(Este artículo se publicó en el programa del CT de Arnedo por septiembre del 1999. Tenía “El Juli” 17 años y ni uno de alternativa). Se acaba de retirar del toreo. Ha matado 3.943 toros en 1.871 tardes. Premiado con 2.909 orejas, 99 rabos y 969 puertas grandes. Ha sufrido 20 cornadas e indultado 32 toros. Con “su” toreo.
Ha llegado al mundo taurino “El Juli” y se han removido las estructuras, las poltronas, las taquillas con telarañas, las suertes de capa olvidadas o casi desconocidas- y las desconocidas -, las secciones de revistas y suplementos de información y la opinión de los que solo opinan de toros o de la fiesta de toros, en general, cuando en su ambiente surge algo extraordinario.
“El Juli” es un chiquillo que conoce la técnica del toreo y tiene mucho valor para interpretarla añadiendo pasajes y estampas de su creación y momentos emocionantes porque a lo anterior une rapidez de reflejos para exponer sus méritos y virtudes en el momento más oportuno.
En dos ocasiones- Santander y Haro –he visto cómo se repuso tras dos terribles volteretones y superó el accidente remontando las circunstancias y saliendo en ambas ocasiones triunfador por la puerta grande.
Lo que ese chiquillo va a dejar en la fiesta de toros está por ver. Pero ha superado la clásica etapa de los enteraos que le vaticinaron un ratito “en esto” comparándolo con otros “niños prodigio” de la historia taurina que luego “no llegaron a nada”.
“El Juli” ya pasó de la “nada” y se le espera en el capítulo serio del escalafón de matadores para “medirlo” con los veteranos de mil temporadas. Puede que en 99 no acuda a las tres o cuatro plazas de toros más fuertes y donde se espera a los “novedosos” y a los triunfadores para darles el carnet de válidos. Puede que toree el centenar de corridas, que ya tendrá firmadas -toreó 135- cuajándose antes de afrontar esos compromisos serios que a veces desbaratan un tanto a los que llegan lanzados. Pero lo cierto es que todo está por ver ya que este niño torero que es ídolo de América, donde toreará en invierno, no ha pasado del umbral de lo que significa la historia de un importante torero o matador de toros.
De momento, ya manda en la plaza, en su cuadrilla, en sus contratos…y disfruta con lo que hace.
En reciente tertulia taurina que no pude anular como suelo, me plantearon el tema de este chaval y de otros chiquillos toreros en el clásico estilo de estrechez moral que suelen utilizar los demagogos de aldea que únicamente se acercan a los temas taurinos para poner objeciones de alto rango intelectual o para airear un poco las madrigueras neuróticas que portan en sus cabezas.
No quiero abrazarme a la historia taurina documentada. Pero ya con Joselito “El Gallo”, algunos Dominguines y Bienvenidas, Espartaco y otros toreros significados se dio el caso de que tuvieran que andar toreando a escondidas o por América y Portugal, toreaban becerros, porque en España estaba prohibido y anatematizado el toreo a “menores de edad”.
Cuando algún jerifalte de satrapía autonómica o municipal con tanto que solucionar, te muestra su paranoia crítica con el tema, hay que salir por la ironía ya que el planteamiento suele ser con aires de moral patriótica con tendencia al ridículo. Pero como la opinión del público del común carece de fundamentos sólidos y es muy veleidosa, también está uno obligado a meterse un poco en honduras cuando en vez de admiración por lo que hace un niño parece que te quieren convencer de que es objeto de lástima porque se están aprovechando de él sus padres, su apoderado, los vecinos, las amiguitas del parvulario y el párroco de su barrio.
Resulta que hay miles de niños y niñas ibéricos, no sé si españoles porque esto de la Geografía se está poniendo incomprensible, dentro del cochambroso mercadeo de selección para novelas, series, anuncios, películas y otras mil cosas relacionadas con el cine o la televisión. Y con publicaciones arrevistadas, vídeos y otros inventos.
Hay miles de madres que a criaturitas que casi no hablan les tiñen el pelo, les hacen la cirugía, las maquillan, les enseñan a cantar, a bailar, las llevan a un gimnasio, los visten o desvisten…y en la mayoría de los casos contra la voluntad del angelito que o no gusta ni disfruta de las referidas actividades o lo llevan engañado a ser estrella. Pero sólo parece que existen prohibiciones y cínicas consideraciones cuando se hacen referencias o leyes a los niños toreros.
En tiempos de los jóvenes Bienvenida o Dominguín, eran millones los españoles de pantalón corto y albarca que recogían aceitunas, remolacha o uva. Eran legiones los que ejercían de pastores, porqueros, y de ahí hacia abajo, o los que estaban de botones en bares y hoteles de lujo. De monaguillos sin sueldo, como ha sido norma, o de chicos para los recados. Y eso en los países desarrollados como podríamos considerar, con benevolencia, a España. Pero eran los aprendices de toreros los vetados para ejercer la profesión en la que los niños no podían, ni pueden, ser aprendices a cualquier edad.
Con la edad de “El Juli” viven millares de niños que pueden considerarse veteranos del fútbol y hay que ver con qué potencia disparan los balones y con la fuerza y otras cosas que resuelven encontronazos y pasajes de aparente peligro.
Con los años de “El Juli” vuelan en motos miles de chavales y parece lo más normal. Del tiempo de “El Juli” y más jóvenes, mucho más, hay en varias guerras rapaces pegando tiros como descosidos. Y otros quintos de los anteriores, a millones, prostituyéndose en el mundo o formando bandas peligrosas en barrios de mil ciudades.
Uno entiende que existan miles de motivaciones para volcar la justicia, la caridad, la formación o ciertas leyes antes de perder el tiempo con cuatro niños toreros que únicamente pueden perjudicarse a sí mismos con la tutela paterna.
Resulta que el toreo estaba así como aburrido, llega “El Juli” -ojalá hubiera una docena- refrescando la situación y reviven las clásicas moscas cojoneras para revolvernos la conciencia.
¡Con lo bien que están en la siesta!
Pedro Mari Azofra
PIES DE FOTOS:
– Pamplona 98. Novillos de Núñez del Cuvillo: “El Juli”, “Marquitos” y Álvaro Ortega.-Triunfo en Castellón. –Tertulia en Bilbao, Victoriano Valencia y el padre del Juli. –Pamplona: Con el escritor y cronista taurino pamplonés, Manuel Sagüés. –“El Juli”…ya es padrino de alternativa.