Todos los invierno nos trae los tan, míticos y necesarios, bolsines para los novilleros sin caballos, que hacen que el invierno sea más ameno para los aficionados. En estas ocasiones podemos disfrutar de los nuevos valores del futuro taurino. Pero al igual que estos «bolsines» se han convertido en tradición, las polémicas en el certamen de Ciudad Rodrigo también son habituales, casi tradicionales, que se suceden temporada tras temporada.

El bolsín taurino de Ciudad Rodrigo vuelve a protagonizar un escándalo en sus fases clasificatorias. Exactamente fue el domingo pasado, con las vacas de Andoni Rekagorri, cuando uno de los mejores novilleros sin caballos del momento -y del actual escalafón-, Cristiano Torres, y que estuvo -Según los profesionales allí presentes- tremendo, con verdad y tragando, fue eliminado.

¿Quién evalúa? ¿Cuáles son los requisitos? ¿El jurado es ciego? ¿Por qué juegan con la ilusión de alguien que se la juega sin trampa ni cartón?Muchas preguntas sin respuesta. Al final, el toro pone a cada uno en su sitio, y este chaval va a triunfar. Y muchos son los profesionales que saben reconocer la verdad, la honestidad y las cualidades que tiene este joven aprendiz de torero, que muy pronto demostrará todo lo que lleva dentro.

Las injusticias en el mundo del toro se aplastan de una sola forma, en la plaza y cortando dos orejas. Esa es la meta de Cristiano Torres, para bien del toreo. Un novillero que nos mantiene viva la llama de la ilusión para que en un futuro cercano triunfe en las plazas, y haga callar algunas bocas.

Por Juanje Herrero