Los “rat boy”, los millennials, los instagramers, youtubers, y todas esas tribus actuales han llegado a la tauromaquia. En este estado de alarma han proliferado y se ha incrementado las cuentas con motivos taurinos en las diferentes redes sociales; sobre todo Instagram. Una alegría para la fiesta, que por otro descubre una realidad algo preocupante.

Mientras hay jóvenes, con valores y discreción que luchan por un ideal de tauromaquia;  otros solamente quieren figurar y ser conocidos, no por sus conocimientos, sino por sus plagios y sorteos. El trabajo de algunos, puede quedar emborronado por unos pocos. Hay cuentas instructivas, que se dedican a deleitar al aficionado con contenido interesante, con el que puedan aprender y culturizarse -a nivel taurino-. Hacen pensar y estimulan al aficionado a aprender y cultivar su alma de aficionado. Algo por otra parte muy necesario en la tauromaquia, tanto a la hora de disfrutar de un espectáculo, como de defender la tauromaquia; al igual que, fomentar la tauromaquia entre diferentes círculos sociales.

Algunos viven de la fantasía creada por otro tipo de instagramers y youtubers, solo tienen el único propósito de ganar dinero, o beneficiarse de forma sustancial de diferentes marcas. En ocasiones esas marcas, ni investigan, ni saben, que la mayor parte del contenido no es suyo propio, sino que se nutren de portales, fotógrafos, y demás personas para beneficio personal.

Sin estructura, y sin escrúpulos, crece su red. Sin cultura taurina en muchas ocasiones, muchos menores de edad, solo piensan en el éxito, pero no en el camino. Ni transmiten los valores de la tauromaquia, ni mucho menos saben cuáles son. Carecen de respeto, educación, lealtad, honestidad, paciencia, esfuerzo o perseverancia. La mayor parte, incluso, se creen algo, que ni mucho menos son, aires de superioridad. Algunos sin estudios específicos, sin empresa, sin edad, ni seriedad ofrecen sus servicios de prensa a diferentes toreros, novilleros, y rejoneadores. Muchos aceptan al ser estos servicios gratis.

Unas cuentas, de personajes, que no trasmiten  cultura; ni ayudan a mejorar al usuario o seguidor. Con unos principios éticos y morales muy escuetos, y con una incultura patente, los sorteos, y demás actos en su propio beneficio se ha convertido en su juego particular. Todo por figurar, porque su ego se alimente, y con el único propósito de ganar dinero, sin la necesidad de trabajar duro para conseguirlo.

En beneficio, decir que hay otras cuentas, que si trabajan por hacer una tauromaquia mejor, por ofrecer datos y contenido único, sin la necesidad de copiar a otras cuentas. Unos jóvenes que realmente tienen afición y conocimiento, y lo ponen a disposición del lector y el aficionado. Por desgracia muchas de esas cuentas, triunfan menos, que las típicas palmeras, y con contenido superfluo y copiado.

¿Qué nos deparará el futuro? ¿Quién sabe? Necesitamos activos positivos, y no tanto activo tóxico.

Por Juanje Herrero