Quién olvida su historia está condenado a repetirla”

La frase escrita por el poeta y filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana da la bienvenida a los visitantes del bloque número 4 del campo de Auschwitz I. Lugar donde se  llevaron a cabo los crímenes más deplorables contra la humanidad. Fruto de un movimiento con aires de superioridad, y la creencia que les permitía decidir quién merecía conservar la vida y quién no.

La frase invita a todas las generación del futuro a no olvidar, el que deja atrás el pasado, tiene altas probabilidades de volverla a repetir.

Hoy quiero llevarles otra vez un poco de la primera peste, a nivel mundial. Ellos se creyeron superiores,  los  que al igual que el covid-19 no mira saberes ni condición social.

El Imperio Romano experimentaba en el siglo II d.C su época de oro, con un gobierno benigno y una unidad cultural que abarcaba toda la cuenca del Mediterráneo. El mal que nunca duerme, decide entre 165 al 180 d.C  que la peste destruya parte del mundo civilizado. Entonces ese mundo estaba concentrado en el Imperio Romano, cuyas proporciones geográficas y humanas nunca antes habían sido vistas. La peste Antonina, solo comparable en mortandad a la Peste Negra   siglo XIV, o la mal llamada Gripe Española, en 1918.

El impacto de la crisis fue global. En el siglo II dC el Imperio Romano tenía como límites en el norte a Britania, el Rhin y el Danubio; al oriente el norte de Mesopotamia, la cuarta catarata del Nilo en Egipto y el desierto del Sahara constituían las fronteras. Con una población cercana a los 50 millones de habitantes. Para hacernos una idea en la actualidad llegaba  gran parte a lo que actualmente es Inglaterra y Alemania, toda España y Portugal, Italia, Suiza, parte de Eslovaquia, República Checa, Croacia, Serbia, Montenegro, Albania, Bulgaria, Rumania, Grecia, Turquía, Siria, Armenia, Israel, Palestina, Egipto, Libia, Marruecos y Argelia.

En el siglo II d.C., se había consolidado ya el proceso de romanización, los pueblos conquistados habían adquirido los principales hábitos culturales de los conquistadores. La vida en ciudades, el uso del latín o griego como lenguas comunes y oficiales, una extensa red vial de comunicaciones entre las diferentes provincias, el uso de las mismas tecnologías (baños, acueductos, arquitectura, etc.)  “Viviendo un periodo de paz, estabilidad y tranquilidad, conocida como ”pax romane”

Y ahora se preguntarán ¿Cuál es el origen de la pandemia? Al igual que ocurre con el coronavirus, tenemos varias versiones La más difundida sitúa su origen en el año 165 y en la ciudad de Seleucia (actual Irak), un soldado  profana el templo de Apolo, al abrir un cofre, sale un vaho pestilente. Castigo para unos, elementos en mal estado para otros.

Originada en Oriente, se difunde rápidamente,  mediante los mecanismos de interconexión imperial, la gran red viaria terrestre y naval, el comercio a gran escala a lo largo de todo el Imperio. No se tienen dudas que el movimiento demográfico, soldados que volvían de la campaña oriental, parece haber sido el principal factor propagador.

Los síntomas de la enfermedad fueron estudiados descritos por Galeno de Pérgamo, médico, cirujano y filósofo griego, al servicio del Imperio romano. La sintomatología: «exantemas de color negro o violáceo oscuro que después de un par de días se secan y desprenden del cuerpo, pústulas ulcerosas por todo el cuerpo, diarrea, fiebre, sentimiento de calentamiento interno, puede haber sangre en las deposiciones, pérdida de la voz y tos seca con sangre, debido a llagas, entre el noveno y el décimo segundo día, la enfermedad se manifiesta con mayor virulencia, produciendo la mayor numero de muertes. Se ha estimado que la peste Antonina o de Galeno la  mortalidad se estima entre el 7 a 10% de la población, en el Imperio Romano,  fallecieron tres a cinco millones de personas. Las cifras para el ejército y las  grandes ciudades se estiman superiores, en torno al 13-15% debido a la concentración y falta de sistemas higiénicos.

Todo cambió con la Antonina un tremendo impacto mental, social, económico y militar. Los cadáveres fueron vistos como agentes de transmisión, y no faltó quienes vieran la pandemia como un castigo de los dioses por alejarse de sus designios. ¿Recuerdan que se  dice en el siglo XXI?

Los cadáveres se transportaban en vehículos y carruajes de campaña. Los Antoninos promulgaron leyes severísimas respecto a la inhumación y a las sepulturas,  prohibieron que las construyera al gusto de los deudos, reglamentación que se observa hoy. Las leyes aún se conservan en el Digesto, tratan sobre las penas impuestas a quienes ocupaban nichos vacios para enterrar a sus muertos, para el traslado de cadáveres es obligatorio pedir  permiso a la autoridad local, tajantemente  prohibido  llevarlos por en medio de las ciudades, a fin de evitar contagios.

Al igual que el Covid-19, no miro clase social demostrando que “la viruela”  se llevó al  emperador Marco Aurelio (año 180 dC) en sus últimas palabras expresó la gran preocupación  por las personas  humildes, afectados por la pestilencia. Roma, sufrió el embate con mayor dureza debido a la cantidad de población aglomerada y hacinada. Muchas actividades económicas tuvieron que paralizarse, se firmaron paces con los enemigos del Imperio, se estipula su ingreso y establecerse como colonos para trabajar la tierra o ser soldados. En otros casos como en Hispania, la plaga terminó con la minería, subió el valor de los esclavos y la mano de obra, haciendo las ganancias menos rentables.

El reclutamiento se hizo forzoso, ingresando esclavos, delincuentes, forajidos y gladiadores. Se llegó a tal punto la escasez de soldados,  que Roma tuvo que contratar mercenarios e inclusive utilizar fuerzas de los bárbaros aliados. Marco Aurelio «ordenó preparar para la milicia a esclavos al igual que a los “volones” se les llamó “voluntarios” Equipó a los gladiadores llamándoles “complacientes” Nombrados así por entretener al público asistente al espectáculo. Enroló a ladrones de la Dalmacia y Dardania. Armó a los “diogmitas”(dogmatizados) compró tropa a los germanos. La situación fue  tan extremadamente crítica,  que generó un clima de inestabilidad social. ¿Les vienen a la mente acontecimientos actuales?

La reacción de los romanos fue invocar a los dioses para superar la peste, recurren a ritos tradicionales, inclusive los caídos en desuso. Marco Aurelio,  restableció con gran escrupulosidad el culto a los dioses. La culpa –no podía ser menos- fue echada a los cristianos al ser vistos como traidores a Roma La Galena propició el aumento de charlatanes,  unos venden amuletos, otros animan al pueblo a rebelarse contra el poder establecido. Estuvo en jaque la época de oro mientras la peste no cejaba con la guadaña, el Imperio se  enfrentaba con  guerrillas en diversos puntos

Los impactos de la pandemia fueron globales,  afectó a las creencias religiosas,  ejército, economía, política, sociedad. Provocando el colapso en la organización romana, dando paso a la Edad Media.

Ya nada volverá a ser igual después del coronavirus. El mundo, tal que ocurrió hace siglos con la peste Antonina -llamada así por ser de la casa Antonia-  nunca volverá a ser el mismo.

Isaura Díaz Figueiredo