En los difíciles años 40, 50 y 60 abundaban los festejos taurinos básicos mientras llegaban las ferias.

Es irrefutable el hecho de que salvo los días concretos de “la feria” la inmensa mayoría de las plazas de toros españolas están cerradas. No sirven sino para algún concierto o, como hace poco la plaza de Melilla, de retención a los “sin papeles” o algo parecido. Si hubiera un levantamiento o guerra civil, como parece que algunos buscan, volveríamos a usarlas como presidio o campos de concentración o mejor de represión. Como fueron las de Logroño o Vitoria, por un poner.

Cuando por el año 2000 se inauguró la plaza cubierta de Logroño, la empresa Chopera ofreció en primavera festejos atractivos con Manzanares, Joselito, Morante, Cayetano, Hermoso de Mendoza…y la respuesta fue muy escasa. A cerrar.

La plaza de San Sebastián, también cubierta y cómoda, lanzó una gran campaña de novilladas primaverales que también tuvo que cortar porque no eran rentables a pesar de los atractivos del ambiente de restauración y copas que rodeaban el coso y de la esperanza de salvación por público galo..

Los ejemplos podríamos centrarlos en el S. XXI y asimilarlos con otras zonas de España. No es difícil entender que la programación de festejos taurinos es una inversión comercial para obtener beneficios. Son empresas, que pueden disfrutar de afición por la fiesta de toros, pero que si no hay beneficios no pueden funcionar y defender la inversión. “Invertir” en novilladas es tirar los “jurdós”.

En todos los lugares de España florecieron los festejos taurinos populares, becerradas, novilladas, festivales…, por los años 40, 50 y 60 y ahora esas plazas están con hierba en la arena y jaramagos en los tendidos..

Trataré de dar datos sin precisar matemáticamente. Es trabajoso.

En Sevilla por el año  1967 se dieron entre 16 y 20 corridas de toros. Con todas las figuras y Sussoni, Riverita, Hernando, El Inclusero, Palmeño, Oliva…y el gran Rafael Ortega. Las vi y guardo algunas notas.

Hubo similar número de novilladas picadas con Capillé, Macareno, Roca, Astola, Calero, Bormujano, Manolo Cortés, El Almendro…que los recuerdo y admiré. Y otros de más nombre cartelero  que los anteriores.

También se anunciaron algunos festivales para “La vejez del toreo”, a Manuel Álvarez “El Bala”, Cáritas y algún otro donde nos divirtieron Caetano, Paco Herrera, El Monaguillo, Bernadó, Curro, Litri, Carnicerito de Úbeda…Cuéntenme lo que ahora hay en Sevilla que hasta han desaparecido corridas históricas fuera de feria.

En aquellas novilladas vi a Curro Machano,  de Bormujos, Alonso Morillo, Acevedo, Rafael Torres…y en un festival a John Fulton. Creo que todo lo anterior se ha minimizado y bastante ha desaparecido.

En los setenta seguí los festejos básicos de Albacete y era multitud la de becerrista y novilleros con ganas de ser toreros. Hoy, con escuela taurina reglada, encuentro muchos menos.

Me voy a mi tierra. En Haro, con numerosas corridas de toros en su historia, novilladas, festivales de todo tipo, becerradas…hoy hace años que la plaza está cerrada a cal y canto. En Cervera del Río Alhama, la plaza más veterana de La Rioja, tienen ya olvidado el último festejo de muerte. En Calahorra, hasta no hace mucho, hubo corridas en las fiestas de marzo. Y novilladas. Olvidado. En la feria de agoto se daban hasta dos o tres corridas. Hoy una y subvencionada. En medio, había algunos festejos menores. En Arnedo hubo al año hasta  ocho novilladas con caballos. Y algunos festivales Se ha quedado en cinco y una “económica”.

En Santo Domingo hemos visto corridas con Dámaso González, Joselito, Curro Girón…numerosas novilladas picadas…y hoy se da un mini festival aguado, porque subvenciona el Concejo, y a plaza vacía.

Logroño, del que tantos presumen, lucha por no perder dinero en la feria con cinco corridas de toros en 365 días. Aquí hubo corridas en junio, que son las fiestas patronales, numerosas novilladas con picadores, incluso en octubre, y muchas novilladas económicas, sin caballos, en primavera y verano, Además de todo tipo de becerradas y festivales.

