El próximo sábado, 20 de marzo, en Ossa de Montiel dará el pistoletazo de salida a la temporada Filiberto Martínez, un torero con un valor seco impresionante y con el carisma necesario para insuflar una brisa de aire fresco al rutinario escalafón de toreros.

Son 4 las temporadas que este torero lleva luchando por encontrar su camino, su hueco, su sitio y pide a gritos una oportunidad en las grandes ferias del circuito. Acostumbrado a verse la cara con todo tipo de oponentes, no le hace ascos a nada, un torero total, con valor y técnica que está esperando demostrar la personalidad que lleva dentro. Tal vez, frente a los de Buenavista podamos ver un ápice de esa preparación en la que lleva sumergido durante todo el invierno.

La repercusión que se espera en la corrida del próximo sábado, puede hacer que la temporada ruede de una forma u otra para los toreros «acartelados» en el pueblo albaceteño. Las campanas suenas, los clarines rompen el silencio de la temporada 2021, en los oídos de muchos aficionados resuenan las palabras, ahora es el momento “Hombre siempre se ha dicho que quien da primero, da 2 veces y siempre viene bien empezar pronto, estar bien y con esa mentalidad afronto la corrida”.

Estar en torero, encontrarse, partir su alma, y dejar ver su poso. Hacer vibrar al aficionado que se concentren en torno a la corrida, todo es necesario para romper las cadenas del futuro de la fiesta. Es el momento de dar un salto de calidad “Pienso que sí y para ello me preparo a conciencia”.

El futuro es incierto, pero en Ossa de Montiel se puede cambiar su signo, tanto para bien como para mal “Estoy seguro de que será para bien, quiero dar un toque importante de atención para que se siga contando conmigo durante el resto de la temporada”.

Filiberto ha madurado a las órdenes de su apoderado Óscar Fernández, un binomio con acento murciano, que florece poco a poco para recibir el mañana. Le ha servido el banquillo, consciente de lo que tiene dentro, a las plazas se sale a teñir el traje de sudor y sangre  “Un torero que quiere hacer las cosas bien y que no se dejará nada en el tintero”.

Los pueblos tienen que volver a resurgir, convertirse en el bastión imperecedero de la tauromaquia, donde se crea afición y se ruedan los nuevos valores de la tauromaquia. Ese camino que nunca debió desaparecer y que es necesario para la formación de todo torero para convertirse algún día, tal vez en figura  “Creo que es muy importante, ya que así los toreros se hacen, nos damos a conocer al público y el aficionado y así llegar en condiciones óptimas a los compromisos en plazas de primera”.

Por Juanje Herrero