La noticia de la ruptura profesional entre Roca Rey y José Antonio Campuzano nos ha dejado sin sangre en las venas. Una vez más se vuelve a demostrar que, un torero puede ser muy valiente, caso de Roca Rey, pero un auténtico mequetrefe como persona, a las pruebas me remito. ¿Qué cantos de sirena habrá escuchado Roca Rey o sus allegados, que le han llevado al precipicio? Sería bueno saber los motivos pero, repito, la calidad humana de Roca Rey ha caído por los suelos con auténtico estrépito.

Es cierto que, a medida que pasa el tiempo, la relación entre las personas puede deteriorarse pero, siempre, absolutamente siempre debe haber un motivo de peso que, en el caso de este binomio citado no creo que exista porque, la honradez de José Antonio Campuzano ha siempre el gran valor que le ha definido como hombre y, como sabemos, Campuzano defendió los intereses de Roca Rey como nadie lo haría en el mundo y, lo que es mejor, dudo que nadie puede calificarlo como estafador por aquello de haberse quedado el dinero del diestro que, como es notorio, está rico gracias a que se ha jugado la vida, eso no lo discutirá nadie pero, algún porcentaje de culpa tendrá de todo ello José Antonio Campuzano.

Hasta ahora, Roca Rey tenía quien le defendiera pero, a partir de ahora, si el peruano queda en las manos de la oligarquía taurina, que no le pase nada puesto que, le utilizarán como si fuera papel higiénico; es decir, usar y tirar. Todas las llamadas exclusivas firmadas por los propios empresarios con determinado toreros, todas acabaron de mala manera porque, entre otras cosas, era “lógico que fuera así”; si, porque en principio te ofrecen tocar el cielo con tus manos y, cuando compruebas que todo era pura falacia, es decir, mentiras tan grandes como las que dice Pedro Sánchez, a partir de ese momento, digamos todos los que han pasado por dicho trance, se rebelaron ante el engaño y todo acabó a palos. Al comunicado que ha ofrecido en las redes sociales al respecto del abandono de su torero, le ha faltado poner la clásica coletilla que siempre dicen: La ruptura se ha llegado a consensuar por acuerdo entre ambas partes y sigue nuestra amistad. Esa frase que, además de todo, siempre es mentira, no la hemos escuchado en los labios de José Antonio Campuzano.

Por razones de edad recuerdo muchas rupturas entre toreros y apoderados pero, en mi juventud, siempre me llamó la atención de que, un día de la vida, Florentino Díaz Flores y El Viti, rompieran las relación que tenían desde que empezó a torear el diestro de Vitigudino para marcharse, con una suculenta exclusiva con la casa Balañá. El Viti dejó a Florentino y, su “boda” con Balañá duró lo de aquella temporada que, para colmo, El Viti, hastiado, decidió retirarse como torero. Han sido muchos los toreros que, siendo muy válidos, la ambición por estar en una casa grande les llevó a la ruina, algo que le sucederá a Roca Rey.

Como diría el otro, la fuerza la tiene el torero y es muy cierto pero, cuidado no vayan a ponerse de acuerdo los que mandan en el toreo que, en realidad, son los empresarios y pueden dejarte en la calle como aquel que tira una colilla al suelo, ejemplos los tenemos por doquier. Por cierto, hablando del tema que nos ocupa, recuerdo que, en el año 2013 -ese creo que era el año- vi debutar a Roca Rey en Valladolid en una novillada sin caballos. Felicité a José Antonio Campuzano puesto que, el niño estuvo apoteósico, a lo que me respondió Campuzano: «Este será una gran figura del toreo» A lo que yo le respondí. «Procura que no sea muy grande no vaya a ser que, cuando esté en la cumbre prescinda de tí». Sobran las palabras.

Aquello de abandonar al apoderado siempre, el que te descubrió, el que luchó a brazo partido para mostrar los valores del poderdante y que se lo creyeran los empresarios, ciertamente, no es tarea baladí para ningún apoderado. El que lo dude que lo intente. Por dicha razón, cuando todo empieza a ir bien y se han superado todas las dificultades del mundo, de repente, caso de José Antonio Campuzano te ves en la puta calle porque aquel al que defendiste te ha dejado tirado como un trapo en la basura.

Seguro que, Roca Rey creerá –de forma equivocada-  que alguien podrá defender mejor sus intereses pero, dudo mucho yo de ese “alguien” que, repito, si se trata de una casa grande que se ate los machos el torero que mucha falta le hará. Ahí está el reciente caso de Paco Ureña que, como pobre diablo que es, firmó una exclusiva con Simón Casas y, a la hora de la verdad rompieron los retratos que tenían juntos, es decir, los que les delataban. Como sabemos, se les rompió el amor apenas sin usarlo.

Ante casos como el expuesto, no le queda a uno otra opción que, repasar la historia reciente y comprobar el caso de Iván Fandiño con Néstor García que, se desunieron cuando la muerte les separó, en este caso, cuando Iván Fandiño entregó su alma a Dios. Un hecho que, respecto a Iván Fandiño, el que tenía demostrada su grandeza dentro de los ruedos, en la calle vino a ser exactamente lo mismo, un hombre cabal y bueno. Todo lo que hizo es lo que ahora nos hace recordar su grandeza. Del mismo modo, los mercachifles que toman una decisión como Roca Rey, no pasan de ser eso, unos pobres diablos que no saben de la vida y, mucho menos, de hombres.

Pla Ventura