El momento ha llegado, Robert Margé se despide de la plaza de toros de Beziers. Lo hace después de 32 años vividos al frente de una de las 7 plazas de primera categoría que hay en Francia. Una clásica feria, donde siempre se conjugó «torismo» y «torerismo», dando cabida a ganaderías y toreros de todo tipo, para rematar carteles de culto.

Tres décadas y dos años al frente de una plaza que ha visto como la tauromaquia y los aficionados han ido cambiando. La vida no deja lugar a dudas. El espíritu romántico de un hombre de campo, convertido en empresario. Con la ilusión de un niño nunca renuncio a su sueño, nunca se dio por vencido, “apostar” para “ganar”, “soñar” para “vivir”.

Su indomable espíritu junto a su idiosincrasia aventurera lo llevo a ser coapoderado de Sebastián Castella durante 7 años. Un reto. El futuro de la mayor figura del toreo francés de la historia estuvo en sus manos, o por lo menos en parte. Ha pasado por 3 facetas, empresario, ganadero y apoderado, en las tres ha trabajado duro para dar lo mejor de sí mismo. Su máxima no dejarse nada dentro. «He tenido la suerte de conocer a grandes ganaderos, y grandísimos figuras del toreo en todos estos años. Soy testigo directo de la evolución del toreo».

La vida cambia, ese espíritu nostálgico que invade a cualquier bohemio, nos hace reflexionar sobre el devenir de las cosas. Su adiós ha llegado. Por todo lo alto, con una feria de “no hay billetes”, y siendo la primera feria en celebrarse post covid.  «He estado 32 años gestionando la feria de Beziers y ya es momento de decir adiós»

Ahora solo sus dos ganaderías Robert Margé –Cebada Gago, Nuñez del Cuvillo, Santiago Domecq- en tierras camarguesas, y Ave Maria –Nuñez del Cuvillo- en tierras andaluzas ocuparán su tiempo y su energía. La jubilación no es para él. Seguirá luchando por demostrar la bravura de sus toros en todas las plazas. Aunque… muchas veces no le guste ser testigo «No me gusta mucho ver mis toros en las plazas, lo paso mal».

Difícil tarea tiene por delante su hijo Olivier Margé y Sebastián Castella por superar la gestión de las arenes de Beziers durante estas últimas décadas. Esperemos no les asuste el listón. Y mantengan ese aroma tan especial, a duende y valor, que dejo impregnado en su alberto su ya antiguo empresario, «à plus tard » Robert.

Por Juanje Herrero