El pasado martes respirábamos aliviados como despertando de este cruel letargo que sufrimos durante más de un año, todo ello debido a las palabras esperanzadoras que nos decía Simón Casas al respecto de Madrid, el cual afirmaba que en la capital habría toros aunque él tuviera que vestirse de luces de nuevo. Qué lejos quedaba de la mente del productor todo lo que esa misma noche se fraguaría en el mundo de la política para que, una vez más, la fiesta de los toros quedara totalmente lacerada por ese mundo cruel, ruin, apestoso y cobarde como es la política.

Como digo, atisbábamos una tenue luz al final del túnel y, todo ha sido un mal sueño. Como explico, la política, una vez más ha destruido todo lo que huela a la fiesta de los toros porque, aquella terrible noche del martes al miércoles, la traidora de Inés Arrimadas ha querido morir matando y, como idea “genial” no se le ocurrió otra cosa que pactar con el PSOE –ella sabrá el precio por el que se ha vendido- para destronar a la derecha en los pocos lugares que ésta manda. Lo lograron en Murcia y, menos mal que, un minuto antes de que se consumara la hecatombe en Madrid, una llamada providencial alertó a la señora Ayuso de todo lo que se le venía encima y, ésta, como gran estratega que es, disolvió la cámara y convocó elecciones, todo ello un minuto antes de que llegara el seísmo a Madrid.

Es cierto que, de momento, la señora Ayuso ha salvado los “muebles” pero, ¿quién nos garantiza que ganará en las próximas elecciones? La duda es razonable y, lo que es peor, hasta tenemos el presagio de que la derecha ha desaparecido para siempre y, como veamos al muñeco de Íñigo Errejón o cualquier bandarra de la izquierda al frente de la Comunidad, que Dios nos coja confesados. Recordemos a Carmena en el Ayuntamiento y tendremos pruebas más que fehacientes. Es lamentable, mucho, que las tormentas en la política nos puedan afectar tanto a los aficionados a los toros, primero como españoles de bien que pagamos nuestros impuestos para mantener a traidores y gandules como es el caso de Arrimadas. Y en segundo lugar en calidad de aficionados porque, como se demuestra, la fiesta de los toros en Madrid pende de un hilo.

El mismo Simón Casas se estará tirando de los pelos al comprobar que, sus ilusiones –si es que las tenía de verdad- se han venido abajo cual castillo de naipes. Nadie podíamos sospechar que Madrid estaría dos años sin su feria de San Isidro, amén del resto de la temporada. Y digo dos años porque, insisto, todos esperábamos con inusitado anhelo ver cómo se abrían las puertas de la primera plaza del mundo. ¡Mi gozo en un pozo!

¿Qué ha pasado en realidad con los políticos? Está clarísimo. El partido de Inés Arrimadas que es un bodrio estúpido y sin sentido, sabedor de que está en las últimas agonías y que juntarse con la derecha no es “aconsejable” dada la precariedad que sufre la citada derecha española, ha sido mucho más rentable la traición para, de tal modo unirse a la izquierda que como el mundo sabe, dados los tiempos que vivimos, goza de un plebiscito casi universal en España.

Dentro de todas las desdichas, pese a que la carta que ha jugado la señora Ayuso es muy complicada, dentro de todos los males, aquella llamada providencial que recibió a tiempo, en el peor de los casos, ha evitado el cataclismo en Madrid. Pero, cuidado, no echemos las campanas al vuelo que no soplan buenos vientos para la derecha en España y, la izquierda, más lista que el hambre, días antes de las elecciones de primeros de mayo en Madrid, ya se encargarán de aleccionar a los medios de comunicación para que éstos se apoderen de la voluntad del pueblo y, cual manadas de borregos domesticados, voten a la maldita izquierda para que todo se destruya para siempre y, los toros no escaparán de dicha nigromancia.

Por el bien de Madrid, de España, de la derecha, de los toros, quiero equivocarme pero, insisto, los vientos que soplan desde la izquierda son demoledores y, como se ha demostrado, el pueblo español, en su gran mayoría solo quiere hambre, miseria y destrucción y, mientras los apestados que gobiernan les prometan el sueldecillo de los cuatrocientos y pico euros sin dar un palo al agua, tenemos izquierda para toda una eternidad.

¿Habrá toros de nuevo en Madrid? Los madrileños tienen la respuesta. Al parecer ya estamos venciendo la pandemia, razón más que lógica para que, como antes dijera, Simón Casas hiciera planes para montar festejos en Las Ventas. Es cierto que hemos vencido a la pandemia, al menos, así nos lo parece; ahora, lo difícil será vencer la “pandemia” de la izquierda que, para esa enfermedad no existe vacuna posible.

Decía el maestro Facundo Cabral que el matrimonio es la única guerra donde uno se acuesta con el enemigo. Pues ya no es la única porque, como se ha comprobado, en política sucede lo mismo donde un mandatario se “acuesta con su cónyuge político” con su socio de gobierno para, de la noche a la mañana, ser traicionado. A las pruebas me remito. ¿Verdad, Isabel Díaz Ayuso?