Hace unos días tuve un sueño maravilloso que, al despertar me llenó de tristeza, sencillamente porque no lo pude culminar pero, la trama que pasó por mi cabeza en aquella noche apasionante es digna de contársela al mundo, en este caso a todos los aficionados del globo terráqueo puesto que, por un día me convertí en empresario para darle grandeza al espectáculo taurino y, al tiempo, satisfacer a todos los que como yo persiguen el sueño de la justicia para todos aquellos que la necesitan y, lo que es mejor, de la que son acreedores.

Como quiera que, hasta en mis sueños mi corazón piensa en aficionado auténtico, soñé que me hice empresario de la plaza de toros de Colmenar Viejo y que, para su feria de los Remedios podría montar un ciclo taurino digno de los mejores aficionados del mundo puesto que, muchos de ellos viven en el pueblo madrileño y no digamos todos los que desde la capital de España irían a Colmenar para presenciar una feria tan rotunda como apasionada.

-Estos son los carteles:

-Toros de Carlos Núñez, encaste Núñez, claro está, para los diestros: El Cid, Curro Díaz y Paco Ureña.

Como vemos un cartel apasionante que, por encima de todo redimiría a El Cid tras su regreso que, como pudimos ver el pasado año en Sevilla estuvo cumbre, sensacional en un Tarifa y en los pocos lugares que actuó, pero sin el eco que merecía. ¿Qué podemos decir de Curro Díaz? Un artista singular donde los haya, arrinconado por el maldito taurinismo y, el pasado año, además de las dos corridas de Victorino Martín que desorejó en Daimiel como en Linares, tanto en Úbeda como en jaén demostró que sigue siendo uno de los artistas más grandes que tenemos en el toreo. Y Paco Ureña, un consentido de Madrid con toda la razón del mundo pero que, tras una apoteósica campaña del 2019, tras la pandemia le arrinconaron de mala manera.

-Toros de La Quinta, encaste Santa Coloma para los diestros: José Garrido, Álvaro Lorenzo y Ginés Marín.

La combinación entre toros y toreros barrunto que sería del gusto de la afición de Madrid en un plano general y, además de impartir justicia, nadie quedaría indiferente porque los tres diestros gozan de números y prestigio como para formar parte de la “feria” a la que aludo.

-Toros de Baltasar Ibán, encaste Contreras, para los diestros Fernando Robleño, Manuel Escribano y Octavio Chacón.

¿Puede alguien poner algún reparo al cartel que citamos? Es imposible. Robleño es un torero al que no han dejado nunca que expresara la inmensa calidad de su toreo, pero, el pasado año, pese a no andar fino con la espada, en Madrid dictó varias lecciones de lo que es la torería al más alto nivel. Manuel Escribano es toda una institución en el mundo del toro auténtico, ostentando títulos de un honor inmenso, aquello de haber indultado un Victorino en Sevilla no fue ninguna broma, ni el Miura al que le perdonó la vida en Utrera, todo ello rociado de una carrera admirable en todas las plazas en la que actuó puesto que, la épica está asegurada en todas sus actuaciones. Y Octavio Chacón que es un torero inmenso, tras tantos años, sigue arrastrando la cruz de la más grande injusticia ya que, el gaditano es mucho mejor torero que la mayoría de los que torean todos los días.

-Toros de Fermín Bohórquez, encaste Murube, para los diestros, Diego Urdiales, Juan Ortega y Pablo Aguado.

Si pretendíamos ver una corrida de toreros artistas, con este terceto lo tenemos asegurado. Es difícil decantarnos hacia un torero solamente del citado cartel porque los tres, sin remisión nos pueden elevar hasta lo más alto y, lo que es mejor, con una corrida de toros de garantías, pero, con la certeza de que dichos animales puedan tener la casta que a todos los toros se les supone y que muchos no tienen.

-Toros de Salvador Domecq, encaste Domecq, para la confección de una corrida mixta con los diestros, Morante de la Puebla, Borja Jiménez y el novillero Javier Zulueta.

Si de corridas de toros mixtas hablamos, ¿podría alguien superar este cartel? Seguro que no. Estamos hablando de Morante, el torero más artista de los últimos treinta años al que nada le vamos a descubrir ahora, hasta el punto de sus inenarrables faenas del pasado año y otros anteriores en los que demostró que, con el toro enrazado es capaz de crear arte a raudales. Borja Jiménez fue la revelación del pasado año, un diestro al que le hemos dado toda nuestra aprobación y, ante todo, del que esperamos lo mejor de lo mejor, cosa que barruntamos que el diestro nos regalará a manos llenas. Si de Borjita hablamos, partimos de la base de sus inmensas faenas del pasado año y, por encima de todo, de aquella matrícula de honor que Madrid le otorgó el día que cortó las tres orejas en la feria de otoño, cuidado, con toros de Victorino Martin. Y Javier Zulueta, un chaval bisoño pero que, tras las novilladas que le vimos el pasado año, presagiamos que estamos ante un torero artista, diferente, único…tiempo al tiempo.

Esta podría ser la feria soñada por cualquier empresario, la cuestión estriba en que los organizadores del espectáculo piensan en la rentabilidad, cuando más alta sea mucho mejor pero, aquello de pensar en aficionado es toda una quimera. Es cierto que, los gestores taurinos montan ferias para el gran público, eso no lo duda nadie, pero ese tipo de gestiones que pueden dar mucho dinero a las arcas de los empresarios, en el camino van quedando muchos “cadáveres” de toreros muy válidos que, el maldito sistema arrincona. ¿Cómo es posible que Curro Diaz no esté contratado para la feria de San Isidro? Como dije en su momento, eso es una canallada en toda regla y, hasta sospecho que un ajuste de cuentas porque si de toreros artistas hablamos, el noventa por ciento de los toreros deberán de tomar nota del linarense que al margen de las actuaciones grandiosas que hemos citado, el domingo de Resurrección de pasado año en Madrid tuvo una tarde importante.

Pensar, como antes dije, que Octavio Chacón está en el dique seco, eso descorazona hasta los que tengan el corazón de acero. Es cierto que El Cid no debería de haber reaparecido, pero, una vez que lo hizo y demostró su grandeza en Sevilla, que nadie reparara con él, la traición no pudo ser más grande. Confiemos, por lo que estamos viendo que, en el peor de los casos Paco Ureña sea atendido como merece.

Soñé, es cierto. Pero ¿se imagina alguien si la feria citada pudiera llevarse a cabo todo lo que de la misma saldría? Y, lo que es mejor, el empresario que la organizara no se marcharía descalzo a su casa.