Morante que no tiene un pelo de tonto ha rectificado su planteamiento artístico de cara a la próxima temporada puesto que, a tenor de lo que vamos sabiendo, los datos que nos encontramos vienen a certificarnos que, por un lado Morante quería emular a Joselito por aquello de sumar cien tardes como ha logrado este año pero, ese cantidad ingente de festejos, con toda seguridad, no ha ido acorde con el dinero que Morante pensaba ganar, cosa muy lógica por otra parte.

Los números, de forma genérica no le han salido; y no es que no haya ganado dinero pero, la proeza que él quería llevar a cabo, la misma le ha demostrado que no ha tenido los beneficios que él pensaba; seguro que, en su momento le pudo más la ilusión de emular a Joselito antes que pensar en el dinero propiamente dicho. Eso sí, una vez hecho el balance seguro que le ha dicho a Pedro Marques, ¿no será que hemos hecho el primo? Hombre, tampoco creo el tema llegue a tanto, pero no es menos cierto que, el asunto tiene mucho de verosímil cuando el diestro de La Puebla ha cambiado de estrategia por completo.

Como sabemos, Morante ha firmado seis tardes en Sevilla y tres en Madrid para la próxima temporada. Seis festejos que le darán más beneficios que treinta de los que ha toreado este año algo que, con toda seguridad se ha percatado el diestro, de ahí el cambio de estrategia. Es más, aplaudo la decisión de Morante para el año venidero de igual modo que critiqué lo de este temporada que me parecía aberrante en cuanto a número de festejos, una cifra que seguro le ha sabido a gloria si de satisfacción interna nos referimos pero, de igual manera, con ese tipo de actuaciones ha quitado muchos puestos de trabajo que estaban reservados para toreros de menor nivel. La historia es que, Morante, dada su categoría y caché, en muchos de esos festejos no ha cobrado “nada” si lo comparamos con sus actuaciones en Madrid, Sevilla o Pamplona y, para colmo, dada su grata presencia en muchos de esos festejos que aludimos, lo único que consiguió es dejarse a otros chavales sentados en sus casas.

Dicho en cristiano, Morante debe hacer lo que está preparando para el año venidero, actuar en plazas de relevancia, primera o segunda, pero nada más. ¿Qué necesidad tiene este hombre de torear en Herrera del Duque, por poner una plaza humilde? Es cierto que, si en dicha plaza le hubieran pagado cien mil euros, hasta lo entendería o, lo que es peor, le tomaríamos por un avaro sin escrúpulos, cosa que no ha sucedido. Como digo, barrunto que ha sabido rectificar y, esa es una tarea de sabios.

Con su cambio de estrategia, en la temporada que viene, respecto a lo que a los pueblos se refiere, muchos de los toreros humildes aplaudirán la decisión de Morante por aquello de dejarles libre lo que desde siempre ha sido su feudo natural. Ya está, no hablemos más del asunto. Morante cumplió su deseo y todos contentos; hombre, todos menos los que veían como se les esfumaba un puesto que, desde siempre se les reservaba a unos y otros, especialmente los que no actúan en las ferias.

El claro ejemplo de todo lo que digo viene dado por su actuación en Azpeitia, la bellísima feria norteña que, para desdicha de la comisión gestora que organiza la feria, al frente el gran Joxin Iriarte, aficionado cabal y gestor admirable, la actuación de Morante no redundó en más beneficios para las monjitas de la Caridad. Digamos que, con Morante en Azpeitia, su nombre debería de haber tenido un eco grandísimo en el abono y eso no sucedió, hasta el punto de que, pese a Morante, Azpeitia ha donado este año mucho menos dinero que en temporadas anteriores. ¿Se llevó el dinero Morante? Seguro que no, pero su participación en tan emblemática feria no benefició a nadie, todo lo contrario, eclipsó a un compañero que podía haber toreado en dicha feria y, los beneficios, como digo, hubieran sido mayores.

Morante es un torero grandioso y tiene que exponer su arte y su misterio, junto a su capacidad lidiadora, en los grandes templos el toreo, nunca en los villorrios en que, como es notorio, a los paisanos les da lo mismo que toree Morante que el mismísimo Andrés Palacios, por citar un diestro humilde. Recordemos que, el más grande artista de la actualidad tienen que estar presente, como digo, en las grandes ferias, lugares donde se le paga con grandeza y se le exige con la debida justicia. Aquello de que todo es bueno y que todos los públicos merecen un respeto, como frase queda hermosísima, pero la realidad no aboca a pensar que un torero tan grande como Morante no puede regalar su arte matando novillotes por esos pueblos de Dios y, en la mayoría de los sitios, toros afeitados y sin el menor trapío. La decencia de un gran artista debe de estar por encima de tales veleidades antes comentadas. Su planteamiento de cara al año venidero todo un acierto, ¡sí señor!