Manzanares con un toro astifino, problemático, incierto y fiero aportó valor, emoción y bellas estampas.

El Juli con un toro codicioso, no lelo, repetidor y bravo estuvo firme, templado, profundo, con trazo largo y limpio para ponerlo de ejemplo académico.

Pasé muy buena tarde con el festival de Madrid que ofreció diversos capítulos de la fiesta de toros como cualquier festejo presenta en teoría y pocos cumplen en la práctica. Serial muy largo, algún bóvido pasado de mocho…Eché de menos, o no me di cuenta, alguna mención o imágenes del histórico pintor  y dibujante César Palacios al que por la mañana, en el patio de caballos de Las Ventas, barrio donde nació en los años de la sublevación del 36,  le dedicó una placa  el Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid: “Por una vida dedicada a tu plaza”.

César es un personaje, un artista, sencillo ciudadano incardinado en el mundo del toreo en el que se inició a principios de los sesenta de acomodador y  ventanero y veinte años más tarde alcanzó el grado de arenero hasta casi iniciado este siglo.

Lo conocí personalmente, por El Puno y Miguel Flores, hace “mil” años, y nos hemos saludado cien veces ¡Qué buen aficionado! Deja para la historia del arte en la Tauromaquia innumerables exposiciones, César suele decir más de medio centenar, carteles y cientos de colaboraciones gráficas en diarios, diversas publicaciones y en recuerdos para amigos. Es como su alma de torero extendida esencialmente con afectos y desprendimiento.

Presume de unos 1.500 paseíllos en La Monumental y era fijo con su libreta de apuntes y  gorrilla, gafas oscuras y patillas de bandolero en el callejón. En los últimos años sus problemas de locomoción nos privaron  de su estampa castiza en el ambiente ventero.

En el libro “Como los ángeles…quisieran torear (Romances taurinos y otras vivencias)” de Miguel Flores se pueden degustar unas decenas de láminas que reconoce el torero malagueño: “Agradecido a César Palacios, pintor que magistralmente ha interpretado estos romances”. Ni uno de ellos se queda sin bella litografía. Como ninguna de sus virtudes se ha olvidado de ensalzar Pla Ventura en un poético escrito que le dedica. Luis es un seráfico poeta monacal.

“EL JULI” Y MANZANARES

Seguro que al opinar sobre faenas toreras se repiten términos y frases manidas…pero a veces no hay otras para señalar lo destacado. Evitaré los comentarios sobrantes de si el festejo apoyaba o no las elecciones, que si la política tal o el político cual eran partidarios o detractores…Todo eso queda para ellos y sus secuaces o forofos…Ya dejó escrito el irlandés Bernard Shaw: “La política es  el paraíso de los charlatanes”. Unos buscan el paraíso a través de las barricadas y otros evocando letanías. Como dijo Rafael “El Gallo”, hay gente para todo…y que sigan reponiéndose para contrastar y tratar de aprender.

Ventura, a caballo, hizo lo que hacen los mejores centauros toreros y lo que parece imposible. El novillero García tiene valor y quiere torear bien. Si sigue así tendrá una escultura en el parque que rodea la plaza de Talavera que acoge muchas. Perera, manda, traza y puede. Preparado. ¿Repetitivo? A Ponce…le devolvieron los dos toros que llevó. De Juan Pedro Domecq. Impávido, seguro…como toreando de salón. Paco Ureña, desconcertado y sin acabar de centrarse.

“El Juli”, con toro de lujo, codicioso, bravo y no tonto,  con emoción, del buen aficionado y ganadero de bravo Justo Hernández, bajó las manos toreando hasta tocar la arena. Mariposeó con el capote, lento como para tomar un gran vino, relacionando todos los pases en las tandas, quietud de estatua, pecho giratorio tocando barbilla en los remates, muñeca de goma, cintura, concentración de monje tibetano…y luego trazo largo y limpio, remates con inmóvil desafío, profundidad… Se acopló al ritmo del toro con  armonía, lentitud y sentimiento. Todo con quietud absoluta.

Manzanares se trajo un toro astifino, problemático, mala sombra y de agresiva condición. Incierto y fiero al que aguantó con pasajes de emoción y belleza.  Expuso con ejemplar disposición y aportó estampas del mejor corte. No puedo añadir, ni quitar, a lo justo que estuvo mi compañero y amigo, cardenal Pla y Ventura, ni una letra. Enorme.

Me he “cebado” con “El Juli” al que estimo que Luis Pla rebajó un poco en cuanto a méritos. O mucho. Es libre,  inteligente, impetuoso y buen aficionado Luis. Pero a Julián, según mi humilde opinión, le restó importancia…aún teniendo en cuenta la calidad del enrazado toro. Son los toros que ponen en evidencia a un torero.

Que conste que hace lustros que no coincido personalmente con “El Juli”. Pero pienso que faenas como la suya y con toros así, no más tontos ni más parados, blandorros y sosos, tampoco hay que soñar con el tigre de Bengala, harían aficionados. Sé que  los hay más fieros, bravos y peligrosos…para los desheredados.

Voy a escribir algo que nunca nombré y me viene ahora. Las veces que he visto el toreo “soñado” fue a Ferrera con una vaca en la finca extremeña de Antonio Briones, a Urdiales en la finca de Pedrés y a Roberto Domínguez con un eral de Palomo Linares en Lodosa, Navarra.

Añado: Nunca veremos a los toreros de “arriba” triunfar con ese toro fiero, bravo, codicioso, astifino, poderoso, derribador, de tres varas, incansable…Miren la feria de Córdoba: “Juanpedros” para Finito y Morante, que ha tenido la osadía de menospreciar a José Tomás.  Roca Rey y Aguado con los de Cuvillo, oiga. En Mont de Marsán los de Pedraza de Yeltes para López Chaves, Lamelas y Del Pilar. En Leganés, toros de Cuvillo para Ponce, De Justo y Juan Ortega y en Vistalegre “Juanpedros” para Morante, Ponce y Aguado. Los de Alcurrucén y Victoriano para Manzanares y El Juli, repiten Manzanares y Roca Rey. Y “Garcigrande” para Morante y El Juli. Vean por dónde va la cosa. Los de Adolfo para Román, del Álamo y Garrido ¿Los conocemos? Sí.

En Aranjuez, la de  Garcigrande para Manzanares y El Juli. Morante con Cuvillo y en Jerez los de Juan Pedro para Morante, Manzanares y Aguado. Cartel que se repite en Valladolid con toros de Victoriano del Río.

Puede haber algún desacople  pero no en lo esencial. He querido decir que ahí están las preferencias y los toros para los mismos. Hay que hablar y denunciar antes de. Y si no existieran esos toros y esos toreros, o parecidos, no iría a la plaza ni el portero. Esperemos que algunos salten como los de El Juli y Manzanares en Madrid y que Morante no dé oportunidades como dio en Bilbao al alcalde Akzkuna: “No interesa su leyenda. Para la mayoría da muy poco y para la organización cobra mucho”.  Al festival de Madrid se llevaron los toreros los bóvidos a su gusto y en todas las ferias se anuncian  los seis u ocho toreros “de arriba” con las divisas que entienden o van comprobando que les pueden “servir”. No los que les puedan crear problemas. Lo que sobra para los pollos…que tratan de hacer méritos para participar en la mesa de los predilectos. Así es este mundo…y creo que así fue siempre. Más o menos.

Pedro Mari Azofra