Mucha tinta nos ha hecho derramar los responsables de Mundo Toro TV puesto que, su calamitosa aparición ha tenido de todo, pero nada bueno. Desde el fatídico domingo de Resurrección hasta este instante, los despropósitos se han sucedido una y otra vez, menos mal que, en el día de ayer, solo se desconectó tres veces y, aunque de mala manera pudimos ver el festejo. Una catarsis de errores técnicos que, en los momentos actuales, como dije, suena a estafa en toda regla. El peor pecado de estas gentes no es otro que, a diario tenemos que extrañar a Movistar Toros puesto que dicha cadena jamás falló.
Los ingenuos abonados a este nuevo canal vamos indagando las cuestiones por aquello de poder ver los festejos por medio de la televisión y, de momento eso es una quimera. En el peor de los casos, los que tenemos un ordenador a mano nos “defendemos” como podemos pero, de lo contrario, hay que ver los festejos por el teléfono y, ya me contarán ustedes una corrida de toros mirándola por un teléfono. Es la fórmula para quedarte ciego, al margen del horror que supone ver un espectáculo como los toros por un dispositivo tan horrible. Y en mi caso se torna mucho más dramático porque tengo un teléfono de cuando “mandaba Franco”.
Claro que, para los aficionados, el fracaso de Mundo Toro TV ha sido la comidilla de todos nosotros que, desde cualquier rincón de España nos hemos comunicado unos con otros para soportar la pena que nos invade a todos ante tales despropósitos. Total que, ayer me llama un gachó y me dice lo siguiente:
-¿Estás viendo la corrida de Sevilla?
Y le respondí.
–De mala manera, pero algo veo.
Automáticamente, el sujeto aludido, con la finalidad de darme la puntilla me dice:
-¿No te habrás abonado, verdad?
-Por supuesto, le respondí.
–Tú eres tonto –continúa el otro- yo me bajé una aplicación directamente al televisor y he visto todos los festejos de maravilla y, lo que es mejor, sin pagar un céntimo. Pero eso lo llevo haciendo durante años puesto que, con Movistar nunca pagué nada, ni con Dzon ninguna otra cadena, para mí todo es gratis.
Y se quedó más ancho que largo.
O sea que, a mis años alguien me ha descubierto que, lo que en verdad funciona en España es el fraude y la ilegalidad, al parecer, es el sinónimo de nuestra existencia. O sea que, en esto de los toros como en cualquier otra actividad, ir de legal es una forma de hacer el idiota que, para colmo, dentro de esa legalidad hemos tenido todos los problemas del mundo para ver los festejos y, quiera Dios que eso se normalice y podamos ver las corridas como Dios manda.
Y yo me pregunto, ¿si no pagamos los aficionados, en este caso a los toros, cómo diablos podrán funcionar estas televisiones? Quiere uno actuar bajo la lógica, la verdad, legalidad y la justicia y, como los hechos demuestran, ser ilegal, tramposo y pirata es lo que priva. Lo contado da la medida de lo que somos los españoles, al menos un porcentaje elevado, una pandilla de golfos al margen de la ley, como diría el otro, maricón el último.
A mí nunca me enseñaron estas prácticas ilegales porque lo explicado podría ser equiparable al que entra en un supermercado, coge lo que le apetece y se marcha sin pagar. Si queremos un servicio, el que fuere, debemos de pagar para que los demás puedan trabajar y ofrecernos lo mejor pero, como se ha demostrado, los que han triunfado y no han tenido el mínimo problema son los que no han pagado nada y siguen viendo la televisión de forma ilegal, estafando al propio sistema. Ya lo dice el dicho, hecha la ley, hecha la trampa y como se demuestra, a tramposos no hay quién nos gane.
Sinceramente, a mis años, sigo sintiendo una pena enorme de que esto sea así, de que el fraude siga siendo el compañero de viaje de miles de nuestros compatriotas que, a su vez, desde cualquier lugar del mundo nos ven como lo que somos, una pandilla de golfos y sinvergüenzas. Si de Mundo toro TV hablamos, yo quiero seguir pagando, como toda persona honrada pero, a su vez, quiero un servicio legal acorde con lo que me han ofrecido.