Hola mamá:

Hoy hace 37 años que te fuiste al cielo y creo que está carta te la debo.

En primer lugar quiero escribirte que tu lugar en la tierra sigue siendo irreemplazable.

Todos los días me persigno ante tu foto, la de mi hermana Rosa, la foto de papá y la de un amigo, lo hago todas las noches y también casi todas las mañanas es mi forma personal de recordaros y también de daros las gracias porque aunque sé que muchos no creen yo sí creo en el alma y en el espíritu de los seres queridos que os vais, os considero mis Ángeles de la guarda y en especial creo que mi mayor Ángel siempre has sido tú.

Mamá, te fuiste muy jovencita al igual que mi hermana 48 y 38 años respectivamente que injusta es la vida a veces, para consolarme pienso que Dios os tiene un tiempo en la tierra para sembrar el bien y hacer ciertas funciones y que luego os llama pronto porque personas tan buenas y puras son más de un mundo espiritual que terrenal.

Te tengo que contar que como seguro sabrás mi hermana Mari como todos la decíamos se fue en tu búsqueda en enero del año 2001,que pena, también nos partió el alma a los que nos quedábamos aquí, tenía todavía muchas cosas que hacer, entre otras criar a sus hijos que eran dos niños Miguel que tenía  16 años y que casualmente fue al único nieto que conociste pero que la vida te dejó de disfrutarle poco, apenas tenía un año cuando tu partiste y Vanessa que tenía trece, los dos han salido adelante Miguel le dio por ser torero como a tu hijo el que hoy te escribe esta carta y Vanessa que también salió adelante trabaja en la actualidad en el hogar del jubilado en un pueblo de Toledo.

Los dos ya tienen nina@s así que mi hermana Rosa es abuela y tu bisabuela.

Papá, también murió en el año 2011 y conoció a todos sus nietos, tenía 79 años, los últimos meses de su vida vivió con mi hermana, tu hija Isabel que lo cuidó como a un hijo, siempre pendiente de él, estoy seguro que si hay vida allí arriba estaréis ahora todos juntos.

Aquí, seguimos tres de tus hijos, Isabel que te la acabo de mencionar y tuvo un niño, Jesús, que ya es un hombre, la Isa como la decíamos todos, no paró nunca de trabajar, residencias de ancianos y en la actualidad trabaja en la nave de su primo Alfonso, tu sobrino el de tu hermana Milagros que en paz descanse.

Tu hijo Alfonso, ya sabes cómo era desde pequeño un tío muy trabajador, sigue igual, se hizo cargo del trabajo de Papá (Los hornos) y le va muy bien, no para de trabajar y de montar hornos y maquinaria de panadería por toda España, se casó hace muchos años y tuvo niño y niña, Carlos, tu nieto que sigue sus pasos y trabaja con él y Gema que también colabora en su oficina pero que la salió vena artística y escribe y canta canciones es en realidad a lo que se quiere dedicar en un próximo futuro.

En cuanto a mí, mamá seguí dentro del mundo del toro y me jubilé dignamente de mi profesión hace cuatro años, esa que tantos disgustos te dio cuando era un chaval y salía a torear por ahí, aún recuerdo el disgusto tan grande que te llevaste cuando me pegaron mi primera cornada fuerte con apenas 18 años de edad y el sufrimiento tan grande cuando murió mi compañero Yiyo, aquellos disgustos tan fuertes posiblemente aceleraron tu maldita enfermedad.

Mamá, también me casé y de mi matrimonio también nacieron dos encantadoras niñas Rocío que en la actualidad tiene 30 años y se sacó un curso de manicura y Natalia que tiene 23, Natalia está metida en el mundo del teatro y cine (actriz) y dado lo complicado que es ese mundo lo compagina con otro trabajo de dependienta de una tienda.

Como verás de una manera o de otra todos hemos salido adelante.

Tú y Papa, nos inculcasteis unos valores que nosotros hemos querido también inculcar a nuestros hijos, (tus nietos), que pena que no hayas podido disfrutar de ellos, son todos muy buena gente, sacaron vuestra nobleza y tesón, ese del que tú y papá estabais sobrados.

No me voy a extender más y no por falta de ganas de seguir contándote cosas pero seguro que tu vista ya será cansada y no quiero que sufras al leer.

Mamá, mi mujer Marisol, no te conoció, yo a veces la hablo de ti y siempre me dice que intuye que tú eras una gran mujer.

A veces también me dice que hablo de ti poco.

Yo te hablo todas las noches con mi alma en silencio mirando tu foto, por cierto siempre me acompañaste en todos mis viajes, siempre llevaba tu foto en mi capilla de todos los Santos, eso me hacía sentirme protegido y más cerca de ti.

Mamá, no te olvidamos, si existe otra vida también la quiero vivir contigo y con toda la familia que está aquí.

El día que muera no será fácil que me entierren en tu tumba estáis varios familiares y no creo que haya sitio para mí, tengo varias voluntades, si no me pueden llevar a tu lado que esparzan parte de mis cenizas en la plazoleta de la casa de campo donde tanto soñé y fui feliz toreando de salón, el resto que se las lleve mi hermano Alfonso al terrenito de su chalet frente al pino que plantó la abuela de Carmen y Marisol (nuestras mujeres).

Bueno mamá, me despido de ti con todo mi cariño y amor y en tu 37 aniversario te mando esta carta acompañada de un beso al cielo.

Tu hijo que te quiere, Julián

21 de diciembre 2021

Julián Maestro, torero.