Por Pilar García-Baquero, Abc Córdoba via.

Un apoderado y empresario taurino se sentó ayer en el banquillo de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba acusado de un delito de apropiación indebida y otro de falsedad documental por el que se enfrenta a 4 años y 9 meses de prisión. Junto a él, como acusado, otro apoderado taurino que «colaboró» con el primero buscando plazas para el torero José Luis Torres durante las temporadas 2012 y 2013 que firmó una de las liquidaciones. La Fiscalía considera en su escrito provisional que el apoderado no ha saldado los 188.173 euros que corresponden a los honorarios del diestro -entonces del grupo C-por más de veinticuatro corridas durante esas campañas. Lejos de amilanarse, en su declaración ante el tribunal. El principal acusado, J. S., aseguró que efectivamente el torero «no cobraba un duro», como él tampoco, porque todo el dinero que recibían era para pagar gastos de cuadrilla, de Seguridad Social, de transporte legó a comprarle la furgoneta del El Fandi, dijo-y alojamiento.

«A Torres se le pagaba todo; si se le antojaba un donut, el mozo de espadas iba y se lo compraba», llegó a declarar ante el tribunal el empresario. La defensa basó su relato en que el mundo del toro es así. «Quien lo en- tienda bien y quien no, pues también», aseguró a preguntas del tribunal el acusado. «Esta es la carrera más cara más cara que la Universidad y hasta el final, hasta que comienzan en plazas importantes y se convierte en grupo B, cosa que estaba a punto de ocurrir al superar las 13 corridas al año, no se cobra. Ni él ni yo». El acusado llegó a decir al tribunal que si el torero se jugaba la vida, él se jugaba la cartera. y que no se hubiera visto sentado en el banquillo si cuatro miembros de una cuadrilla no hubieran denunciado a Torres por no pagar- les sus jornadas. Sin embargo, reconoció que en el contrato que tenían ambos sí que las labores de pago de las cuadrillas las hacía él, aunque las liquidaciones de honorarios las firmara y daba por recibidas el torero cordobés, sin recibir un duro, pero para su declaración de Hacienda.

Sino pagué a esos cuatro de la cuadrilla -los únicos que han denuncia- do de todos los que han pasado duran- te 25 corridas-es porque entonces no tenía y les dije que lo haría poco a poco. Como estoy haciendo ahora con un mozo de espadas», legó a testificar el empresario en la Audiencia Provincial. Es la figura que llamaba «El Padrino», asegura. y si el torero no genera grandes ingresos, la totalidad de los contrato son para gastos, admitió el empresario acusado de un delito de apropiación indebida.

Sin embargo, el convenio taurino de 2013 sí que planteaba algunas de estas retribuciones según la acusación particular. Pero el acusado se defendió asegurando que «cuando se está empezando es lo que se hace en el mundo del toro; el empresario era el que firmaba las liquidaciones hasta que son figuras del toreo», reiteró el acusado ante el tribunal. «Yo le compré el furgón, los trajes, los capotes, incluso llegué a echarle 50 euros de gasoil para una de las corridas, llamé lo en plan favor o en plan gilipollas». De otro lado, el acusado hizo referencia a que el contrato que mantenían ambos era que él recibiría 100.000 euros si cambiaba de apoderado, y que eso lo reclamó vía civil. Pero finalmente lo retiró porque actuaba de buena fe y no quería embargar al torero. El problema de fondo es que de todos los gastos no hay una sola factura. Al respecto, el acusado afirmó: «Los ganaderos no dan facturas; no tengo ni una».