Lógicamente, por razones obvias no pudimos ver ayer la corrida de Madrid en la que, el domingo de Ramos se lidiaron los temidos toros de Cuadri que, para desdicha de los aficionados y del mismo ganadero, fueron una decepción total, Triste inicio por tanto en Madrid y, mucho más tratándose de una ganadería legendaria que, como supimos, solo un toro dio alguna que otra opción al que Antonio Ferrera cortó una generosa oreja.
Lo más paradójico de la cuestión es que, al parecer, los toros dieron un gran juego en varas pero, aquello no duró para que con la muleta, los diestros pudieran dar la tarde de toros que los tres habían soñado. Al margen de la oreja cortada por Ferrera, ni Octavio Chacón ni Gómez del Pilar pudieron brillar en lo más mínimo cuyo único mérito estribó en jugarse la vida a cambio de nada; que se lo digan a Gómez del Pilar con el sobrero de Saltillo que salió en el último lugar del festejo.
El dato más positivo del festejo no fue otro que la gran asistencia de aficionados al coso venteño porque en una tarde en la muchísimos aficionados ya habían abandonado la capital para iniciar sus vacaciones de Semana Santa, que se congregaran casi quince mil asistentes, el éxito no pudo ser mayor.
Como siempre ocurre cuando hay toros en Madrid, nuestro compañero y amigo Andrew Moore, maestro en el arte de la fotografía nos obsequia con un ramillete de imágenes que tanto nos honra mostrar. Sin duda, esa es nuestra mayor fortuna, tener un testigo presencial de la talla de Andrew Moore, cuyas fotos son las que mostramos.