Novillada de Montealto. Con poca raza y poca fuerza. Hemos visto mejores novilladas de este hierro. Aun así los novilleros dieron espectáculo. Ganas no les faltan. Ojo con ese Sergio Rodríguez. Lo tiene casi todo. Lo mejor de la tarde lo puso J. C. Rey. Buen peón.
Al día siguiente cuatro de Algarra. Lo que quedó después del desastre del Batán. «ALGUIEN TENDRÁ QUE EXPLICAR ESTO». Y dos de Montalvo. Que no pasaron por el Batán pero lo parecía. Ya hemos dicho que no entendíamos que pintaba en la feria el Payo. Nos lo seguimos preguntando.
Román siempre entregado, dando lo que tiene. Dio la cara. Hacen falta estos toreros. Olé Román.
F.J. Espada también dio la dimensión que se esperaba de él. Se escapó de los pitones de milagro. Dos cornadas suenan a poco afortunadamente después de ver lo feo que lo cogió. No se arrugó nunca. Que vuelvan estos dos. El otro no.
Y llegamos al cartel de la feria. El que primero colgó el no hay billetes. La familia Fraile se despachó con seis toros pasados de edad. El dicho taurino. El toro cinco y el torero veinticinco. Cinco vale pero ¿seis? Mal tiene que estar el campo para que este tipo de toreros traguen con esto. Hasta el sobrero casi seis años.
Con Manzanares no gastaremos tinta. Ya hemos dicho que no está. Emilio de Justo quiere torear de verdad, a veces lo consigue. Mucho doblar rodillas. Y no. El toreo es vertical. Emilio no lo estropees. R. Rey cada vez cuela menos su toreo en Madrid. Valor mucho. Ganas también. Torear ya es otra cosa.
Después de estos tres días dos conclusiones. El Batán. Los que fueron la cagaron y entendemos su enfado. Tanto toro de seis años, limpia fincas. No beneficia al espectáculo. Lo estamos viendo y sufriendo.
Rafael Ortega
Foto de Andrew Moore