Puesto que ya hemos entrado en el inicio de la temporada taurina actual y comprobamos la atención que le dispensan las cadenas de televisión autonómicas a nuestra fiesta, al respecto, uno siente un gozo desmedido. Tele Madrid, Canal Sur, CMM de Castilla-La Mancha, incluso el Canal de Extremadura, se vuelcan por completo a favor de la mejor fiesta del mundo y, ante todo, como ellos dicen, las retrasmisiones se llevan a cabo porque tienen cientos de miles de televidentes, de otro modo jamás se haría y, todo el mundo lo comprendería. Sin duda, en las comunidades citadas están sirviendo a sus aficionados que, además de votar a sus políticos, son aficionados a los toros y, si de unas televisiones que subvencionan de los impuestos pagados por dichas comunidades, es lógico que se les atienda.

Claro que, mientras nos nace del corazón ensalzar la labor de los entes televisivos antes citados, al pensar en la televisión de todos los españoles y comprobar que, televisan cualquier fantasmada que tenga lugar en un sitio determinado y, los toros, como siempre ocurre, son ninguneados por esta televisión dirigida por seres nefastos que, por supuesto, no deben ser españoles porque de otro modo no se entiende.

Cierto es que, si les preguntásemos a los mandatarios que rigen los destinos de dicha cadena propiedad de todo el pueblo español, seguro que dirían que los toros no tienen aceptación, razón de que no se promulgue dicho espectáculo; eso es lo que dirían, pero, la última corrida que retransmitió TVE en Valladolid, los índices de audiencia dijeron lo contrario de lo que piensan los nefastos personajes que allí anidan.

Como digo, los aberrantes dirigentes de esa televisión que debería ser de todos los españoles, como se demuestra, es una parcela para unos cuantos ya que, como es obvio, los aficionados a los toros somos ninguneados como si no existiéramos, Al respecto de todo lo que digo, puesto que de toros hablamos, la feria de Valencia que ha sido retrasmitida por un canal privado, según dicha televisión, han tenido cinco millones de televidentes sumadas todas las tardes de la feria citada y, cuidado, estamos hablando de un canal de pago, imaginemos como sería la cosa si esos festejos se dieran en abierto por TVE, el ente que nos cuesta a todos los españoles de nuestro bolsillo.

Como es notorio, aficionados sobrarían para que el ranking de audiencia fuera todo un éxito pero, lo que no es de recibo es la negación por sistema de los dirigentes sociatas que, como su amo, odian la fiesta taurina con un frenesí desmedido; es decir, sin venir a cuento porque dicha televisión, por regla natural debería atender a todo tipo de españoles en cuanto a sus gustos y preferencias, como se hace por ejemplo cuando la fiesta del orgullo de los maricones y demás especímenes raras; claro que, como queda demostrado, los raros somos nosotros, por eso no nos atiende nadie.

Nos corroe la rabia, en la misma  proporción que les invade el odio a todos los que dirigen ese canal que, más que una televisión pública es un ente para unos cuantos amiguetes que hacen lo que les pasa por los cojones sin preguntarse si algunos millones de españoles son aficionados a los toros. Fijémonos que, las televisiones autonómicas lo entienden a la perfección, incluso CMM que está comandada por un sociata como Emiliano García-Page que, pese a la cruz que lleva como miembro de un partido llamado Pedro Sánchez y adláteres, el hombre, utiliza la razón y sabe que cientos de miles de sus ciudadanos comunitarios son aficionados a los toros, de ahí que no les prive de su ilusión al respecto.

Mientras yo sigo abogando, como un imbécil más, para que TVE retrasmita festejos taurinos, al parecer, el carajal que hay allí dentro es de aúpa; vamos que, dicho en metáfora, la guerra de Ucrania es pura broma comparado con lo que está pasando en el ente que pagamos todos porque, como ocurrió, Elena Sánchez, la directora general de nuestra televisión, destituyó al jefe de programaciones y, su amo, es decir, Pedro Sánchez se la cargó de un plumazo, por su culpa porque ella sabe que ante el amo solo cabe la célebre frase de Alfredo Landa en la película Los Santos Inocentes cuando, al dirigirse a su señorito siempre le decía: Si, mi amo, estamos aquí para lo que usted mande y, como queda explícito a Elena Sánchez se le olvidó arrodillarse ante el sumo “hacedor” de todas las desdichas de España.