Benjamín Franklin dijo una frase que quedó guardada bajo llave para la posteridad: “ser humilde para con los superiores es un deber; para con los iguales, una muestra de cortesía;  para con los inferiores, una muestra de nobleza”.  Evidentemente más de uno debería reflexionar sobre esta frase, para llegar a entender la grandeza que reside en ella.

Según la RAE la humildad se define de la siguiente manera. «virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento”.  Por alguna razón, todavía los críticos que gracias a sus publicaciones promovieron una respuesta animalista masiva, y pusieron en peligro a la tauromaquia, no han pedido disculpas, ni han publicado una rectificación, sino que vuelven atacar, con su verdad absoluta, sin mirarse el ombligo, sin respeto, y sin humildad. Debe ser muy grande el ego que tiene, el pastor y las ovejas –El “nietísimo”, El Fidelito, el Casitas vasco y el podemita-, que tal vez les pase como la fábula, del Pedro y el Lobo.

El señor Vicente Zabala de la Serna, no solo heredó de su padre un apellido, y un trabajo,-¿enchufe?-  sino un vínculo especial con la casa Lozano, y todos sus “amiguetes”.  Tiene tan buena relación con Luis Manuel Lozano que, tal vez incluso, celebren juntos las fechas destacadas. Que bonito. Que entrañable. Que exaltación de la amistad. Ustedes han visto alguna vez, aunque sea solamente una vez, alguna crítica a la familia Lozano, o a sus toreros,  de este sectario amigo con pluma.

Si nos fijamos en Vicentito Zabala de la Serna, y repasamos su carrera, solo está llena de puntos negros y despropósitos. Ahora va de digno e íntegro. No se confundan, cada ataque está planeado, por alguien que está encima, el no  escribe por integridad y honestidad, sino como buen perro al amo, es agradecido, y esta es su forma de mover la “colita”. Vamos Zabalita, tráeme otro articulito.

En el ambiente periodísticos se comentó mucho que en el diario Abc estuvo nominado para despedirlo, 2 veces concretamente, aunque prefirió irse por su propio pie, embaucando a todos, diciendo que se iba porque quería. Mentira, te fuiste porque tenías los días contados, y nadie te aguantaba en la redacción, triste pero cierto. Sus aires de grandeza eran propios de un  ególatra. Y lo siguen siendo. También su lado más macarra ha salido a relucir en ciertos momentos,  no solamente ejerce de matón en sus artículos, también lo hace fuera, que se lo pregunten a Fernando Galindo, al que destrozó la cara con un vaso, hay que ser poco hombre para atacar a alguien con un vaso. La policía le hizo pasar por comisaria, imagino que le pondrían las pulseras y le harían tocar el piano. El Tribunal Supremo le condeno a año y medio de cárcel, y unos 18mil euros de indemnización al presidente nacional de la Asociación de Picadores y Banderilleros.

Ahora dice, que sí los de Anoet son tal, que si los otros son cual, que si las figuras no tienen solidaridad, los únicos buenos son Álvaro Lorenzo y el Juli -antes el Juli era un pegapases, ahora que está con los Lozano es un torero de época-, por agregación al partidismo Zuñiga Hijo. La verdad que se le ve “la pluma”, cada día mucho más. Incluso, creo, que esta cuarentena le ha permitido salir del armario, y declarar su devoción por los Lozano. Qué bonito es el amor, cuando llega en primavera, que diga… en cuarentena.

Se harta, y se “jarta” al hablar de solvencia económica, de algún empresario. Que sabrás tú Vicente, de solvencia, si todavía Zuñiga hijo debe en Zaragoza y no has dicho nada, si en Valdemorillo, la oposición ha reclamado las facturas que les ha pasado tu hermano, y tomará medidas legales, -48.400 euros concurso cortes- y no has dicho nada. Por qué no hablas de todo, y de todos. ¿Por qué te afanas en sumar adeptos para la causa animalista? Por qué no reconoces que filtraste un documento privado, sin comprobar si era legal o el original, y sin prever el daño que podría hacer a la tauromaquia. Por qué no dices que tienes una estrategia para debilitar a unos cuantos, y reforzar a otros.

Escritores de tercera en periódicos de primera. Siempre ha sido una constante en nuestro país, encumbrar por apellidos y no por talento. Que empiece la revolución y la regeneración de la prensa taurina, que ya sabemos todos del pie que «cogean».

Por Juanje Herrero