Como ya dijimos en su momento, las palabras del señor Emiliano García Page, presidente de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, lograron emocionarnos cuando habló por la televisión y abordó el tema de los toros. El pronunciamiento de este señor al respecto de los toros nos cautivó hasta el extremo de la locura porque de todos es sabido que, el partido en el que milita este hombre es totalmente contrario a la fiesta de los toros y, para que el tema fuera todavía mucho más grave, al aliarse el de la cara de cartón con el de la coleta, ambos siniestros personajes no ayudarán jamás a la fiesta de los toros y, lo que es peor, lucharán para erradicarla.

Lo confieso, visto lo que vemos cada día, nos sabe a milagro que un socialista, caso de Emiliano García Page sea defensor de la fiesta de los toros que, en realidad, tampoco debería ser tan excepcional pero, dadas las circunstancias de lo que sucede en el PSOE al respecto de los toros, García Page es un oasis en el océano. Es cierto que, si dentro de ese siniestro partido de vez en cuando nos encontramos con un hombre cabal es para celebrarlo, pero con juerga incluida.

García Page es sabedor de las circunstancias que nos rodean por culpa de la pandemia pero, a su vez, está el hombre ilusionado como nos indicó, de que, en el verano, como fuere, los toros volvieran a su comunidad autónoma, algo digno de celebración. Su tarea no es sencilla pero, el solo hecho de mostrarse ilusionado al respecto ya tiene nuestro beneplácito que, en definitiva, es el todo que podemos mostrarle a un hombre justo, cabal, respetuoso con su pueblo y, por encima de todo, amante y defensor de una fiesta tan ancestral como la fiesta de los toros en que, hasta se atrevió a decir que los toros son tan legales en España como en la mismísima Cataluña, la que está llena de descerebrados y políticos malignos; esto no lo digo García Page, lo digo yo porque es una verdad que aplasta.

Escucha uno a este hombre y, de repente comprobamos lo sencillo que sería todo si aplicásemos la lógica cabal en todas las cosas de la vida, lo que hace García Page sin aspavientos de ninguna clase. Y lo más lógico del mundo no es otra cosa que defender y respetar la fiesta de los toros, la que cautiva a millones de personas y la que tanto aporta a las arcas del Estado Español.

Mucha suerte en tenido los manchegos al tener un presidente de la talla de García Page porque, en realidad, Castilla-La Mancha es una de las regiones autónomas de España donde más plazas de toros existen. ¿Se imagina alguien que en dicha comunidad la rigiera Pablo Iglesias? Por Dios, eso sería lo más grave del mundo. Claro que, dada la clarividencia de García Page no crea que sea santo de la devoción del guapo de turno y mucho menos del bolivariano que le apoya. Que se jodan los malditos que nos gobiernan mientras la gente lógica y cabal, la que no nos importa a qué partido pertenece nadie, defendemos a ultranza a García Page olvidándonos de que milita en el partido más aberrante de España, su único error, pero que su voluntad, grandeza y altura de miras, son valores más que suficientes para que ponderemos su labor y, mucho más, sus ilusiones.

Lo que pretende Emiliano García Page no le resultará nada sencillo porque, como él sabe, desde el gobierno le pondrán todas las trabas habidas  y por haber para que no se celebren toros en su comunidad pero, convencido estoy, su valor, su lealtad hacia los que le votaron, su afición y su ética como ciudadano antes que como presidente de su comunidad, luchará hasta lo increíble para que Castilla-La Mancha tenga toros lo antes posible.

Seguro que, desde Moncloa le mirarán con resabio, con odio por aquello de sus “asesinas” ideas por defender el mundo de los toros pero, sigamos rezando para que, en lo sucesivo, de seguir con vida el PSOE, que dentro de dichas siglas recalen personas como el citado García Page que, como el mundo sabe, tanta falta le hacen a dicho partido puesto que, muchos de sus dirigentes son totalmente nefastos para la sociedad en que vivimos.

Como dije, no entro a valorar partido alguno porque, en realidad, me basta y me sobra con las personas, en la condición que fuere sin importarme para nada su militancia; lo que en verdad me sirve, al igual que creo que le sucederá a todas las personas de buena voluntad, son las virtudes de todo aquel ser humano que las muestre y exponga para favorecer a sus conciudadanos. Es el caso de Emiliano García Page que, alejado del rencor y mucho menos del odio, es capaz de seguir defendiendo la fiesta de los toros, justamente, la que su partido reniega una y mil veces de la misma. Enhorabuena para este hombre que, dada su calidad humana, sería importantísimo militara en un partido decente, nunca en es estercolero llamado el PSOE.