Por Mario Gómez

J.E. Colombo, en puertas de una más que sabida alternativa, supo vender al respetable sendas labores. Si bien es cierto que en su primero, pulseó las embestidas y demostró su capacidad. Conocedor de la condición del toro, bajó la mano de mitad de faena hacia adelante. Manoletinas de cierre y estocada certera y en su sitio. Paseó la primera oreja.

Las otras dos las ganó entre un gran tercio de banderillas y un estocadón antológico. Porque lo que vino siendo el trasteo de muleta, no pasó de un estar allí, dejar muestra del rodaje, y alguno de calidad sin pasar apreturas. El saberlo vender.

Tras un encajado recibo, el albaceteño Diego Carretero, dejó muletazos templados y a buen seguro de lo mejor q se va a trazar. Importante forma de correr la mano suavemente por el derecho, y delicado manejo de los trastos, lo que supuso que a pesar del pinchazo hubiera petición, aunque no se le concediera la oreja. En el 5º capítulo, poca historia, un manso anclado al piso que esperaba y poco más que machetear por bajo pudo.

Cerró la tarde Andy Younes, encimista en su primero, al que ahogó y mató de bajonazo atavesado y algo más solvente con el cierraplaza, al que puso la muleta por delante antes de que se afligiese y se dejase atropellar los engaños afeando la labor. Faena de altibajos que cerró con una estocada caída. Silencio

Fotografia Julia Lopez