Nuestro compañero Paco Cañamero nos confirma lo que todos sabemos, en este caso lo que supuso la tragedia económica en la plaza de toros de Zamora en que, con Morante en el cartel junto a Daniel Luque y Alejandro Marcos, poco más de un tercio de entrada en el coso citado. Lo dicho podría parecer una triste anécdota pero, la realidad nos aboca a la crueldad más extrema al respecto. Como digo, no ha sido Zamora, han sido todas las ferias del mes de junio en la que ha participado Morante que, el, pobre no se está dando cuenta de la ruina económica que se está viviendo. Claro que, pagar cincuenta euros al sol como sucedió en Zamora, lo dicho, el de Zamora que corra, y todos corrieron despavoridos hacia sus casas sin importarles los carteles de la feria.

O sea que, los taurinos no se han dado cuenta que con esos precios desorbitados nadie puede ir a los toros pero, más que no poder ir, la cuestión estriba en que se sienten estafados porque una entrada de sol, por mucho Morante que haya en el cartel no puede valer cincuenta euros. El empresario ha ejercido de listo y le ha salido el tiro por la culata. Lo sangrante de la cuestión es que, los organizadores siguen creyendo que los aficionados son retrasados mentales y que dilapidan el dinero de mala manera. Craso error porque el dinero cuesta mucho de ganar y nadie quiere tirarlo por un capricho de los toreros.

La solución para que la gente vuelva a los toros pasa porque los precios sean populares, asequibles a todos los bolsillos porque no existe peor lacra que esa imagen que vemos con los tendidos vacíos; es toda una sensación de orfandad que produce nauseas para los aficionados. Claro que, como se demuestra, se conforman con lo poquito que haya. Cierto es que, me hubiera gustado ver la liquidación de Daniel Luque y Alejandro Marcos tras el festejo, miseria al más alto nivel. Lo digo porque lo poquito que hubiera en taquilla se lo llevaría Morante e imagino que se pagarían los toritos.

Insisto que, la imagen que vemos a diario es dantesca, nada que ver con lo que hemos conocido mediante nuestra larga vida en la que, hasta hace muy pocos años, conseguir  una entrada en cualquier plaza era toda una proeza, hasta el punto de que los reventa vivían como reyes, otra profesión que también ha muerto puesto que, con las plazas vacías, no creo que existe un solo osado capaz de comprar entradas para revenderlas más tarde. No quedan toreros de tirón y, para colmo, como digo, esos precios desorbitados. El único, reitero, que es capaz de congregar gente, eso sí, sin agotar el papel, es Roca Rey. Y digo lo de agotar el papel porque en la corrida de reapertura de la plaza de Bilbao, con el cartel más hermoso del mundo, media plaza.

Como dije muchas veces, para exterminar la fiesta no necesitamos de los antis, ni los políticos barriobajeros, ni los de Pacma, nos bastamos solos para que esta fiesta desaparezca por completo. ¿Será que no tienen ojos en la cara? Todo lo quieren sustentar con el éxito de Madrid pero, eso es otro mundo, otro nivel que nada tiene que ver con el resto de las plazas de España. Que todo se circunscriba en todas las ferias con entradas de medio aforo, ya me dirán si la hecatombe no la tenemos servida. Por cierto, Morante, el torero más artista de los últimos cincuenta años, ¿qué pensará cuando vea que su nombre no congrega a más de tres mil personas en los recintos taurinos? Yo, en su lugar, estaría muy preocupado; es cierto que Morante ya está de vuelta de todo pero, amigo, vendrán otros chavales que le sustituirán pero, será tarde porque la fiesta habrá muerto por inhalación crematística.