Lo que sucede en Játiva no es otra cosa que el sometimiento hacia una ciudad taurina de toda la vida en la que, por culpa de un dictador disfrazado de demócrata, desde hace cuatro años dicha ciudad se quedó sin toros, como digo, por culpa de un gracioso que atiende por Roger Cerdá i Boluda. Como no podía ser de otro modo, el citado Cerdá pertenece al partido socialista y, naturalmente, todo lo del ayuntamiento se difunde en valenciano, faltaría más.

Las peñas taurinas setabenses abogan para que el consistorio les autorice para poder dar la corrida de toros de feria en agosto pero, el dictador de turno hace oídos sordos; no prohíbe taxativamente dicho, pero sí pone mil trabas para que no haya toros en Játiva. Estamos en el cuento de siempre, lo que a ellos no les gusta no sirve para nada, es el caso del dicho alcaldín que, pese a ser tan joven, apenas un muchacho, es difícil de entender que haya tanta maldad dentro de su cuerpo porque, el tal Cerdá debería saber que los aficionados a los toros setabenses pagan sus impuestos de forma religiosa.

Cuando hablamos de sociatas y los toros, la historia se repite una y mil veces, pero siempre ganan ellos, los dictadores que, como asistidos por arte de magia, siempre vencen. El tal Roger, como tantos de sus homónimos, tiene fobia hacia la fiesta de los toros pero, tanto a él como a sus correligionarios de partido, ellos que son tan socialistas y demócratas, jamás les he oído una palabra de crítica hacia ese nefasto socialista de Venezuela que se ha dejado a su país en la más total quiebra en todos los órdenes; la prueba no es otra que en los últimos cinco años, la diáspora sufrida en Venezuela con sus gentes ha llegado a los cinco millones de personas. Claro que, al final uno lo llega a entender todo; Maduro es socialista, siendo así, sus correligionarios de España no pueden criticarlo, aunque se muera el país de hambre y miseria.

Fijémonos como es el tal Roger que, a primeros de año dejó perder una subvención que tenía aprobada por parte de la Diputación Provincial con una cantidad de 240.000 euros para destinarlos a obras y mejoras de la plaza de toros. Hasta ese punto les llega el cinismo y el odio a este tipo de personajes que, quiera Dios un día queden exterminados por las urnas.

Como sabemos, la plaza de toros de Játiva se hizo completamente nueva hace apenas un lustro, por tanto, hablar de deficiencias en su estructura es una banalidad sin límites pero, claro, son los argumentos que utiliza Roger para joder a su prójimo por aquello de ser aficionados a los toros. Como digo, los sociatas son especialistas en prohibir, de forma concreta si el asunto atañe a los toros. ¿No estamos viviendo la peor dictadura de todos los tiempos? Claro que, como ahora son  muchos los dictadores y quedan dispersados parece que todos sean demócratas. Eso sí, en Valencia y sus aledaños, los políticos hablan la lengua de Auxias March porque los pobres no saben en España hablamos la lengua de Cervantes que es casi universal.

Por cierto, los sociatas son muy dados en presumir de honradez y, el último caso que les ha salido tiene que ver con el tipo de la peluca que preside el Gobierno valenciano que, como se ha demostrado, financiaba a su “periódico” con dinero del pueblo. Ya tiene tarea Roger Cerdá para defender a su jefe en Valencia. Pero claro, ellos prefieren echar cortinas de humo como es el caso de los toros para que les critiquemos y pasemos por alto los delitos cometidos por tantos socialistas en toda España. Estas gentuzas tenían un eslogan fantástico: CIEN AÑOS DE HONRADEZ y les quedaba perfecto porque hacía honor a los años que no mandaron en España, por eso eran honrados.

Confiemos que, dentro de no mucho tiempo, quizás en las próximas elecciones, el pueblo valenciano, en el caso que nos ocupa, les dé el pasaporte definitivo a los socialistas y demás especímenes del rojerío de España para que todos podamos vivir en paz y concordia.

Lo triste de la política es que apenas quedan políticos; son casi todos oportunistas, gandules, gentes de mala calaña que han visto en la política una forma de vivir sin trabajar y cobrar sueldos astronómicos. Si le formulásemos la siguiente pregunta a miles de politiquillos de España y nos dieran una respuesta lógica, empezaríamos a creerles pero, tras la pregunta: Oiga, ¿antes de meterse en política usted a que se dedicaba? Que conteste el que pueda.