Aquí mostramos otras imágenes de Céret, en esta ocasión con los toros de Saltillo y Los Maños.
Damián Castaño arrancó una oreja de ley de la que deberían de valer su peso en oro pero, para el taurinismo actual todo queda en bisutería. Sánchez Vara y Máxime solero resultaron silenciados que, en honor a la verdad, es lo que cabe con ese tipo de toros en los que, ante todo, se palpa desde lejos que unos hombres se están jugando la vida.
Con los toros de Peñajara Rafaelillo resultó herido. Pero es lo normal porque, para desdicha de los humildes del escalafón, son ellos lo que resultan heridos pero, por una razón muy sencilla, porque matan el toro auténtico, el de verdad, el que no engaña, por eso Andrew Moore se marchó a Céret.
Javier Cortés cortó otra oreja de un peso tremendo y como nos han contado estuvo enorme toda la tarde. Alberto Lamelas, el que es considerado como uno de los auténtico héroes de Francia, apenas tuvo opción puesto que se jugó la vida pero, eso sí, a sabiendas de que nada positivo podría lograr. Un gran gesto por su parte como ya es notorio y preceptivo.