Los que hemos conocido la grandeza del toreo y lo que valían los éxitos en Madrid, la repercusión de los mismos y, lo que está sucediendo en la actualidad nos hace pensar que, Las Ventas, a nivel de consecuencia es una plaza de talanqueras y, las pruebas así lo certifican. Qué lejos nos queda ya cuando los toreros al triunfar en Madrid le daban tres vueltas a España por todas las ferias. Aquello ha pasado a mejor vida, cosas del pasado, no cabe otra definición. Siendo así, ¿qué está pasando, quién falla entonces? Puede que, los empresarios, sabedores de que los éxitos de la primera plaza del mundo, por momentos, son de pura broma de ahí que nada de lo que allí se haga tiene repercusión alguna.

El asunto está clarísimo; el toreo se compone de un reducido grupo de espadas que son con los que cuenta el empresariado y todo lo demás no sirve para nada; eso sí, si triunfa Castella en Madrid como sucedió, les viene como anillo al dedo porque ya tienen un motivo para justificar debidamente la vuelta de una figura que debería de haberse quedado en casa. Y los que no formen parte de ese elenco de figuras, todos, sin distinción, a mendigar. Fijémonos, entre otros, en las declaraciones de Gómez del Pilar, el que se dejó matar frente a los toros de Escolar cortando una oreja de ley y, el chaval no ha sido llamado ni para un tentadero. Se lamentaba este hombre con un dolor inmenso, con una pena muy difícil de soportar.

Cuidado que, lo de las cuatro orejas de Fernando Adrián en Las Ventas tiene guasa la cosa; dos salidas por la puerta grande y, casi todas las ferias montadas y el chaval no aparece por lado alguno. Yo no digo que el chico sea Antonio Ordóñez resucitado pero, tampoco lo era en su momento Curro Durán y, tras salir por la puerta grande de Madrid le dio tres vueltas a España por todas sus ferias. Luego, aquel hombre, como tantos, llegó hasta donde el destino le deparó pero, lo que se dice oportunidades las tuvo todas. Estamos, pues, ante la debacle total de la fiesta de los toros y, echarán mano de algún que otro torero cuando les haga falta, cuando se retiren los que están en activo que, dicho sea de paso, no se retirarán jamás, en el peor de los casos, nosotros no lo veremos.

Como dije millones de veces, ¿por qué el taurinismo, en su momento, eligió a Tomás Rufo para acompañar a las figuras? No lo sabemos pero, de saberlo, seguro que más de uno moriría de infarto. Tuvo que ser él y, además, el chico se justifica todos los días pero, ¿por qué no a otros? Nadie lo sabe pero si todos sabemos la desesperación de todos aquellos que, amparados por el éxito, como en realidad debería de ser, cuando comprueban que no les sirve para nada se derrumban por completo.

Y, cuidado, que lo peor está por venir. Visto lo cual, ¿con qué ilusión llega un chaval joven a torear en Madrid si sabe, de antemano que, todo lo que haga no servirá para nada? Son muchos los casos respecto a sus ausencias que manan sangre a borbotones pero, lo de Adrián en Madrid no tiene calificativo. Me pongo en su piel y seguro que pensaría en el suicidio, ¿qué otro camino se puede tomar? ¡Señores, que Madrid me ha sacado a hombros las dos veces que he toreado, pero por la puerta grande? Como relato, queda hermoso, el que le contará el día de mañana a sus nietos pero, la gran realidad es que si Dios no lo remedia, la obra le está esperando. Y lo digo con mucho pesar, con un dolor inmenso en el corazón puesto que, Adrián ha sido contratado para Albacete con Sergio Serrano y José Fernando Molina. ¿Y el resto de las ferias, no había un hueco para el gran triunfador de Madrid? Ni lo había ni lo habrá mientras no cambie el sistema que, a su vez, tampoco se moverá en absoluto.