-La escritora, fotógrafa y traductora neoyorkina pasa a limpio las relaciones taurinas y flamencas del literario núcleo histórico en el centro de Madrid.

-Nos muestra las tabernas, tablaos, librerías, pensiones, hoteles, mesones, personajes, actores, fotógrafos, sastres, escritores, artistas y flamencos relacionados con el toreo.

-Hay referencias de Hemingway o Ava Gardner junto a Lope de Vega o Cervantes y no falta torero, modesto o relevante, picador o banderillero, con su relación localizada junto a matiz especial y anecdótico

Gracias a la neoyorkina Muriel Feiner, y a Vidal “Temple”, Madrid cuenta con un documento de lujo que liga en una faena de puerta grande el núcleo amplio que ronda la Puerta del Sol con el mundo del toreo, el flamenco, la Literatura y el costumbrismo al servicio del ciudadano y su destacada y popular diversidad. Es un haz inmenso de atractiva cultura e historiografía.

Muriel ya ha premiado al toreo y su cultura con diversidad de libros imprescindibles para aficionados lectores, cronistas, escritores inquietos y profesionales: “La mujer en el mundo del toro”, “Toreros de plata”, “Mujer y tauromaquia”, “De Lumiere a Manolete”, “¡Torero! Los toros en el cine”, “El toro, el torero y su entorno”, otro sobre Manolo Vázquez y Remedín Gago…Seguro que alguno más habrá. Es un caso excepcional e histórico en la historia de la cultura taurina la aportación de Muriel Feiner.

¡No sé cómo con medio siglo en España le ha dado para tanto! Porque frecuenta festejos, traduce, atiende a su familia…  Un todoterreno de lujo cultural.

El último obsequio, “Mi barrio de las letras” (con un guiño a la Tauromaquia y al Flamenco), es un derroche de amena y diversa documentación que además de verse acompañada con abundantes fotografías ofrece facilidad para mantener la atención combinando letra normal con “negrita”, texto mayoritario con cursiva, de otro tipo, entrecomillada, con textos originales…¡Una virguería!

Lo mismo te encuentras con documentados comentarios sobre la “reventa”, que con citas al inmortal Pedro Beltrán, o anécdotas y situaciones referenciadas de El Espartero, Nicanor Villalta, Rodolfo Gaona, Los Gallos, Sánchez Mejías y sus romances, Domingo Ortega o Bombita. Y con ellos sus casas, bares, lugares más frecuentados… ¡Un lujo muy entretenido y documentado! Un trabajo de miles de horas que “abusa” de datos, cariño y torería flamenca.

La portada es un  prodigio de Pepe Puente, “La paleta taurina de la plaza de Santa Ana”, con unos chiquillos toreando en un parque y hasta el “sordao” con la novia. Cómo era de grande Pepe pintando y dibujando…y hasta tomando unos tintos por “Viña P” y otros bares en compañía de Curro Fetén y algunos taurinos. Su hijo Puente Jerez ha heredado el arte y hasta la campechanía y compostura.

Plaza de Santa Ana, hotel Victoria, Cervecería Alemana, la casa de Los Dominguín, Calles Victoria, Cádiz, Núñez de Arce con sus tabernas, freidurías, posadas, pensiones…Con Lope de Vega y Cervantes aparecen teatros, corralas, Ernest Hemingway, Ava Gardner, Villa Rosa, librerías de “antiguo”, Frascuelo, Manolete…¡Es la ostia! Te entretiene…lo dejas, vuelves y sigues con mayor interés porque el manantial no se agota.

El libro, en cuanto a referencias, no puede ser más completo. Y además…no caben todos. Recuerdo que frecuentaba Santa Ana el gran Enrique Castellón Vargas “El Príncipe gitano”. En la canción lo fue todo. Toreó becerradas, festivales, novilladas sin picadores…y más que se inventaba ¡Hasta la alternativa se fabuló!

Miguel Flores en su poema a la Plaza Santa Ana decía, y declamó muchas veces: “Flamenca por sevillana, donde pasean los payos junto a la raza gitana. Cantaores, bailaores…los cuatro Vargas y olé, que son los primos hermanos del genial Enrique Vargas, el gran Príncipe Gitano”.

Me encantaba Santa Ana con el reventa El Maño, también me unía buena relación con el reventa Ojeda, Pacorro, Varguitas, José Luis González, Chavola, Miguel Flores, Parrita de Triana, Alex García Montes…y en numerosas ocasiones disfruté de estancia en el hotel Victoria, entonces del riojano Antonio Briones, actual titular, con su hija, de la ganadería de bravo Carriquiri con encaste Núñez que parta en tierras pacenses de Alconchel, Olivenza… cerquita de la raya lusitana.

