Miguel Abellán debería de recapacitar en torno a todo lo que está sucediendo desde que ostenta el cargo político sobre la plaza de toros de Madrid, en este caso, domo director del Centro de Estudios Taurinos de la Comunidad. Mal asunto que este hombre se vaya granjeando enemigos precisamente entre todos aquellos que, como compañeros, deberían ser sus amigos o, en el peor de los casos, de gozar del respeto de todos los matadores de toros de la actualidad y, la realidad nos dice todo lo contario porque si de enemigos se trata, Abellán, entre su gremio, los tiene por doquier.
Nada de eso ocurre, lo que nos hace sospechar que algo no está haciendo bien el otrora matador de toros madrileño que, para su suerte, logró un puesto de “trabajo” con una remuneración opípara, todo ello por militar en el partido Popular. Puesto que, la “suerte” la favoreció al respecto, Abellán debería ser, al menos en Madrid, el icono representativo de la torería andante y, los hechos, para su desdicha, dicen lo contrario. Son ya muchas las voces que tiene en contra y, por si faltaba algo, su tremenda discusión con Morante en el callejón de la plaza madrileña, algo que dice muy poco a su favor.
Resulta sospechoso que, un matador de toros como lo ha sido Miguel Abellán, desde hace ya mucho tiempo está siendo cuestionado por sus propios compañeros, algo que debería de preocuparle muchísimo; pero no ha sido ahora con el asunto Morante, lleva ya mucho tiempo en que, por parte de los toreros, sus voces son discordantes al respecto del citado Abellán. Dice el dicho que si quieres saber quién es Pablito, darle un carguito y, todos los datos que tenemos nos hacen sospechar que el acervo popular es muy cierto.
Para colmo, sobre Abellán cargan muchas sospechas en torno a que no hizo nada para salvaguardar el espectáculo cómico taurino que había programado en Las Ventas y, la empresa utilizó el peregrino argumento de que se habían vendido pocas entradas. ¿Cabe dislate más grande? Y, la pregunta es más que obligada, ¿qué actitud está tomando la Comunidad en torno a todo lo que huela a Miguel Abellán? Al parecer, el diestro retirado tiene todas las bendiciones de los más altos dirigentes madrileños, suerte la de este muchacho que no logró relumbrón como torero pero está haciendo una gran carrera política. Ante este hecho, lo que queda claro es que el colectivo de enanitos toreros seguro que le han retirado el posible cariño que pudieran tener sobre su persona puesto que, dada su dejación de funciones al respecto de dicho colectivo, los cómicos pequeños se quedaron sin pan en Madrid.
En realidad no tengo datos suficientes para saber en qué consiste el cargo de Abellán que, por lógica, debería ser un puente entre los diestros, la empresa y la Comunidad tratando de que hubiera mucha cordialidad al respecto entre los citados. Tras todo lo visto, cualquiera tiene derecho a barruntar que Abellán con los que no tiene conflictos es con los empresarios de Madrid, algo que dice muy poco a su favor. Es mucha la rumorología al respecto de Abellán y mucho más sangrante que, hace pocas fechas, en un festival que se celebró en un pueblo de Madrid, Abellán se encontró con un torero madrileño y, al verlo echó a correr. Mal asunto, como digo, que un hombre que ostenta un cargo de mucha relevancia tenga que ir escondiéndose por las esquinas. Abellán debe de consultar con su almohada, recapacitar sobre su futuro y, sin duda, confesarse sus pecados, si en verdad los tiene, eso ya lo analizará él.
La imagen que vemos es dramática puesto que, el dedo acusador de Morante se dirige hacia Miguel Abellán que, cualquiera, en su lugar estaría muy preocupado por muy cargo político que tenga.