Andaban algunos echando cuentas de quien cogería las fechas que El Juli dejaría libres en el 24. Qué bien para los jóvenes entrar en esos carteles, pero lo que no sospechaban todos los chavales ilusionados al respecto es que volvería Ponce para enmendarles la plana; es decir, dejarles sentados en sus casas.

Hemos sido seguidores y admiradores de Enrique. Ejemplo de afición y entrega. Gran profesional. Incluso mató algunos hierros duros en su larga carrera.

Persona fiel como pocos al hombre que le sacó adelante, Juan Ruiz Palomares. Siempre le mantuvo a su lado a pesar de los palos en los radios que puso su ex suegro. Que en los últimos años figuró de apoderado. Enrique nunca apartó a Palomares de su lado y eso le  honra. Ojo también hay quien dice que Palomares tiene más fincas que PONCE. Eso no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que ahí lo mantuvo contra viento y marea.

Estaremos de acuerdo en que ha sido un torero largo, peleón, sin poner pegas a carteles, no como otros, sin poder obviar que, en la gran mayoría de sus actuaciones se enfrentó al medio toro y, para colmo, inválidos, de ahí el apelativo de enfermero que le endilgaron.

Lo cierto es que sus últimos años perdió ese tirón de taquilla como todos los que están tanto tiempo y ni juntándose tres de los llamados figuras eran capaces de llenar.

Desde José Tomás a Roca se acabaron los taquilleros, esa es la realidad. Y siendo como decimos buen torero, buena gente y se supone rico. Si no lo fuera sería para matarle.

¿Qué pretende con esta vuelta? ¿Arrimarse más? ¿Llevar más gente? ¿Prescindir del afeitado?

Esta es una historia que ya hemos vivido más veces y siempre terminan igual. Verdad, ¿Ortega Cano?

Que torerazo fuiste y que poco te has respetado a ti mismo.

Terminamos como ya dijo un torero, degenerando. Los que pensaban coger los puestos del Julián tendrán que esperar. Ponce, además abre cartel y no molestara mucho.

Rafael Ortega

Observen la foto. Entre el toro y el torero cabe un autobús.