Teatro Español, iglesias, sastrerías ilustres, fotógrafos históricos, picadores, banderilleros…y la anécdota o hecho histórico, la procedencia y la evolución…No se cansa uno de contrastar, recordar y enriquecerse con cosas nuevas que son la mayoría vetustas y con solera como la taberna de Antonio Fuentes en Mesón de Paredes. O Los Gabrieles y mil más. Algunos con la persiana echada de forma definitiva pero que los vivimos y recordamos. Y lo de mil no es una exageración porque ahí está la historia del torero Félix Colomo y sus Cuevas de Luis Candelas y diversidad de servicios.

Entre los fotógrafos taurinos Baldomero, Aguayo…se encuentra el inolvidable Canito con el que tuve gusto de compartir campería en tierras salmantinas y finca de “El Viti” cuando ayudó al novillero Amador. Paco Cano era un encanto y la atracción de un bar jiennense que frecuentaba en Valencia en sus últimos años. En san Fermín no podía faltar desde la mañana en los apartados era la alegría de patio de cuadrillas. Con las deudas de su trabajo que muchos le guardan se podría montar una buena feria taurina.

EL FLAMENCO NO SE QUEDA ATRÁS

Para entrante anoto que todos los “bailaores”, “cantaores” y guitarristas más importantes de los últimos cien años están centrados en diversos tablaos, restaurantes, bares y teatros de este Madrid “céntrico” que ha sido el eje y asiento para todos los flamencos consolidados y lanzadera para los que llegaron apuntando o a medio camino. Y en el grupo incluyo a las flamencas cantaoras o cancioneras que las hubo y las hay de categoría. Todo ello implicaba academias, estudios…

“Corral de la Morería”, “Chinitas”, “Torres Bermejas”, “Casa Patas”…el Calderón, Circo Price…Los flamencos históricos fueron oriundos de Utrera, Triana, Lebrija, Jerez, Cádiz…pero se consolidaban en Madrid y también el foro dio y tiene bailaores y cantaores de categoría. Como a los obispos importantes o señoras de “dudosa moralidad”  o moralidad distraída conocidas por meretrices. Madrid daba categoría de alto nivel a todos ¡Había que ir a Madrid si se quería ser algo!

Con Muriel, como su esposo el torero Pedro Giraldo, mantengo una amistad de siglos. Pedro, palentino e iniciado en Sevilla, se rodó los primeros años de novillero por tierras del Ebro y su residencia era Logroño capital de La Rioja.

A Muriel le voy a estirar la oreja, cariñosamente porque la admiro y quiero, porque me hubiera gustado ver en su enciclopedia  al logroñés Pepe Blanco que se hizo popular en el Price en el año 42, llenó todos los teatros madrileños, fue el cancionero más cantado, rodó películas de  “castizo madrileño” por excelencia, “invirtió” los millones que ganó en los mejores y más populares restaurantes y bares de la capital …Toreó una becerrada benéfica en Las Ventas…y además no dejaba de acudir a tablaos y otros centros populares ¡Vivió la mayor parte de su vida en Madrid y en Madrid murió! Me hubiera gustado verlo en el libro aunque que por ello no es peor la publicación. Era muy querido y admirado por artistas de todo género.

Pepe hizo popular la canción “Cocidito madrileño”, “Madrid tiene seis letras”, “Manolo el chuleta”, “Qué bonito está Madrid”…llenó el Price, Calderón, Fontalba, La Comedia, Pavón, Maravillas, Infanta Isabel, Reina Victoria, Alcázar… y numerosas salas de fiestas.

Muriel no esperaba darnos una oferta tan amplia. Pero llegó la COVID, se recluyó en la calle Cádiz, foco de la zona que describe y donde convive hace cuatro décadas, y completó la faena que aunque es larga para nada deja de merecer premio importante: Puerta grande para esta dama de Nueva York que ha encofrado sus raíces en Madrid para suerte de taurinos y no taurinos del mundo.

Pedro Mari Azofra

PIES DE FOTOS

-Canito en Pamplona, Pepe Puente y su hijo en la Plaza Santa Ana, Muriel Feiner presentando una revista taurina en Logroño con Julio Robles, Indalecio Sobrino, esposa del Alcalde…y Pepe Blanco en Madrid con Carmen Morell.