La noticia que ha saltado a la palestra en los últimos días y que concierne al mundo de los toros no es otra que el alcalde de Estella, ha convertido dicha plaza en una perrera. Me pongo en el corazón de Pablo Hermoso de Mendoza y me entran ganas de llorar, como lo estará haciendo el mejor rejoneador de la historia cuando ha comprobado para qué se utiliza ahora la plaza de toros de su pueblo.

Ciertamente, los políticos de izquierda no se llevan nada bien con la fiesta de los toros y, al paso que vamos, hasta creo que peligra la fiesta de los toros en Pamplona que, si no la prohíben será porque entenderán que deja mucho dinero en las arcas de la ciudad, pero ganas seguro que no les faltan; es más, pronostico que si siguen mandando las fuerzas separatistas en Navarra, en un futuro muy próximo no habrá toros en la capital navarra.

Ahí tenemos, como digo, el caso de Estella, un municipio navarro gobernado por un tal Koldo Leoz que, mirando la foto que publicamos no hace falta decir mucho más porque el pobre lleva escrita en la cara la maldad. Es lo de siempre, lo que he contado tres mil millones de veces cuando de separatistas e izquierdistas hablamos, si a ellos no les gusta lo erradican, lo prohíben y se quedan tan anchos. Así son las fuerzas de izquierdas y su lema será siempre el mismo: ¡Aquí mando yo por mis cojones¡

Una pena que, un edificio histórico como la plaza de toros de Estella que, con más de cien años de antigüedad, por culpa de un gracioso se haya convertido en perrera municipal; vamos que, España entera se siente avergonzada de ver la decisión de un tipo extraño y extravagante por no darle otro tipo de calificativo ha sido capaz de lograr. Ciertamente, entre los políticos podemos esperar cualquier barrabasada puesto que, si en su día unos políticos con ideas criminales cerraron la plaza de toros de Barcelona, la que más toros ha dado en el mundo, lo demás nos lo podemos esperar todo.

En lo que Koldo Leoz no ha reparado es que en Estella no todos los perros los tiene en la perrera porque como se ha comprobado, para desdicha de los estelleses de bien, caso de Pablo Hermoso de Mendoza y muchísimas gentes más, por Estella siguen circulando muchos perros por las calles, pero a éstos no los han metido todavía en la perrera taurina.

Estos políticos de nueva ola sumergidos en las fuerzas separatistas e izquierdistas no reparan en nada, la prueba la tenemos en lo que hemos contado. No hay respeto para las tradiciones, para las costumbres, para las aficiones porque, digo yo que si la plaza de toros tiene más de cien años de vida será porque interesaba a los navarros la fiesta de los toros y, de repente, como ha sucedido en tantísimas plazas de toros, llega un iluminado y prohíbe la fiesta o, como en el caso de tipo aludido, la convierte en perrera municipal. Y encima, para colmo, todas estas gentuzas que atentan contra el bien colectivo de sus ciudades o pueblos, para mayor escarnio, les pagamos sueldos opíparos del erario público. Échale hilo a la cometa.

Mientras tipos como el citado formen parte de los gobiernos de los pueblos, las comunidades o el mismo gobierno de España, todo lo tenemos perdido. Para estas gentuzas no existe el respeto, ni la libertad, ni el sentido común ni nada que tenga que ver con la propia vida del ser humano. Eso sí, si se trata de animales, ahí tenemos la prueba, los perro son los dueños de la plaza de toros de Estella. Los aficionados, los seres humanos no podrán pisarla pero lo que se dice los perros, ahí tienen su feudo.

¡¡¡¡¡Guau!!!

Pla Ventura