-El socialista, activo, militante y convencido fue el motor de la ley taurina del 1991 y años antes movió y denunció las tropelías que se estaban generalizando.

-Fue el político de la Historia de España que más dio la cara defendiendo la fiesta de toros contra las corrupciones de las que se aprovechaban los históricos “taurinetes listos de toda la vida” y sus señoritos.

-Con Joaquín Vidal pusieron en limpio cantidad de trampas y abusos que se conocían pero informadores y políticos no se atrevían a denunciar

Hace unas fechas leía a Pla Ventura una réplica, con  la extrema dureza que le caracteriza y razonando el motivo, contra los munícipes  socialistas y verdes de Villena, ciudad de más de 30.000 habitantes y con un gran anfiteatro taurino, que se empeñan en no dar toros a los paisanos villenenses y a los forasteros que quieran acercarse a tan industrial ciudad.

Cuando leo lo de socialistas recuerdo a Juan Antonio Arévalo Santiago fallecido en Valladolid, su pueblo, en los primeros días de agosto con casi noventa años. Socialista, militante, empeñado en causas taurinas, promotor y con ilusión sin límites para que la fiesta de toros fuera decente, sin trucos, trampas y abusos contra el toro, la base, antes de salir a la plaza. Defendió la integridad del toro, puso en guardia a chorizos y tramposos y trató de regular el sistema para que la “mercancía” no se ofreciera trucada. Más o menos.

Fue senador socialista, y otras cosas importantes en la política que no recuerdo, durante veinte años y el gran promotor y activista  de la Ley Taurina de 1991. El primer movimiento serio para luchar por espectáculos sin truco y cortar el fraude tan demostrable. Muy unido a Joaquín Vidal y algunos informadores taurinos de los años 80 a 2010, más o menos, difusor en numerosas charlas y tertulias públicas…y sin darse importancia exponiendo sus propuestas. Señalaba y denunciaba argumentando…y no todos, ni mucho menos, los plumas le apoyaran como era de esperar ¡Con las putadas que les hacían a los toros antes de salir a la plaza!

Algún rato echamos en el campo de bravo y en sus visitas a La Rioja y recuerdos tengo de aquellos años que parecen tan lejanos…pero existieron  y quedan como histórico recuerdo del estado de cosas irrefutable y real.

En los inicios de los ochenta ya escribía Joaquín Vidal de infractores, encubridores y tolerantes, menudo abanico abarcan los adjetivos, que obligaban a llevar al matadero a ganaderos de bravo que no afeitaban y por lo tanto no se los compraban para la lidia. Se pedía toreros con auténtica profesionalidad y criadores con dignidad prescindiendo de “taurinetes listos” y aportando hombres de negocio empresarial.

Por aquellos años 80, 81, 82… fueron sancionados Gavira, que fue defendido por Hernández Pla en algunas manifestaciones publicadas, El Sierro, Baltasar Ibán, Moreno de Guerra, La Laguna, Marca, Juan Mari Pérez Tabernero, Sampedro, El Pizarral, El Jaral, Pérez Angoso, Rojas, Los Guateles, María Lourdes Martín, Salvador Guardiola, Carmen Ordóñez, Camacho…El Boletín de las Cortes señalaba los afectador y algunos con repetición…y “tripetición”.

Las plazas que “sonaban” en las chapuzas ilegales fueron Sevilla, con un puñado de festejos resultó la campeona, Valencia, Zaragoza, Castellón, Guadalajara, Málaga, Córdoba, Aranjuez, Sanlúcar de Barrameda, Vinaroz, Ávila, Badajoz,, Algeciras, Zamora…y por el año 80 los más aprovechados de los abusos fueron El Cordobés, Capea, Manzanares y Curro Romero.

Si en estas plazas citadas  había esos fangos…ya me dirán de ahí para abajo el cenaco que no habría..

Mediada la década de los 90 se le hizo un homenaje a Juan Antonio Arévalo en el colegio San Pablo de Madrid donde se “movía” el Círculo Mazzantini que agitaba e impulsaba el buen aficionado, y comprometido, Javier López–Galiacho. El motivo o la referencia fue como agradecimiento hacia Arévalo por las propuestas a la Cámara Alta que obligaban al Gobierno a enmendar el Reglamento Taurino para perseguir el afeitado.

En el año final del siglo pasado hubo una polémica fuerte por parte del partido socialista asegurando que el Ministerio del Interior elaboró una circular sobre astillado, análisis…que vulneraba el vigente Reglamento de Espectáculos Taurinos admitiendo la limpieza de astas astilladas…de formas raras e incluso podían salir a la plaza los toros con ellas. Los socialistas defendían  que no podrán ser lidiadas en corridas de toros ni reses hormigones, mogones, tuertas, escobilladas o despitorradas.

Aquello fue muy controvertido y comentado…por pocos. Pero ahí estaba Arévalo y su gente ¡Como los socialistas de Villena o Gijón que han impedido la fiesta de toros en las ciudades que mangonean! Hay otros muchos y no hablemos de los que quitan “los toros” convencidos de que saben mejor que los demás lo que nos conviene.

