Por Mario Gómez

Cuatro años después de la muerte de la llorada Dama del campo bravo, la ganadera procedente de Bilbao, Dª Dolores Aguirre y tras siete de ausencia en Madrid, ha sido 2017 el año de la vuelta de sus toros a Madrid.

Ha sido por partida doble, novillada el primero de mayo y corrida (más que interesante y con posibilidades) en San Isidro, donde el toledano Noé Gómez del Pilar cortó una oreja.

Para cerrar nuestro póker de reportajes (Isaías y Tulio Vázquez, Albaserrada, Partido de Resina y Dolores Aguirre), nos dirigimos hasta el término de Constantina, lugar donde se encuentra la finca Dehesa de Frías, una auténtica joya de la naturaleza.

Rodeados de montes, explanadas, lagos, bosques, en casi 1.500 hectáreas de terreno crecen estos toros de comportamiento tan personal y con sangre de Atanasio y Conde de la Corte.

Al llegar nos recibió su mayoral, Fernando Pizarro, quien con mucho mimo y todo lujo de detalles nos explicó cercado por cercado los diferentes lotes de vacas, y repasamos las camadas de utreros y cuatreños de preciosa estampa e imponentes arboladuras en ocasiones.

Aguardan ya destino, y serán diferentes plazas del panorama nacional y del territorio francés las que sean testigo de la lidia de estas reses, como su propio mayoral indica, citas de muchísima responsabilidad.