Que vivimos en un maremágnum universal de manifiesta perversidad política, eso no hay quien lo dude. Y que España anda en los primeros puestos del ranking, creemos que tampoco. El demencial gobierno social-comunista ha dejado la propiedad privada en la misma precariedad y vulnerabilidad que un ciclista en cualquier carretera española.

La tiranía socio-política no tiene suficiente con hacer rehenes de por vida a millones de ciudadanos con la banca, por medio de préstamos que no acaban jamás; también de ser fritos como una tempura japonesa por los impuestos imperantes, pero tampoco era suficiente asfixia; que un propietario de vivienda salga a comprar el pan y al regreso se encuentre que no puede abrir su propia puerta; eso ya pertenece a una realidad cotidiana «made in spain».

Porque España es líder absoluto en esa filosofía, la de poder entrar en casa ajena y que el propietario no sólo no pueda habitar en ella, es que además ha de pagar todo lo que estos allanadores de lo privado consuman en agua y electricidad. En el resto de países europeos estas prácticas no se llevan a cabo debido a sus propias leyes. Salvo Italia y Francia, donde se están dando casos, pero sin la voracidad española.

A todo ello, los que se supone tienen que poner orden y justicia en todo esto miran para otro lado. Como si no fuese con ellos. Por tanto, los perjudicados han de recurrir a empresas privadas para gestionar dichos desalojos. Una de esas empresas es «Desokupa Exprés», que ha sido capaz de semejante proeza y hasta diríamos que heroicidad en Guadalajara: sacar a 200 okupas de cien pisos ocupados no es tarea fácil cuando para una sola vivienda, a veces necesitan semanas de trabajo.

“Esta comunidad, antes de contar con los servicios de una empresa de desokupación, contrató una empresa de vigilantes, pero no sirvió de nada, por lo que su última bala era contratarnos”, -dicen los responsables de dicha empresa. “Empezamos a negociar y se acordó llevar a cabo la desokupación y para garantizar el éxito, nos infiltramos una semana en la comunidad y empezamos a trabajar como conserjes”, sostienen.

“Por el momento no ha habido ningún altercado y todo ha ido sobre lo previsto: ha habido situaciones dramáticas, obviamente, pero no ha habido conflicto ni violencia”, añaden desde Desokupa Exprés.

La empresa ha realizado refuerzo de muros y puertas en el cuarto de contadores para evitar el robo de fusibles que se estaba produciendo. También se han reforzado los accesos a zonas comunes y están realizado un cerramiento perimetral para reducir los accesos y hacerlos más controlables. El objetivo ahora, según la empresa de desokupación, es que en estas semanas los okupas no vuelven al edificio.

Giovanni Tortosa

Fotografía: gentileza de Idealista.com