Las figuras del toreo y su entorno influyen «sin imponer» en el devenir de las corridas televisadas.

Se siguen transmitiendo por Movistar los festejos anunciados en la Gira de Reconstrucción y los sigo viendo muy a gusto porque opino, convencido, que aunque no sean  cómo o lo que uno deseara la oferta es mucho mejor que nada.

Recuerdo que en la niñez, con muy malos años de postguerra, no pasé necesidades ni tampoco celebré banquetes a diario. Pero en ocasiones, los chiquillos nos encontrábamos en los postres o similares con algo más de lo ordinario y comenzaban las dudas a la hora de elegir. Mi abuelo solía decir: “¡A ver si por haber mucho va a ser malo!”.

Venga o no a cuento, y escuchando algunas chorradas de escaso fundamento a exquisitos auto proclamados buenos aficionados, quiero manifestar que yo estoy más a gusto, mucho más, con lo que nos están dado y van a dar que a seco.

Quisiera que fuera un poco… como de otra forma. Con algo más público y,  a veces, mucho más toro…y 6 en vez de  4 y si regalan el sobrero mejor ¡Dónde va a estar un viejuno mejor que viendo toros con la que está cayendo y el ridículo politiqueo de vividores con gran sueldo!.

Todavía hay tontos, con ventanas a la calle, que se mosquean porque los comentaristas no se “ensañan” cuando exponen las faenas de los toreros o se alivian si describen las hechuras o fenotipo de los “toros” que salen de chiqueros. Que si carteles para enmarcar, teóricamente cierto en algún caso, estocada “pelín” trasera, que los toros tienen hueso, que si está rematado de culata, cuello y por todos los sitios, algunos rematadísimos,  bonito de cara… ya está dicho todo pues indica cuernecitos, abecerrado, que si tiene un poco más pitón que su hermano…

Uno está acostumbrado, tras sesenta años viendo toros, a leer,  sentir, ver y escuchar de todo. Pero el que pretenda que los toreros que mandan, y algunos otros, se van a dejar televisar, cobren o no y es  algo que no me importa, para que les tachen de monótonos, pesados, vulgares…O que torean por la variante, picoteros, dejándose tocar la sarga…cuando estas cosas sucedan, o que se ha ido al lado al iniciar la acometida para matar, cuando ocurra, o que un toro salió picado de chiqueros, o que otro está muerto de pie y se deja quitar las legañas, o que el presidente es un chufla que regala trofeos, o un rata si los niega…¡está apañado!.

Lo anterior no impide que se ofrezca documentación, actualidad, historia y que muchas veces haya escenas, estampas e incluso pasajes completos que merecen ser ensalzados. Porque también la quietud, el dominio, la diversidad, la estética y el buen toreo suele verse. Y una media alta, en temporada normal y en unas cuantas plazas, de toros-toros como nunca han saltado a los cosos taurinos de España entre los años 40  y 80, más o menos, de los que algunos tratan de presumir y otros añoran. Echen un ratito y vean fotografías, reportajes y similares de las plazas de “primera” en “El Ruedo”, por un poner. Hoy no valdrían ni para festivales. Y si referimos plazas de segunda…pues como algunos, o muchos,  de los que estamos viendo en lo de la reconstrucción en plazas de tercera. Quizás con más genio o movilidad.

Tengo para mí que debieran haberse dado un par de docenas o tres de novilladas picadas y otras tantas sin caballos para promocionar, estimular y tratar de encontrar repuestos. En vez de estas corridas ¡O las dos cosas! Pero sin considerarme un primandón o un julay, prefiero lo que nos dan a nada. Ninguna variante hubiera arreglado el toreo…que hasta sin COVID cojea un poco.

El que no asuma estas variantes o matices inevitables, mejor que convierta la televisión un proyector de cine mudo y se acompañe con Fernando Terremoto y Manuel Morao a la guitarra, Mairena o “El Chocolate”. O con la sonanta de Paco de Lucía. O que espere a mayo, abril, julio y agosto y reserve hotel y abonos para las ferias de Bilbao, Sevilla, Pamplona y Madrid. Sería una forma de “desintoxicarse”.

Sí definen comportamientos negativos o deficiencias físicas de los toros. Porque los toros no hablan, ni protestan…y sus “amos” tampoco ya que la competencia es dura. “¡Qué suerte tuvo Fulano con el toro Golondrino!”. Cuantas veces habría que decir la suerte que tuvo un toro por coincidir con determinado torero.

Puedo pensar que un astado no ha sido completo para premiarlo con vuelta al ruedo o indulto. Pero no quiero expresarlo porque los toros resultan aptos para el lucimiento, toreables, con emoción,  repetición fija y hasta fiereza…en muchos más casos de los aprovechados ¿Cuántas orejas se conceden con mérito escaso? Hombre…porque de vez en cuando se pase un presidente a favor de toro creo que los astados se lo merecen ya que hasta a los nobles les ponen pegas los maestros.

El otro día se indultó en Antequera un bicorne de Zalduendo. El torito me encantó por humillación, fijeza, repetición y largura embistiendo. Al final de 6.000 pases escarbó. Lo del varilarguero dejémoslo. Los que presumen de “vareadores” no creo que pagarían por un espectáculo para ver picar a seis toros y retirarlos a corrales. Alguno de estos “varistas” he visto en el campo y probando un macho para semental se han ido a tomar una tapa mientras calculaba tiempo de coger la muleta el probador o soltar al toro a la dehesa para lidia y no padrear.

Recordando a Jandilla no se puede olvidar cómo Finito de Córdoba estuvo magistral con el indultado lo mismo en el toreo fundamental que en los adornos. Bordó un puñado de carteles de toros. Cosas de este torero que conocemos hace décadas en el campo y en las plazas ¡Díganselo a Ricardo el de Fuente Ymbro que profesa con “fanatismo” la religión del cordobés de Sabadell!

El que me cautivó esa tarde, de verdad, fue Luis Bolívar al que solemos ver con “palas”, “vitorinos”, “miuras”, “escolares”, “cebadas”…o de parecida cofradía. Cómo estuvo ese hombre desde las verónicas con que recibió a su primero hasta la infame lanzada con que lo mandó al desolladero. Citó con la de torear dando el medio pecho y la distancia para que llegara el toro desahogado, lo llevó con largura, limpieza y lentitud, remató los fajos de naturales con cargazón, naturalidad y relajo, no mangó aplausos baratos estilo rejoneador…Demostró que lo tienen un poco desaprovechado.

Coincidió con su cuadrilla un san Fermín  en el hotel donde hace décadas me alojo. No hace tanto. Me dijo que no tenía ni un contrato en la temporada después de Pamplona. Alguna corrida le he presenciado en Colombia. Pero aquello es otra historia. Ignoro quién lo administra, dónde vive, qué perspectiva profesional tiene…pero el otro día dio una lección del mejor toreo así como pidiendo justicia profesional. Las corridas de pelea son otra historia. Pero si se repartieran todas un poco… “Póngame media docena de cada”, dicen los que pueden elegir como en el mercado las amas de casa. “De esas no, que tienen mala pinta”.  Lo que sobre…”pa” los pollos.

Pedro Mari Azofra.

PIES DE FOTOS:

-Tertulia taurina en Manizales (2009) Luis Bolívar y César Rincón.

-Luis Bolívar en Antequera.