Admiró a Camino, Esplá, y el Cid, tarareaba su pasodoble paseando e inyectó en docenas de películas taurinismo con ironía y fuste.

Rafael estaba al día de la actualidad taurina por las corridas televisadas y los escasos programas taurinos “nacionales”. Rara vez asistía a la plaza y su último gran recuerdo era la corrida de “los seis toros” de Paco Camino, al que admiraba. Luego se entusiasmó con El Cid y solía decir que a todos los toros les sacaba pases y debiera matar con la zurda. Exaltaba las dotes lidiadoras de Luis Francisco Esplá.

“No me gustan los toreros que saludan, más que los rejoneadores, siempre buscando el aplauso en lugar de torear. El Cid es el único, yo creo, que torea de verdad. De los que veo es el que más me gusta. Los demás me parecen como oficinistas. Van a sacarse el jornal y se creen…¡En otras plazas funcionará eso!”

Era san Isidro del 2005. El Cid perdió las orejas de “Barbudo”, de Alcurrucén, por la espada y se las cortó a “Gamberro” de Victorino. Puerta grande. Se  había reeditado “El repelente niño Vicente” y me comentó cómo había añadido una cosa de banderilleros.

Feria de Bilbao. Agosto del 2007. El Cid se anuncia con seis de Victorino y corta cuatro orejas. Día grande para la Tauromaquia. Mediada la corrida llamo a Rafael que la veía televisada en casa. Estaba casi sin voz. Ya me venía contando sus dolencias: Revisiones, cuidados… “¡Qué bien está El Cid! Ya te decía yo…Casi no puedo hablar. Estoy muy malito”.  Murió en marzo del 2008.

Decía el anciano en la tertulia de “El repelente” reeditado: “¿Se acuerdan de aquellos banderilleros gordos como canónigos? Los había con diez y doce arrobas de tripa. Corrían al toro a una mano para ponerlo en suerte, clavaban los rehiletes dándole al astado todas las ventajas y, si el público lo solicitaba, ejecutaban el salto de garrocha media docena de veces con pasmosa agilidad. Ahí está don Francisco de Goya y Lucientes que no me dejará mentir”.

El cine fue esencial en su obra y veamos alguna de las cuñas que metió, en una docena de films, como muestra. Ya en “El cochecito” deja un pasaje en la lechería familiar adivinando la embestida de un becerrete.

“Los desafíos”. Un tercio se desarrolla en una ganadería de bravo. Una pareja de americanos se quedan sin gasolina junto al cercado de los toros. El ganadero se acuesta con la chavala en casa del mayoral, el americano se quiere tirar a la ganadera…y al final los yanquis mueren acosados con garrochas desde el caballo.

Depósito de cadáveres, jipis, yonquis,  borrachos…un improvisado narrador describe la faena y gesticula…”Pablo Romero, Marcial, Domingo Ortega, Manolito Bienvenida…”. Se trata de “Vivan los novios”. Buen esperpento.

Escenas jocosas de gula y sexo, trae Mastroianni unas banderillas y en la juerga entran “a matar” a la tarta con cuchillos en “La gran comilona”.

“Pim, pam, pum…¡Fuego!”. Pensión. Radio: “¡Que ha sido Manolete! Alternaba con Gitanillo de Triana, El Estudiante y Rafael Llorente…”.

“La escopeta nacional” y “Patrimonio Nacional”…Recuerdan un cóctel dedicado a Manolete en la alternativa de Parrita, aparece lo de preparar el puro para la Corrida de Beneficencia o cómo Hacienda les impide ir a Las Ventas a través de un inspector que se presenta en casa el día de la Corrida Real…¡Días de toros!.

“La vaquilla” es completa. La comedia cubre Historia, ideas…y otras cosas muy serias con lección final. Sublevación del 36. Frentes vecinos de rojos y nacionales que tienen encerrada una vaquilla para celebrar “la Virgen de agosto”. Descabello, muleta, estoque, argot entre principiantes, sobresaliente, órdenes, banderillas a la voz de firme…y final con Limeño y Cartujano, rojo y nacional: “No hay afición. Lo que hay es muy mala leche”. Una película llena de torería básica y reflejo de guerra fratricida…perdida por todos. La vaquilla se la comen los buitres.

