Quién te a visto y quién te ve, le dijo la vida.

¿Por qué?

Por todo lo que quisiste ser y no fuiste, por todo lo que fuiste y no esperabas ser, porque esperabas en ocasiones respuestas inmediatas de la vida y llegaron cuando ella te supo dar la contestación.

Y …¿Qué fue de tus amigos?

La mayoría no lo eran aunque yo los consideraba como tal, muchos con el transcurrir del tiempo dejé de verlos, otros se convirtieron en auténticos desconocidos, los menos lo siguen siendo y alguno esporádico me lo presentó el azar y sigo disfrutando de los de verdad, que fueron los poquitos que quedaron.

Háblame del éxito y del fracaso si es que los llegaste a conocer.

Sí, conocí a ambos y eran de muy diferentes maneras a como yo los tenía idealizados.

El fracaso, tiene una cara amarga, es difícil tratarlo y más difícil todavía convivir con él, te da las respuestas que no buscabas, te hace permanecer en un barrio sombrío y frío, te hace sentir preso de él, algunos no saben comprender las respuestas que no buscaban y se quedan encarcelados para siempre en él , otros supimos asimilar las respuestas a preguntas que nunca quisimos hacer ni conocer, al aprender el conocimiento del fracaso ya nunca más la vida te devuelve a él, ya tienes las armas que te dio la sabiduría y que te enseñó el fracaso.

En cuanto al éxito le conocí de refilón, me dio la sensación de que tiene mil caras, puede ser falso o verdadero, puede ser amable o amargo, puede ser tan fugaz como eterno, te puede dar todo tan rápido como quitártelo, el éxito que yo conocí no venía envuelto de fama ni de dinero, el éxito que conocí traía la enseñanza de la perseverancia, el amor de mis hermanos, padres, mujer, hijas y ahora niet@s , traía el recuerdo de lo vivido y la nostalgia pasada, traía la ilusión por el presente y por el inmediato futuro, et.

Y… ¿Qué fue de tus padres, hermana y amigos que murieron?

La vida, me los arrebato, se quedaron muchas cosas por vivir y compartir con ellos, a veces, tú, vida cruel, parece como si actuaras al azar y por tu Santo capricho, no me dejaste disfrutar lo suficientemente de ellos, dicen que la suerte no existe en ese caso para mi no existió pero creo que la suerte es como la vida y la muerte, a veces la sientes a tu lado y otras parece como si estuviera muerta y enterrada, yo en el fondo si creo en la suerte y creo que ella también confía en mi pues a veces cuando pienso que la perdí aparece mi buena estrella en forma de cualquier cosa, persona, animal, viaje, etc.

De todas formas te diré vida mía que en mí nunca murieron porque viven siempre en mi alma, en mi constante recuerdo, en mi persignar de cada mañana y cada noche, en cada mirar por la noche al cielo, en los luceros, también los imagino en las estrellas, sé que mientras recuerdes a una persona nunca estará muerta, ese es mi consuelo.

¿Murió algún sueño en ti?

Si, algunos, pero otros nacieron, los que me parecieron en algún momento inalcanzables los dejé escapar, para que iba a perseguirlos si tenían más velocidad e imaginación que yo.

¿Qué consejo le darías a tus hijas?

Que sean felices en lo que hagan y que donde no estén a gusto que se vayan.

Bueno y a la mayor que deje de fumar.

¿Te da miedo la muerte?

Morir no me da miedo, me da miedo a morir sufriendo.

¿Cuál fue tu mayor defecto?

Varios, el primero no haber sido un buen lector, ser poco ambicioso y conformista, aunque eso no sé si es defecto o virtud porque la mayor felicidad quizá se encuentre en la conformidad.

¿Una fantasía?

¡¡Dormir una semana entera en la casa del libro, solo salir una hora al día para pasear, !!pero!! eso sí, que el local dispusiera de un baño con servicio y ducha y comida a la carta.

¿Qué esperas de la vida?

Salud, viajes, disfrutar de mi familia y el dinero justo para vivir normal.

¿Por qué no me hablas de toros?

Porque ya sabes cómo pienso y no quiero hablar más de lo mismo.

Cámbiame rápido de tercio por favor.

Vale voy, ¿Crees en el ridículo?

Si, ahora mismo creo que lo estoy haciendo contigo y conmigo.

¿Conmigo por qué?

Porque tú y yo somos la misma persona.

Y …¿Entonces estamos haciendo el ridículo?

Si yo soy tú y tú eres yo, ¿quién responde ahora?

Los dos a la vez, ok, vamos.

Juego de palabras infantiles, juego de niños, da igual este relato es apto para todo tipo de públicos, niños, jóvenes, mayores, viejos, listos, menos listos (tontos), no escribamos tontos que a veces los tontos son los más listos y los locos los más cuerdos.

Óyeme, no óyeme tu a mí, esto está llegando muy lejos y como ya no quiero seguir escribiendo ni pensando en que esto es un relato absurdo y tú eres yo y yo soy tu, dejemos el relato por hoy aquí.

Una última pregunta a mí mismo, ¿por qué no vuelves a leer el libro las conversaciones con Dios?

Porque ahora estoy con otra lectura, pero te juro por el nombre del título de ese libro que volveremos a leerlo.

(Volveré a leerlo para cuando después de hacerlo sienta que hay un Dios que pulsa y maneja las teclas de mi escritura.)

Julián Maestro, torero.