En estos momentos en que priva la parafernalia y la estupidez cuando hablamos de que Morante quiere matar una corrida de Miura, los que somos aficionados y nos hemos molestado en ahondar en la historia de la tauromaquia, dicha afirmación por parte del artista de la Puebla nos parece una memez, por ende, algo baladí que no tiene sentido alguno, salvo mover las plumas de tantos incompetentes que, llegado el momento, uno hasta se asusta al ver la irresponsabilidad con la que narra la gente y, lo que es peor, con todo el desconocimiento del mundo.
Insisto que, el «gesto» de Morante es de gesticular, pero nada con lo que llamamos una auténtica gesta de la que, Joselito El Gallo, entre otros, eran capaces de llevarlas a cabo un día sí y, al siguiente. Me río yo del anuncio de Morante en que todo el mundo se ha vuelco loco ante semejante noticia que, la misma, tiene más de tintes de prensa amarilla que de seriedad en el mundo del toro que, como sabemos, es mucho más serio de lo que tantos botarates suponen. Y lo es de forma muy especial para todos aquellos diestros que, emulando al gran Gallito, siguen matando las corridas de Miura, eso sí, en estos tiempos absurdos en que vivimos, a las que hacen dichas gestas se les denomina como humildes o de segunda línea. ¡Si Joselito levantara la cabeza!
Como quiera que estamos aquí para informar, digámosle al lector que, Morante, con treinta años de torero sobre sus espaldas jamás mató una corrida de Miura y, ahora, ante la avalancha de críticas adversas hacia este artista de nuestros días, ha anunciado -que yo no me lo creo- que matara una se Miura en Sevilla con Rafaellilo de cabeza de cartel y Manolo Escribano cerrando la terna. No está nada mal el terceto, pero tengas mis dudas respecto a Morante que, más bien me parece todo una cortina de humo que una realidad manifiesta y, como alguna vez dije, quisiera engañarme y que Morante le cortara las cuatro orejas a los Miura.
Nuestros lectores deben de saber que, el que fuera ídolo de Morante del que, entre otros enseres, hasta conserva el despacho de Joselito, el mismo mató ochenta y cuatro corridas de Miura en un plazo de ocho años, el brevísimo espacio de tiempo en que vivió y ejerció como matador de toros. Echemos la cuenta y veremos que el porcentaje de toros de Miura matados por Joselito es espeluznante; vamos que, lo ha superado solamente a lo largo de la historia el gran Paco Ruíz Miguel, a diferencia de que mientras Joselito lo hizo en ocho años, Ruíz Miguel las mató en casi treinta años como doctor en tauromaquia.
Lo que hacia Joselito no era predicar, más bien, dar trigo que es lo que el aficionado necesita,. Se necesitan con urgencia auténticas gestas por parte de los señoritos acomodados que, hasta se ríen de los desdichados que matan el todo de verdad. En el peor de los casos, nosotros, como aficionados, tomemos nota de lo que ha sido la historia del toreo y sus protagonistas. Y ha no dudar, José Gómez Ortega, más conocido como Joselito, cien años después de su muerte sigue vivo entre nosotros para que cantemos sus hazañas, l as que nada ni nadie podrá borrar de su irrepetible carrera.
Como quiera que hablamos de don Eduardo Miura, en la fotografía, Luis Francisco Esplá, el maestro por antonomasia de Alicante que, si de Miura hablamos, él sabe tanto como Joselito. ¡Enhorabuena al maestro que siempre predicó con ejemplos, nunca con palabrería barata!