Que si el de “Protección de chóferes”, “Fiesta del Trabajo”, “Círculo de la Amistad”, “Los Artilleros”, “Los niños austriacos”, “El Club taurino”, “La cooperativa de la construcción”, “La hermandad sindical de Labradores y Ganaderos”, “El Club Deportivo Logroñés”, “La Dependencia Mercantil”, “El Asilo de ancianos desamparados”, “La 4ª Región Aérea”, “Niños de Educación especial”, “La Cocina Económica”, “Los Chóferes”… y así en media España.

Ha desaparecido el toreo en Cataluña y plazas de Costa Brava, donde más festejos se daban de España.  En Baleares, donde además del Coliseo de Palma con una docena de corridas de toros, había 5 plazas que se abrían todos los años. Se podían ver novilladas de promoción en Vitoria, Pamplona, Santander, Burgos, Salamanca…En la Costa del Sol hay plazas oxidadas en varias poblaciones turísticas y el problema es que a los festejos “de formación” y no estelares no acude ni la familia de los protagonistas..

En Logroño de los sesenta toreaban al año cuatro o cinco tardes Barrero, Andrés Vázquez, Curro Ortuño, Dos Anjos, El Bala, Calleja Paquito Fuentes, Flores Blázquez, Tinín II…Hoy se abre la plaza cinco días al año. En los años anteriores, final de los 40 y 50,  había diez o doce nativos que “toreaban” y animaban al personal. Las figuras del torero eran Luis Miguel, Parrita, Pepín, Manolo González, Pepe Luis Vázquez, Paquito Muñoz, Dos Santos, Litri y Aparicio…pero un 11 de junio de esos años torearon en La Manzanera Domingo Ortega, Luis Miguel y Pepe Dominguín. La totalidad de festejos superaba la veintena. En los años 70 y 80 los vacíos anularon las ofertas.

Por allí rondaban Manchitas, Mótil, Hueverioto, Pedro Medrano, Chicuelín, Naranjero, Pepe Rioja, Los Cojos Toreros, Illera, Losantos, Pacotin, Camiserito, Herraiz… y un puñado más después y antes. Hoy estamos en aquello de los niños de teta haciendo gracia a las abuelas en El Espolón ¡Qué cosas!

¿Cuál es la causa de la indiferencia o inasistencia a los festejos básicos o de promoción taurinos? ¡A las novilladas! . Se lee o escucha de todo. Que si la llegada del “600” desplazó los días festivos a las gentes a orillas de los ríos. La abundancia de piscinas públicas y privadas. Que en las casas hay televisión y orejeros y antes solo había sillas y taburetes. Que terminada la comida lo normal era lo de salir a tomar café, copa y “farias” y si sonaba un cohete ir a “los toros”. Que los toros se implicaban  en el pueblo y las mulillas paseaban por la ciudad o  pueblo con la banda y el alguacilillo. Que sin moverte de la butaca ves en tu casa las 100 corridas más importantes y serias de la temporada española y no te interesan nombres desconocidos, que los novilleros actuales conocen el toreo muy pronto y no “se la juegan” provocando sustos y emoción…¡Vaya usted a saber!

En la actualidad hay medio centenar de escuelas taurinas en España. Aseguran la continuidad taurina general con cientos de jóvenes en el aprendizaje. Pero también es cierto que miles de pueblos y ciudades no tienen un bípedo para llamarle “torero”…aunque esté en el parvulario de la profesión. No hace tanto que era raro el lugar sin un pretendiente a la fama torera. Personalmente confío mucho en las escuelas taurinas y muy poco en el público que pueda ir a verlos en el rodaje inicial de luces. A las novilladas…ni dejando la puerta abierta. Y a un 50% de corridas poco público.

Algo parecido ocurre en la pelota a mano profesional. Vacíos y escasas entradas…salvo partidos estelares, finales o semifinales de campeonatos de primera.

PIE DE FOTO: Mediados los 40 en Logroño. Paco Honrubia, Pepe Casiano, Currillo, Heliodoro “El Naranjero”, Ribereño, Luis Redondo…y mulilleros de lujo.

Pedro Mari Azofra