El novillero Nek Romero era uno de los firmes candidatos a conquistar el Bolsín Taurino de Torre Pacheco en Murcia, hasta que cogió las banderillas para de una manera fulminante desplomarse en la Bolsa que le cotizaba como aspirante al premio. Ejemplificó todo cuanto no debe hacer un banderillero y siendo sensatos debería hacerse perdonar por «Maera» y los hermanos Oliver que tuvieron que presenciar aquel atropello desde el callejón. Pero no fue así, y el novillero se auto jaleó y se dirigió al público como si fuese David Fandila, Víctor Méndes o Morenito de Maracay.
Luego se recompuso y luchó ante el eral más descastado y manso del encierro. En su trasteo hubo valor y entrega, y al término de una buena tanda de circulares el novillo le solicitaba la muerte. No podía con su alma y a cada intento de someterle el animal le protestaba airadamente. Pero Nek no estaba por lo que le pedía su oponente y quiso marcarse un «miguelángelperera», ahogando en corto espacio al burel, haciendo ostentación de ese falso valor cuando un torero se sitúa junto a la oreja del toro, y precisamente cuando salió de esa jurisdicción el bicho le dio un aviso. Sabíamos que cuanto más durase aquél suplicio más problemas tendría para finiquitarle, y así fue: después de varios descabellos en la misma puerta de toriles. Quedó clasificado en cuarto y último lugar.
Sin duda, «Comisario» fue el mejor eral de la tarde, el más codicioso y de una gran nobleza. Le tocó en suerte al novillero local Víctor Acebo, bastante fogueado en certámenes como Canal Sur, Castilla y León, Extremadura y otros muchos. Le hizo una faena en los medios, haciendo lucir sus embestidas; antes había brindado al público y de su trasteo salieron las únicas ráfagas de calor en una tarde absolutamente plomiza y fría en lo concerniente a la cosa meteorológica y un poquito también en lo taurino. Acabó pronto con el fiel «Comisario» y éste fue paseado por un tractor ornamentado para la ocasión en una solemne vuelta al ruedo. Víctor se proclamó vencedor del certamen.
El personal asistente al evento pudo admirar las cualidades toreras de Carla Otero, procedente de la escuela de Guadalajara. Su facilidad lidiadora ya se vio en el tentadero de la mañana. El eral no se lo puso fácil y ella supo resolver con mucha entrega y pundonor, además de un buen desparpajo. Su valor es seco y no hace alardes de ello. Cuando lo había sometido y andaba mucho más relajada, muy cerca de las tablas y gustándose, el novillo alzó al aire su frágil figura, aunque no tuvo consecuencias. A la hora de matar temíamos lo peor, ya que le habíamos visto por televisión en algún que otro sainete con la espada. Para su suerte, liquidó al novillo al segundo intento de una buena estocada. Quedó en tercer lugar.
Manuel Caballero llegaba al certamen más que rodado y con un inminente futuro bastante sugerente en su carrera como novillero. En la mañana ya había certificado su calidad templando a la mejor becerra de los hermanos Collado. Bien dirigido por su profesor Sergio Martínez, el hijo de quien fuera gran torero en los años noventa ofreció una considerable puesta a punto, yendo sobrado de técnica, aunque para nuestro gusto un tanto frío. Quedó en segundo lugar.
En las cuadrillas lucieron el «Maera» y Dani Oliver. Los erales de los hermanos Collado Ruíz estuvieron bien presentados, fueron manejables aunque adolecieron de falta de fuerzas. El evento tuvo lugar en la finca Casa Grande de El Jimenado, en las proximidades de Torre Pacheco y tuvo dos partes: en la mañana se tentaron cuatro becerras de la misma ganadería y en la tarde los cuatro finalistas del certamen lidiaron otros cuatro erales. La organización fue magnífica a cargo de la Peña Taurina de Torre Pacheco, teniendo al experto Alfonso Romero como maestro de ceremonias. Todo un lujo en una tierra como la murciana donde la tauromaquia no acaba de arrancar, se hacen muchos brindis al sol pero no se apuntala casi nada; no existe escuela taurina ni la televisión autonómica está por la labor de ofrecer festejos, todo lo contrario de lo que sucede en comunidades próximas como Andalucía o Castilla La Mancha.
Giovanni Tortosa
Fotografía: Derechazo rodilla en tierra de Víctor Acebo. Paco Sastre para El Muletazo.