Cada vez que pienso en la canallada que hicieron los socialistas al prohibir que los toreros cómicos se ganaran el pan honradamente, en este caso, esos hombres apasionados de poca altura en centímetros, pero enormes de corazón, me entran las náuseas de la muerte. ¿Cómo es posible, me sigo preguntando que se haya promulgado una ley para dejar sin pan a los que más lo necesitan, caso de los toreros bajitos y cómicos? No lo entiende nadie, pero, la maldad, dentro de la política es tan grande que, como explico, un sector muy amplio en el mundo del toro, los enanitos toreros les dejaron sin la posibilidad de ganarse el sustento diario en la profesión que tanto amaban; la siguen amando, pero no la pueden ejercer.

Hay que ser malvados para, aduciendo que querían proteger a los enanos porque según estos criminales, la gente se reía de ellos, como se ha comprobado, ahora ya no se ríen de ellos, pero se mueren de hambre. Ocurría todo lo contrario, la gente se reía con ellos que es muy distinto a lo argumentado por los indeseables que nos gobiernan que, a poder ser, nos dejarían a todos sin trabajo, por ende, sin pan.

Para mi infelicidad, he hablado con varios enanitos toreros y, a todos, sin distinción, se les sale el corazón por la boca porque, justamente, dentro de los ruedos taurinos, en los espectáculos cómicos al efecto, es donde habían encontrado el trabajo que les permitía vivir con dignidad, como usted y como yo. O sea que, se les ha castigado por ser bajitos, no existe otra razón. Por esa misma razón podían dejar sin trabajo a Pere Aragonés pero, claro, este enano es político de ahí la protección que tiene por parte de todos, especialmente por parte de Pedro Sánchez.

Puesto que les quitaron el trabajo a los enanos, esos mal hallados que dicen gobernarnos, de repente deberían de haberles encontrado un puesto de trabajo a estas criaturas que, su único pecado es no haber crecido más; por ejemplo, haberles dado un puesto de ujieres en cualquier sitio; El Congreso, El Senado o, en su defecto, en La Moncloa o cualquier ministerio donde anidan cientos de vagos, donde vive ese traidor que dice ser progresista de cara a los imbéciles que le siguen votando. Pero no, de un plumazo se dejaron a todo un colectivo sin trabajo, por tanto, sin posibilidad de ganarse la vida. Algunos de los enanitos hablaron con Pau Gasol para ver si este hombre les encontraba trabajo, pero, su labor ha resultado infructuosa.

Es alarmante que el socialismo haya creado una sociedad cruel, envenenada y sin ilusiones, hasta el punto de erradicar para siempre todo aquello que no les gusta, caso del trabajo de estas personas que, al nacer no pidieron quedarse enanos y, gracia a la sagacidad de Pablo Celis, aquel hombre culto, inteligente, creativo y genial, en su día creó el espectáculo El Bombero Torero que, como sabemos, gracias a los festejos cómicos que este hombre organizaba, queriendo o sin querer, lo realmente cierto es que arregló la vida de estas personas carentes de estatura pero con un corazón enorme. Más tarde, por supuesto, nacieron otros colectivos de índole cómica que, de igual modo, satisfacían las ilusiones de estos seres pequeños.

Claro que, si lo que han hecho los socialistas tiene tintes criminales por aquello de robarles el pan a unos seres inocentes, la derecha de España no ha hecho nada para salvaguardar los intereses de los toreros cómicos; han callado como vulgares putas que no tienen valor para denunciar al amo del prostíbulo. Ellos, la derecha, como siempre sucede, quiere nadar vestidos y que no se les moje la ropa. Inteligentes, ¿verdad? Lo realmente cierto es que muchas criaturas mortales que se ganaban la vida con honradez en los espectáculos referidos se han quedado en la puta calle por la decisión de unos desaprensivos que, un día, así lo quiera Dios, se les destape el fraude y queden todos dentro de una cárcel que, por cierto, debe ser grande si hay que encarcelar a todos los que para ello opositan.