Nos hemos quedado sin sangre en las venas al enterarnos que Madrid, durante el mes de julio se quedará sin toros, de forma muy concreta los domingos, sustituyendo, esos días festivos por las novilladas de los jueves, al margen de que argumentan haber aumentado en tres corridas el ciclo isidril, cosa que ya se hacía antaña en los tiempos de Chopera y otros empresarios. Así lo manifestó Rafael García Garrido a dos “periodistas” del pesebre que, durante la conversación dieron por bueno todo lo que Garrido argumentaba; hasta dijo que tenía permiso de la Comunidad de Madrid para cometer semejante fechoría, aludiendo que dichos festejos son deficitarios. Oiga, señor Garrido, y esos festejos son de gran descalabro económico, ¿cómo es posible que usted siga como empresario de Las Ventas?

Esa es la gran pregunta que esos pobres seres tenían que haberle formulado al empresario de Madrid que, como se demuestra, está al frente de la plaza para ganar dinero solamente y, si un festejo determinado como los antes enumerados, intuyen que pueda haber pérdidas, se anulan y aquí paz y allá gloria. Nunca en la vida, hasta la fecha, se había cometido semejante travesura porque, Rafael García Garrido y su socio, el que embauca a las serpientes, se llevarán para siempre el “honroso” título de haber dejado Madrid sin toros durante un mes de julio.

Es indignante y, lo digo yo que vivo alejado de Madrid, pero, sus aficionados, aquellos que siempre han acudido a la plaza, tanto en sus ferias como en las corridas estivales, por vez primera en la historia de la plaza venteña se han quedado sin toros en una época en la que, por supuesto, los que acudían a dichos festejos son los auténticos aficionados. Y dice el tipo que dichos festejos son deficitarios. Si quiere Rafael García Garrido puedo aportarle los ingresos que dicha plaza tiene todos los días que se celebran festejos taurinos en lo que repostería y bebidas se refiere. Solo con dicho apartado ya es más que suficiente como para poder celebrar el festejo, todo ello al margen de las siete u ocho mil personas que puedan acudir al recinto venteño. ¿Dónde están las pérdidas? Que alguien me lo explique, pero, si las hubiere, un empresario tiene que dar los festejos que ha prometido. Pero claro, García Garrido, hasta cuenta con el beneplácito de la Comunidad que, como se presagia, son cómplices de tal desacato contra la afición de Madrid, de ahí que, sacándose el conejo de la chistera, aumentan en tres festejos la feria de San Isidro que es totalmente rentable, quedan como santos y, lo que es mejor, nadie puede acusarles de incumplimiento de contrato.

El problema de esta gente poderosa y rica hasta la saciedad es que, el poder, como tal, se les otorga como privilegio por aquello de la riqueza acaudalada, y si en su camino van dejando cadáveres que se jodan o, en el peor de los casos, que los entierren, así no gritan más en el siete. ¿Verdad? La metáfora creo que describe muy bien una situación tan dantesca como irreal. Claro que, en manos de estas gentes todo es posible. Vamos que, si Manolo Chopera levantara la cabeza se moría del susto, un hombre que jamás dejó a Madrid sin toros en ningún domingo de temporada.

Lo realmente dramático es que estos tipos gozan del privilegio de tener en su pesebre a los portalitos de rigor que, por un pase de favor nadie es capaz de hacerle la contra al amo. Así está el toreo en que, por un plato de lentejas se vende hasta el más honrado de los periodistas. Bueno, lo de honrado hay que dejarlo en entredicho puesto que, ese silencio cómplice hacia el empresario más poderoso del mundo dice muy poco a favor de la credibilidad que puedan tener semejantes personajes.

Uno de los que entrevistó a Rafael García Garrido no es otro que, Gonzalo Bienvenida, un chaval al que sabemos que es un buen aficionado, pero, de valor anda escaso, todo lo contrario de su abuelo que, en la década de los cincuenta, don Antonio Bienvenida se enfrentó en solitario al sistema denunciando el constante afeitado de los toros. Y digo lo de su valor porque, si su abuelo fue capaz de rebelarse contra el poder establecido y echarse como enemigos al toreo entero, Gonzalo, debería de haberle espetado al empresario en su conversación y decirle: Oiga, usted, si como argumenta no quiere dar toros en determinadas fechas porque son deficitarios, ¿por qué no abandona usted la empresa y deja que otro empresario pueda dar toros, aún a sabiendas de que pueda haber pérdidas?

Nada de eso, dejaron correr la oportunidad de oro para haber puesto a Garrido contra las cuerdas; digamos que, en el argot taurino, se les fue “vivo” a los periodistas. Una pena todo lo que estoy contando que, para mayor desdicha, seguramente no leeremos ni una sola línea en portal alguno. Es el momento de la rebelión por parte de los aficionados a los que les ha humillado sin compasión. Y, de nuestra parte, solo nos queda la ilusión de contar lo que todos callan que, para nuestra suerte es el sinónimo de la verdad.

Claro que, si estableciéramos un ratio comparativo al respecto del número de localidades, pongamos por caso que, en Las Ventas, en las corridas eliminadas, siempre, en el peor de los casos, han acudido seis mil personas siendo cicateros a la hora de la valoración. He dicho seis mil personas con carteles de toreros humildes que cobran el sueldo base rezando para que, al final del festejo les quede para comprar un par de bocadillos. Y eso es así y dicen que resulta deficitario, ¿cómo es posible que, en plazas como Bocairent, Valdemorillo, Almazán, Herrera del Duque, Hervás y tres mil cosos con apenas cuatro mil localidades y con las figuras como protagonistas, ello tiene lugar y, con mucho más público y en Madrid, son deficitarios dichos festejos? Que alguien me lo explique porque yo no logro entenderlo. Para que la desdicha sea mayor todavía, Miguel Abellán, al frente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad, como torero, debería de velar por sus compañeros, pero, le es más rentable arrodillarse ante su amo, en este caso, Rafael García Garrido y su comparsa francés, cuando, por lo que ha sido en el toreo, matador de toros de renombre, debería de forzar la “máquina” para que en el mes de julio Las Ventas no se quedara sin toros, que es tanto como decir que a muchos de sus compañeros, por dicha circunstancia se quedarán sin pan.