Todos los aficionados estamos en deuda con Eneko Andueza por haber publicado su libro taurino, LOS TOROS DESDE LA IZQUIERDA, una obra imprescindible en el corazón de todo aficionado que se precie. Eneko no cuenta pasajes taurinos protagonizadas por hombres de izquierda y, con los mismos, deja al descubierto a los sociatas actuales que, ni saben de toros ni de nada, si acaso, de mariconadas al más alto nivel como muy bien lo vemos a diario en el gobierno que sufrimos.

Este político vasco admirable nos pasea por el mundo de la izquierda en aquellos años ochenta en que, muchos de los que somos de derechas, en su momento, votamos a Felipe González, además, convencidos de lo que hacíamos. Pasajes hermosos los que nos recuerda Eneko de Antoñete, Gregorio Sánchez Alfonso Navalón, José Miguel Arroyo y otros muchos que, afiliados al «rojerío» de la época eran capaces de convivir unos con otros porque, amigos, por aquellos años triunfaba el respeto y, personas como Antoñete, Navalón, Gregorio Sánchez que habían sufrido en sus carnes las tribulaciones de la guerra Civil, era lógico que pensaran en la izquierda. Y, pese a todo, eran capaces de respetarse unos a otros, incluso Antoñete hacia de tripas corazón para brindarle un toro a Franco que gracia no le hacía ninguna, pero era mayor el respeto que todos nos profesábamos que las ideas particulares de cada quién y cada cual.

Sin pretenderlo o quizás con toda la intención, Eneko nos cuenta cientos de anécdotas relacionados con los  políticos de izquierda y los toros y, él mismo, se desnuda ante el mundo para contarnos que un comunista de pro, Ramón Tamames, amaba la fiesta de los toros como tantos de sus correligionarios de la época. ¿Qué pasaba? Era muy sencillo: los políticos podían ser del partido que quisieran pero, todo estaba basado en el respeto. El mismo Ramón Rubial disfrutaba como un niño en los toros y, de forma muy concreta, en aquella jornada inolvidable que compartió con Alfonso Navalón en su finca El Berrocal de Salamanca.

Hablando de comunistas, el problema es que han cambiado los tiempos y, ese indeseable llamado Pablo Iglesias que tanto criticaba a la casta de los ricos se ha situado ahora entre ellos, es uno más viviendo como un rey en Galapagar y, para colmo, destruyendo todo lo que encuentra en su camino por esa maldita causa animalista que tanto se llevan a la boca. Si con el chollo que ha encontrado en la política se quiere comprar una mansión, me parece muy bien, pero habría que recordar a dicho personaje que tanto Ramón Rubial como Ramón Tamames, ambos líderes de la izquierda en sus dos versiones, vivían en humilde viviendas como cualquier trabajador.

¿Se imagina alguien, en la actualidad, que la transición que se llevó a cabo en su momento entre la izquierda y la derecha, todo ello con un éxito de clamor, si eso lo tuvieran que hacer ahora estos apestosos que nos gobiernan? En aquellos años ochenta se firmó la paz entre todos, se olvidaron viejas rencillas y, desde aquel momento, unos y otros tuvieron la grandeza de saber convivir, todo hasta que llegó ese indeseable Zapatero que, el muy ruin, es el único político del mundo que define a Maduro y, los suyos, hasta le aplauden, caso del mismísimo Pablo Iglesias que, según dice, Venezuela es el paraíso de la democracia. Y digo que llegó el muy aberrante para desempolvar viejas rencillas que estaban olvidadas, para dividir a España una vez más y, sin duda, para llevarnos al abismo como nos llevó.

Dije en su día que Eneko Andueza no será ministro porque, como lea el libro su patrón de Madrid, ese tal Pedro Sánchez cuyo oficio es mentir, vamos que le borran de la lista.

Lo que si ha quedado claro es que, Eneko es socialista, honrado, cabal, trabajador y amante de la fiesta de los toros que, con su libro nos ha dado una soberana lección, especialmente a los suyos que por ineptos y ruines, no serán nunca capaces de comprender que, como pasó en los años ochenta, izquierda y derecha eran capaces de convivir juntos y, lo que es mejor, amar a la mejor fiesta del mundo que, como es notorio, no la inventó Franco.

Palpo la diferencia que existe, políticamente dicho, en aquellos años y me pongo a llorar. Aquello que parecía tan fácil, la convivencia, hoy se ha tornado un imposible, sencillamente porque estos imbéciles de la izquierda actual y que nos gobiernan, todavía quieren ganar la Guerra Civil, la que por ineptos y estúpidos perdieron.

Muchos son los matices de Eneko que, como es natural y lógico, iremos desgranando, sencillamente, porque lo que ha escrito este maestro de la pluma y los toros, merece la pena.