En ocasiones, la vida te pone en suerte personas que te hacen tener esperanza en la humanidad. Que te hacen volver creer. Un hilo de esperanza que te obliga a seguir luchando… aunque solo sea por ellos.

Le conocí como Villa, ahora para mí es Javi. En corto, de frente, por derecho, con mucha sabiduría taurina y un toque de bondad infinita que hace que sea el mejor veedor de toros.

El conocimiento taurino se entrena con los años… pero el corazón viene se base. Por eso, muchas y muchas personas confian ciegamente en su criterio, su visión y evidentemente su consejo.

La integridad hace que la persona se vista por los pies. Y por ahí suele empezar diariamente este grandísimo profesional. A las personas se la conocen en malos momentos…. y este hombre no ha dudado en ayudar a ganaderos, empresarios y aficionados sin esperar nada a cambio.

Después de ser capaz de mover a la tauromaquia para manifestarse en Valencia… ¿qué le queda? Pues mil y una historias más por soñar, y hacer feliz a todo aquel que deposite su confianza bajo sus hombros.

Tal vez, algún día será hora de darle un premio por una carrera llena de retos, momentos y matices.