Se sorprendía Juan Antonio, serio y muy riguroso que dio la cara cuando nadie la daba,  de que hubiera supuestos aficionados que trataban de ocultar los abusos contra la verdad real e irreversible de la fiesta. Ya a principios de los 80 su lema era  que la fiesta de toros no necesita defensores cuando es auténtica y no hay argumentos legales cuando es falsa y manipulada.

Decía uno de los artículos de “aquella ley” que los espectadores tienen derecho a recibir un espectáculo íntegro y no el que han preparado los taurinos y en el que no han intervenido para lo malo los aficionados.

Joaquín Vidal, y algunos periodistas más, era amigo íntimo de Arévalo y escribió literalmente en EL PAÍS: “De los pocos políticos que trabaja para conseguir la dignificación de las corridas de toros, la autenticidad de la lidia en todos sus tercios y la limpieza de corruptelas en el espectáculo”.

Juan Antonio ponía a Vidal en los altares, con toda justicia y razón, y fue célebre su dicho: “Es una persona a la que se le puede comprar un coche usado. Ser su amigo es una de las mejores cosas que te pueden pasar en este mundo”.

Por aquí tengo otra nota que copié a Vidal o a Lorca, dos firmas de lujo para la historia de la crónica taurina seria, fundamentada y amena, y la dijo Arévalo: “ Ser aficionado taurino es una manera de vivir, una estética que nada tiene que ver con el concepto de nación”. Por lo anterior nunca adjudicó al toreo lo de fiesta nacional para él un matiz tradicional y franquista.

En algún momento afirmó que el público se aburría y el aficionado desertaba porque quitaron agresividad al toro, parte de sus astas y habían acomodado la casta a conveniencia de los “mandones”.

Muchas más cosas se podrían transcribir, consultar, copiar…de lo que significó este hombre para la fiesta de los toros. O de lo que quiso significar. Porque si los políticos que le sucedieron se han desentendido, si el gobierno no echa en cuenta para nada el toreo, su mundo y repercusiones…si las entidades taurina no se “mojan” y comprometen denunciando…hemos llegado a lo que venos por ahí: Toricos anunciados como toros con astas despitorradas, sin fuerza ni gas, claudicando…ante presidencias que no cumplirían ni con toreo de salón…y mucho ridículo.

También hay plazas que mantienen dignamente el toro-toro. Que no hacen falta elefantes. Pero esos brochos, sin cuadrar el tipo, desiguales de cuerna, clamorosamente despitorrados…¡Oiga, que salgan toros donde se anuncian toros! Sencillamente. Que luego resulten más o menos bravos, fijos, duros, distraídos incluso…pero toros.

¡Y esas autoridades! Por llamarlas de algún modo. No tienen por qué escatimar algunos trofeos. Pero tampoco echarlos como si se tratara de un bautizo.

Por concretar casos cercanos, las presidencias de la feria de Pamplona han sido para borrarlas por decreto. Las de Santander…para qué. Y así podríamos ir caminando. La inhabilitación debiera estar al día. Porque el despilfarro, desorden, injusticia, ratería…no beneficia a la fiesta de toros, a las ferias ni, muchas veces al torero al que da impresión que apadrinan estos rectores..

El capítulo de lo que podría subtitularse aficionados es mejor no tocarlo. Pepe Luis Vázquez no se cansaba de afirmar que en el toreo cuando mandaban los empresarios decaía la calidad y si mandaban los aficionados, entendamos espectadores, mejoraba.

Hoy casi ha desaparecido cierta movida exigente en Las Ventas. Que pudieron o pueden pasarse…A veces es verdad. Pero gentes “del toro”, toreros, criadores de bravo, documentados aficionados…han dicho y dejado escrito que la zona “madrileña” guerrera la mayoría de las veces tiene razón en sus manifestaciones. No niego que a veces se pases. Pero las crónicas de “los del toro de Madrid” son didácticas y si fueran más contagiosas y masivas otro gallo nos cantaría.

Pero si se premió con abundancia una “tarea” a todo claudicante, fofo, mocho, sin humillar ni poner en víspera de peligro al torero, sin cruzamiento ni exposición, con estocada desprendida…la exigencia es escasa y el estímulo para mejorar o propósito de enmienda…nulo.

No todo es negativo. Que conste. Pero cualquier motivo es bueno para recordar, con más o menos rigurosidad, a los que lucharon a favor y condenar los que están poniendo impedimentos  o a los que pueden hacer algo y se callan como putas-

Acabo de enterarme que en Gijón hay una queja horrible del gremio de la hostelería y el “cuartillo” que piensan no han de alcanzar ni un 30% de caja que hacen en los años con feria taurina ¡Ya saben quién tiene la culpa!

Pedro Mari Azofra

PIES DE FOTOS

-Arévalo entre Antoñete y “El Yiyo”. Las Ventas (mayo de 1985).

-Con Clemente “Luguillano” en el campo.

-Con Victorino Martín y Antoñete y dando alguna charla