de poca pelea”. “Que los toros cuya primera misión en el ruedo es correr- “corrida de toros”- sufran alguna caída no tiene nada de insólito. También los hombres se caen y a veces en lo más llano. Hoy, animales fieros y poderosos los vemos  flaquear e hinojarse reverentes dando en el suelo cuan largos son apenas sienten la púa de una vara. Siempre se cayó alguno pero nunca la flojera de remos y de cuerpo rayó tanto en la invalidez. Toros sumisos, facilones, tocados de la suave melancolía del asno y vacas “dulzarronas”, de clase…fueron procreando el toro-standard, de nervio muerto y casta dosificada. Y tras del toro apacible y bonachón…el manso y flojo…”. A mí, el vocablo “reverente” ya me cautiva.

Trata del toro sobrealimentado, utrero adelantado o empapuzado con osamenta de adolescente, cornicorto o cornicortado…¡Un lujo de vocabulario! Y termina así: “Ha surgido, para colmo, una nueva dieta por cuya merced los pollos han perdido su sabor, los jamones su sustancia y los toros su fuerza tradicional”.

LA SEMANA GRANDE (SAN SEBASTIÁN)

Por el 1965 se leía este editorial en “El Ruedo”: “CLARITO”. “El maestro de la crítica de toros va a brindar varias crónicas a los lectores de EL RUEDO. Apartado hace varios años voluntariamente de la batalla del periodismo, haciendo una excepción ha aceptado ocuparse de la Semana Grande de San Sebastián como enviado especial de nuestro semanario. La noticia seguro que será recibida en todo el planeta  de los toros con el mismo júbilo…que cuando hacía la disección de un torero con una frase genial…desde su rincón de observador haciendo felices a los amigos con su charla amena, fluida, aguda, mordaz a veces, inspirada siempre. Sus lectores se frotarán las manos de gusto por volver a leer a Clarito (garbo en la prosa, agudeza de ingenio, gracia en la imagen, justeza en la impresión), un cronista de las letras taurinas que sabe de toros y toreros. En esta época que se están confundiendo muchas cosas, quizá porque se ignoren demasiadas. Es muy oportuna esta galantería del crítico que más fervientemente ha penetrado en la verdad del mundo de la tauromaquia desde el alto magisterio de su sabiduría”.

Iniciada la feria, el título era “Rasgos y perfiles de cada tarde” por CLARITO. Con este prólogo: “A Semana Grande, gran crítico. EL RUEDO se enorgullece…por el prestigio de su certera y clásica pluma sino por el logro de sacarlo de su rincón, famoso en los burladeros de Las Ventas, y hacerlo volver al ruedo de la crítica. Nuestros lectores quedarán agradecidos viendo en las crónicas exprimido y en extracto-como el zumo de un limón-el contenido de la gran serie donostiarra”.

Pedro Mari Azofra

PIES DE FOTO

-Don César Jalón en el acto de su homenaje en Logroño con Matías Prats, su hijo Diego…agradeciendo su placa-recuerdo, en la plaza de toros con Emilio Carreras, su hija y “Pedrés”…en una barrera del coso taurino con Matías Prats y con su esposa Catalina y una Hermana de la Caridad en la cena de la institución benéfica Cocina Económica.