No existe peor condena para un informador que tener que contar la verdad cuando de la maldad se trata. Ese ha sido mi sino de forma lamentable en tantas miles de ocasiones que, por desenmascarar a los delincuentes de todo tipo se granjea uno enemigos por doquier, por ello en días como ayer, hablar de Villaseca es todo un lujo para el alma de cualquiera: primero porque contamos avatares taurinos y no contentos con ello, benéficos que ya es el colmo de la felicidad, razón de ser de la corrida celebrada de ayer en Villaseca de la Sagra ya, en su segunda edición y, como el año anterior, a beneficio de la lucha contra el cáncer infantil. Allí vimos en la plaza al doctor don Luis Madero, alma y vida de la fundación de la que hablamos.

¿Qué tiene Villaseca de la Sagra que tanto nos cautiva? Está clarísimo. En dicho pueblo y de forma muy concreta dentro de su coso taurino se reúnen una serie de componentes que, la verdad de cuanto allí sucede brilla más que el Astro Rey, todo ello de la mano de Jesús Hijosa, su alcalde durante muchos años y, con toda seguridad, lo será mientras viva porque para dicha de los pueblos, no se votan unas siglas determinadas, pero sí a un personaje que, como Hijosa, es alcalde desde hace cinco lustros y, como digo, lo seguirá siendo mientras le de la santísima gana; pero lo digo yo que no le he votado, pero es él el que nos aporta datos con sus acciones con las que nos convence del hecho de su mandato.

Corrida benéfica auténtica, nada de parodias en ningún sentido, tanto en el aspecto ganadero como en la noble actitud de los diestros que, además de no ganar nada se han jugado la vida con más pasión que los que cobran cientos de miles de euros, sencillamente porque en dicho festejo se ha lidiado una auténtica corrida de toros que, por ejemplo en Valencia, la hubieran rechazado por grande. Con semejante dato creo que es más que suficiente para definir la corrida con una presentación admirable y un juego desigual, nadie sabemos cómo saldrá un toro, pero sí todos vemos cuando el animal sale al ruedo si se trata de un toro o de un burro con cuernos.

La corrida de Peñajara tuvo muchas complicaciones y, apenas  salió un toro claro para el triunfo. Lo logrado por los diestros ha sido a base de jugarse la vida, aplicar su sabiduría y poner toda su ciencia lidiadora al servicio de la verdad a la que se enfrentaban por aquello de la casta y trapío de los toros. De entrada, como digo, me quito el sombrero ante Morenito de Aranda, Damián Castaño y Gómez del Pilar, un triunvirato de valientes que, acorde con lo que tenían enfrente respeto a los toros, han dado una tarde muy entretenida y, lo que es mejor, por segundo año se ha acabado el papel en dicho festejo. Y sé de lo que hablo porque, por ejemplo, días pasados en Valdemorillo, Perera, Ureña y un chaval que se doctoraba pusieron poco más de medio aforo en una plaza similar a la que contamos.

El Moreno, como le llama don Carlos Zúñiga, no ha tenido un toro para lucirse en su primera intervención pero sí, para su desdicha, el animal, cuando lo recibía a porta gayola le ha quitado el capote y le ha enjaretado cinco envites de los que, a Dios gracias, Jesús Martínez ha salido ileso. Repuesto del “agarrón” como diría nuestra compañera Alexa Castillo, Morenito lo ha intentado por el pitón izquierdo que, a priori, era el que creíamos que podía dar un poco más de juego. Jesús le ha robado algún que otro natural y, cuando intentó matar al toro, éste se echó y hubo que apuntillarle. Una pena. En su segundo, un toro con mucho motor, con enormes dificultades ha puesto a prueba toda la ciencia que atesora el diestro de Aranda de Duero. Faena con una vibración tremenda en la que su faena ha prevalecido el valor, no cabía otra cosa. Estocada en todo lo alto y oreja como premio a esa constancia tremenda.

Damián Castaño ha tenido un primer enemigo imposible. Lo ha intentado e incluso ha sacado algún que otro natural marca de la casa pero, insisto, el animal no le ha permitido mejores logros. En su segundo, digamos que el toro más potable del encierro dentro de la dureza del hierro, Damián ha dibujado pases de una belleza sublime, especialmente con la mano izquierda en la que ha puesto a todo el mundo de acuerdo. Ha vibrado el aficionado que, en este caso eran todos, lo digo porque los claveleros estaban todos en Olivenza. Lo demostró ya el pasado año Damián, tanto en Bilbao como en Madrid y, en este día no se ha quedado a zaga. Tenías las dos orejas en la mano pero lo ha estropeado con la espada. Y digo las dos orejas a sabiendas que, cortarlas en Villaseca de la Sagra es un hecho memorable, ahí está el número de trofeos que en dicha plaza se conceden. Castaño ha dado una vuelta el ruedo triunfal.

Gómez del Pilar ha estado valentísimo en su primer enemigo que, a base de una lucha titánica, ha logrado momentos de mucha relevancia. Digamos que, como sus compañeros, estaba frente a un toro de verdad al que le ha podido en todos los órdenes. Cierto que no le ha dejado expresarse como él hubiera querido pero, pese a todo, ha habido pasajes llenos de torería y encanto. Nada que objetarle a este diestro que, cada temporada le vemos más valiente y arriesgado. Ha cortado una oreja que con toda seguridad le ha sabido a gloria. En el último de la tarde, el toro con más problemas del festejo, Noé ha estado muy digno y valiente pero no cabían más opciones.