En “La Corte de Faraón” El Bombero Torero entrena a los enanitos en el pasillo de  la pensión y en “El año de las luces” dice el cura veterano del joven: “No fuma, no le gustan los toros…”. “Me encantan los banderilleros tan alegres, tan airosos, tan pintureros…” añade el  “remilgado” curita.

En la última versión e “Sangre y arena”, basada en la novela de Blasco Ibáñez, se adjudica el guión a Azcona y es falso. Le hizo al director Ricardo Franco “una reducción de la novela quitando lo reiterativo, prolijo y farragoso” y pusieron su nombre. Ante la protesta y el cabreo azconiano, el productor Frade le pagó un dinero para evitar líos. La versión es fatal.

“Pasodoble”, como otras con guión de Azcona dirigida por José Luis García Sánchez, se basa en un terrateniente en ruina con un hijo rejoneador…cornudos, un fraile y una monja amancebados, el Cossío, el histórico Cañero a relucir…y el pasodoble de la banda sonora de la película dedicado a Rafael por Carmelo Bernaola e interpretado por la banda de Rute ¡Un jolgorio taurino!

El texto del libro “Los muertos no se tocan, nene”, en el que se basó la película con el mismo título, tiene 13 citas taurinas. En la película “Suspiros de España y Portugal” hay esperpentos curiosos cuando los monjes acaban en forcados y en “Tirano Banderas” no falta un Curritomiarma torero y bujarrón.

En “Siempre hay un camino a la derecha”, continuación de “Suspiros”, el cachondeo taurino es brutal. Analiza la “pega portuguesa” y los detenidos, a los que el comisario muele a ostias, aseguran que la Virgen de Fátima se les apareció en la puerta de toriles…y cosas así. Le dijo la Virgen: “Pepe, no seas loco y piensa en tu pobre madre”. ¡Ole!

La película “tranvía a la Malvarrosa”, basada en una novela de Manuel Vicent, junta a dos grandes escritores: Azcona y Vicent. Tiene un pasaje taurino y azconiano cuando El Bola, con un plátano en cada mano,  se entera de la muerte de un amigo en la capea pueblerina y explica cómo debió haber actuado para haber puesto banderillas al quiebro y no haber muerto: “Lo citas, el toro se arranca, lo dejas llegar a la jurisdicción, lo  quiebras y sales andando de la suerte”.

El novillero Manzanillo deja embarazada a Miss Fresón, con un niño se fue a Madrid y se tiró a los masajes,  en las fiestas del pueblo y ahora de dedica a entrenar enanitos en la Casa de Campo: “La muleta plana, “palante” la pierna contraria, mano baja, meciendo el capote, durmiendo al toro…”. La mujer llora…”No te preocupes. A ver qué diferencia hay entre dar masajes y fregar suelos ¡Las dos cosas se hacen con las manos!”. “Aparte que con los masajes gano mucho más”.  Un esperpento que ridiculiza a la gente que por dinero no le importa contar sus miserias en televisión, mentir…y otras cosas. Se trata de “Franky Banderas”

Azcona, con Antonio Saiz Navas y música de Emilio Caballero, compusieron un pasodoble a Jesús Domingo, novillero riojano, que se inició como “El Motil” y acabó toreando con caballos como Chucho Ortega. El profesor y compositor riojano José Fernández Rojas le dedicó a Rafael un pasodoble con letra del profesor Jesús Fernández Novoa. Algún verso recuerdo: “Riojano de pura cepa, curtido al cierzo y al sol. De la ribera le trajo solera y frescura, gracia y ternura, chispa y hondura al cine español. Anacoreta de celda, de pluma y papel…ciento un guiones en el anaquel…”.

Rafael, en carta de agradecimiento al compositor, escribió que lo iba tarareando por la calle y le había cambiado el paso al compás de su pasodoble.

Pedro Mari Azofra.

PIES DE FOTO:

-Azcona, una de tantas en “El Landó”, con Pedrés, Antonio Briones y Ángel, el restaurantero.

-Plantel de actores de “Los Muertos no se tocan”, en Sevilla, el día de la presentación de la película.