Resulta dramático en los tiempos que corremos que, pese a todo y a sabiendas de que este año será mucho más difícil dar toros que el pasado año, mucha gente se empeña en anunciar lo imposible que, en realidad no es otra cosa que se puedan celebrar corridas de toros o cualquier clase de evento taurino como le queramos denominar.

Me asusto al comprobar la insensatez de mucha gente que, por lo que dicen, tengo la sensación de que viven en otro país; no puede se posible que, viviendo en España, sabedores de todo lo que llevamos encima y se atrevan en pronósticos absurdos que, en realidad no nos conducirán a nada. ¡Qué más quisiéramos todos los aficionados que se dieran festejos taurinos con toda normalidad!

Al frente del vocerío ha aparecido Morante con su anuncio de matar la corrida de Miura en Sevilla a sabiendas de que la misma no se va a celebrar y, cuidado, quisiera equivocarme. Todo son especulaciones al respecto de la pandemia y, mucha gente, emulando al guapo de turno que nos gobierna que sigue sosteniendo que la pandemia está controlada cuando es una mentira sin parangón.

¿Será que muchos taurinos o periodistas son afines a la doctrina de Sánchez y se quieren aferrar a su idea? Sin es así, vaya error más grande el que cometen todos porque, hasta los niños de pañales saben que estamos peor en estos momentos que en el pasado mes de abril cuando creíamos que la peste era brutal; pues lo hemos superado, algo que no lo digo yo, lo dicen los científicos y, sin duda, la realidad de lo que vemos por la calle.

Repito que, veo muy difícil si Dios no lo remedia, que se puedan dar toros en este año que, como es natural y lógico, todos rezamos para que nos asista el milagro y nuestras ilusiones vuelvan a renacer. Ya firmaríamos, ahora mismo, que este año se pudiera dar una temporada como la que se llevó a cabo el pasado año. Aquello que nos parecía esperpéntico, ya lo firmaríamos para este ciclo que hemos empezado.

Sobran voces inútiles que quieren estar por encima de la realidad en que vivimos, de ahí lo de voceros que, como decía, parece que son discípulos del maldito social-comunismo que nos rige que, como el mundo sabe, nos ha llevado a la más grande ruina. Negar la cruda realidad que nos invade es un acto de cobardía mental o, en su defecto, muy propio de nuestros líderes políticos que niegan hasta la existencia de Dios. Eso sí, si se trata de las elecciones catalanas, éstas tienen prioridad ante la pandemia que nos asola, eso sí, Sánchez sigue diciendo que todo está bajo control.

No nos hagamos muchas ilusiones y, ante todo aceptemos la cruda realidad que nos asola. Todos, como decía, quisiéramos que mañana todo volviera a la normalidad y poder ser espectadores de la fiesta que tanto amamos pero, una cosa es predicar y la otra muy distinta dar trigo.

Puede que los toros un día vuelvan a ser la realidad que todos conocíamos pero, nadie debe de olvidar que, tal y como ha quedado España -y lo que vendrá este año- tras la hecatombe que hemos sufrido, el día que haya toros de nuevo, con la desdicha que hemos acumulado, veremos quién tiene dinero para asistir al espectáculo.

El mundo de los toros es el reflejo de España y, ni qué decir tiene que, nuestro país es un solar desmantelado. ¿Queda alguna duda? Ahí está la dramática realidad en que vivimos. El que quiera puede analizarla.

¡Qué daríamos todos por hacer realidad lo que vemos en la imagen, a David Adalid banderilleando un toro en Las Ventas!