Es una auténtica pena el hecho de que, Valdemorillo, la plaza que siempre fuera un coso de oportunidades para chavales esperanzados, por arte de magia, desde el pasado año, dicha feria ha pasado a engrosar las listas de los señoritos del toreo que, como se sabe, se pegan por torear en dicha plaza; vamos, como si les fuera la vida en ello, toda una locura al más alto nivel.
Es triste que los regidores de dicho municipio hayan acabado con las ilusiones de todos aquellos muchachos que, como decía, ilusionados esperaban una oportunidad en el pueblo de la serranía de Madrid por aquello tener algo que anotar en su hoja de servicios de cara a posibles contratos en otras plazas.
Claro que, si el pasado año, hasta el mismísimo Morante se sumó para que tal despropósito fuera una realidad, este año, aunque el de La Puebla ha decidido empezar la temporada en Sevilla, otros de sus colegas ya están en la agenda de la empresa, es el caso de El Juli, Manzanares, Talavante, Tomás Rufo, Cayetano, Ginés Marín, Ángel Téllez, de entre los cuales saldrán los carteles de dicha feria. Eso sí, para no desdeñar en nada se rumorea que los toros a lidiar serán de Alcurrucén, Montalvo y Conde de Mayalde. Como diría el maestro Facundo Cabral, hay que atar todos los cabos no vaya a ser que más de uno se nos convierta en general y nos estropeen el pasodoble. Y atados quedan.
Yo entendería, en calidad de aficionado, que entrara en dicha feria Ángel Téllez como chaval triunfador de la temporada que ha terminado pero, amigos, que las máximas figuras del toreo pierdan la cabeza por torear en el pueblo serrano es algo que me deja perplejo. Es cierto que, no deja de ser un entrenamiento pero que, el mismo, como es notorio, se lleva por delante las ilusiones de muchos diestros que, esperanzados, siempre esperaban dicha oportunidad. Dicho en cristiano, Valdemorillo no es otra cosa que, lo que el viento se llevó. Si los toreros tuvieran dignidad se entrenarían en el campo, como ha sucedido siempre pero, ahora les resulta más rentable hacerlo en una plaza que, aunque no haya dinero, si tienen contacto con la gente y eso siempre es muy de agradecer.
O quizás lo que sobra en Valdemorillo es dinero para poder pagarle suculentas sumas a los diestros de turno, a la vez que, el consistorio se llena de gloria y de claveleros todos ellos procedentes de Madrid. Eso sí, viste mucho aquello de que el famoseo del toreo y de la farándula en todas sus facetas acudan por San Blas a dicho pueblo porque da caché aquello del glamur que allí se concentra; ya ocurrió el pasado año, les gustó y repiten las historia.
Lo siento por tantos chavales que, ilusionados, cada año ponían velas a San Blas para ver a quién le tocaba el turno para entrar en dicha feria; ahora, ni velas ni nada, todo ha pasado a mejor vida porque los señoritos del toreo con la anuencia de la empresa así lo han decidido. Ellos, a lo suyo y a los más necesitados que les parta un rayo. Eso sí, como veremos, no estará en dicha feria Daniel Luque al que tanto ponderaba su apoderado Carlos Zúñiga, hijo. Vamos, y si era tan bueno y ha logrado tantos éxitos, ¿cómo es posible que este año lo dejen en la calle? ¡Acertaste, amigo! A Daniel Luque ya no le apodera Carlos Zúñiga, el empresario de Valdemorillo, por tanto, Daniel Luque ya no pinta nada.
Así es el toreo, un conjuro de mentiras y patrañas en las que priva el poder que, unido a la potestad que tienen los políticos como responsables de las plazas de toros de propiedad municipal, todos juntos hacen de su capa un sayo y al que no le guste que se joda.