Quiero demostrar con estas letras lo que ya sabemos todos, pero, por si queda alguna duda, héteme aquí para explicarlo. La política y los toros van unidos por el mismo cordón umbilical que no es otro que la publicidad al respecto. Que un político sea honrado o que un torero sea puro, eso no importa para nada. Unos y otros venden la burra y se quedan más anchos que largos porque, en honor a la verdad, siempre encuentran quien se la compre. Aquí de lo que se trata es de alcanzar la meta propuesta; el político por aquello de ocupar un sillón presidencial, un escaño; una tribuna, lo que fuere, pero para tener poder. Al torero le sucede lo mismo, hay que llegar a figura, como sea, porque una vez en dicho estrado ya no te discute nadie. ¿Verdad, Enrique Ponce?

¿Qué armas se necesitan para tales menesteres? Está clarísimo. Antaño era la radio que, gracias a la misma Hitler –como todos los políticos de aquellos años- ganó las elecciones en Alemania para, como “buen socialista”, destruir media Europa, ecos que no nos llegaron hasta España porque, el ahora denominado “criminal” llamado Franco, se lo impidió. En la actualidad, lo que priva es la televisión que, tanto para los toros como en la política, juega un papel decisivo. Y lo juegan porque para desdicha del mundo, sus gentes no tienen criterio y, al ver la televisión, compran la marca de la escoba que les ofrecen sin pensar si es de plástico o de papel; lo dice la televisión, seguro que es bueno.

¿Qué hacen las figuras para mantener su estatus? Apoyarse en la televisión que, con sus hombres de paja correspondientes, adulan a la figura de turno, la gente se lo cree, no analizan nada más y todo les parece fabuloso. Ese es el quid de la cuestión, razón por la que José Tomás, sabedor de todo lo que digo, quiere mantener siempre la incógnita al no prestarse al juego de la televisión y las figuras respecto a su personalidad y, como haría un político decente, el que quiera verme que venga al mitin de mañana a las cinco de la tarde. Todo se vende mediante la televisión puesto que, como reza un eslogan comercial, si no apareces en la televisión es que no existes.

¿Cómo ganaron estos mercachifles que ahora nos gobiernan? Bueno, lo de gobernar, como metáfora puede valer, pero la realidad es tan distinta que, dejémoslo así. Sin la televisión, solo con sus mítines, Pedro Sánchez no habría sacado más de diez escaños y, el tal Iglesias, rebuznando por las plazas, a lo sumo hubiera logrado su escaño pero, amigos, los políticos todavía son más listos que las figuras del toreo; vamos, como de aquí a Lima.

¿Solución para todos los problemas? Muchas televisiones adictas al “régimen” y todo solucionado. TVE, de la que son amos y señores, la Sexta, la que deben financiar con ansia desmedida, Tele 5 con sus mariconadas, etc etc. etc..Pero todas las cadenas, a diario, contando las excelencias de los social-comunistas, el pueblo que es inocente, más bien yo diría boludo, se cree toda las mentiras que les sueltan, no tienen criterio alguno y, aplicando la misma decisión por la compra de la escoba citada, emiten su voto al apestado que les ha comido el coco.

Pensemos, y lo pongo como ejemplo, que mientras TRECE televisión tiene una audiencia digamos normal, el resto de las televisiones quintuplica las audiencias, razón por la que, como es notorio, es muy fácil encandilar a las masas que, como nosotros, que somos un rebaño fácil de llevar, ahí tenemos los resultados. Luego nos quejamos, como sucede ahora con cientos de miles de personas que han quedado desamparadas pero, ¿por qué no recapacitaron a la hora de emitir el voto? ¿Será que tenemos lo que nos merecemos? Sin duda alguna, aunque luego como está ocurriendo, lo paguen justos por pecadores.

Fijémonos hasta donde nos pueden engañar con una televisión que, por ejemplo, en una corrida de toros televisada, con Enrique Ponce, El Juli y Perera con toros de Juan Pedro y  a su vez, en un canal autonómico, una corrida de Miura para Octavio Chacón, Gómez del Pilar y Javier Castaño, por citar tres héroes del ruedo. ¿Qué espectáculo tendría más audiencia entre los citados? Sin duda, la primera opción. Son figuras, oiga, diría el otro. Y habría que responder: Sí, pero los otros toreros citados tenemos la seguridad de que jugarán la vida de verdad con los Miura. No importa, los que se juegan la vida son tres muertos de hambre y las figuras son las figuras, por eso se han encargado muy bien de vender su producto y, como decía, que todo el mundo se lo crea. Siguiendo con la metáfora, muchos españoles creemos que Santiago Abascal es un político decente que, junto al resto de la derecha de España podrían sacarnos del atolladero pero, como Abascal apenas sale en la televisión. ¿Quién es Abascal para que le votemos? Piensan los descerebrados de este país.

¿Cómo es posible que, una figura de la política, sin duda el más indeseable en la actualidad, llamado Pablo Iglesias, ha llegado al estatus que ostenta? Como diría, en los toros se le daría el título de figura y, en política es el puto amo porque si Pedro Sánchez no consensua con él, a todos se les cae el palo del sombrajo. ¿Cómo hemos llegado a tan grande miseria política? Gracias a la televisión que, al citado Iglesias, le han sacado en los últimos años miles de veces en cualquier cadena para que diga estupideces, oculte su fechorías, quede como un señor y, para colmo, que millones de personas se lo creyeran. ¿Somos o no somos boludos?

¿Ha quedado claro que la política y los toros van unidos por el mismo cordón umbilical que no es otro que la televisión? Esa televisión que hace milagros, puesto que, con la misma se puede hacer más daño que hicieron los rojos en el bombardeo de Cabra. Ahí tenemos las pruebas a diario en la que, una mentira promulgada por la televisión, al día siguiente es la “verdad” que todos comentan en el café de la primera hora de la mañana.

Sin la televisión, los grandes líderes que ostentan el poder para destruir España, no hubieran sido nada; en realidad no son nada porque si consienten, cosa que dudo, que haya alguna vez otras elecciones, confío, aunque sea difícil de creer, que seamos un poco menos boludos y votemos por la paz y la libertad.

En la fotografía vemos a Santiago Abascal en los toros junto a su amigo Morante de la Puebla.